El pueblo, sabio y consciente, comienza a poner en duda el llamado Socialismo Bolivariano dejado en manos de inexpertos socialistas, y clama por el pronto retorno del camarada presidente Hugo Chávez, recuperándose en la hermana República de Cuba de su salud. Un Chávez vente ya, comienza a retumbar en los oídos de todas/todos como un clamor popular. La economía es asunto serio, para dejarlo en manos de los mal llamados “expertos”. Las recientes medidas anunciadas por el gabinete económico y, engalanadas por el vicepresidente Maduro como necesarias “para defender la moneda nacional que ha sufrido un ataque inclemente especulativo de agentes económicos que viven de la especulación y el saqueo de los recursos que le pertenecen al país", según reseña AVN el 02-08-2013, concernientes en la devaluación de nuestro signo monetario; reflejan no solo, ignorancia en la materia, sino una candidez que raya en lo ridículo, como si hablara, Maduro, a un pueblo que ha adquirido no solo conciencia, sino sabiduría en materia económica, más aún, un pueblo que no olvida el trillado “viernes negro” de la cuarta república, sino que, en el presente período de Gobierno Revolucionario, ha sido testigo la implementación de varios procesos devaluacionistas y, sobre todo, sus efectos perversos contra sus condiciones de vida. De allí, la rabia contenida que se percibe entre venezolanos y venezolanas de bien, al oír esa gente justificar lo injustificable, el ajuste del dólar de 4,30 a 6,30.
En la devaluación realizada en 2010, precisamente un viernes 8 de enero, pasamos a tener un dólar dual a 2,60 y 4,30, que en diciembre de 2011 se unificó en una sola tasa de 4,30 Bs por dólar. Se inventó aquel cuento, para justificarlo, del reimpulso de la economía productiva, en palabras del mismo Chávez: “Todo esto lleva varios objetivos: el reimpulso de la economía productiva, el fortalecimiento de la economía venezolana, el frenar las importaciones que no sean estrictamente necesarias y también al mismo tiempo estimular la política exportadora”, estaba en expectativa nuestro ingreso pleno al Mercosur, se buscaba estimular con esa devaluación, el fortalecimiento de la burguesía exportadora. Igualmente, se estimulaba con ello, los ingresos de PDVSA y sus aportes al Fisco, quien experimentaba, de la noche a la mañana, un aumento significativo de sus ingresos en bolívares, que se correspondían con un aumento inmediato de la oferta monetaria, tan esencial para dar continuidad a las Misiones y demás planes sociales y socio productivos del Gobierno Revolucionario.
Esta nueva devaluación, la quinta, la justifica Giordani sobre una perspectiva de autodefensa: “En este momento tenemos un brote inflacionario y especulativo, y el gobierno tiene que actuar. Con eficiencia, con firmeza, que nos lo exige el Presidente. Estábamos en 17%, y estamos en 22% otra vez. Eso es un problema que tenemos que enfrentar, y no solo el gobierno”, dijo en una rueda de prensa televisada desde la sede del BCV.” Enfatizando, en su medida: "La inflación es un fenómeno complejo, difícil, lo hemos dicho y lo íbamos venciendo (...) y ya estamos en 22 % otra vez y eso es un problema que tenemos que enfrentar, pero no solamente el Gobierno", argumentó Giordani, al acusar a "los especuladores jugando a la devaluación, jugando al mercadito negro". Mostrando, en la televisión, la instrucción firmada por el camarada presidente Chávez. No se atreven asumir el costo político de sus propias decisiones, el “paquetico Giordani” y compañía. Si esta devaluación, se produce con el objetivo de frenar la ola inflacionaria y especulativa puesta en marcha por la burguesía comercial y financiera, en un nuevo intento de golpe económico contra la estabilidad y la paz de la República, mala medicina está aplicando el gabinete económico contra la enfermedad. Bien lo decía Domingo Maza Zabala, tiempo atrás, como recomendación: “disminuir el valor del bolívar fuerte ante el dólar "como algunos aspiran en este momento o en el futuro próximo" se traduciría en un mayor costo de las importaciones en términos de bolívares, así como un precio más elevado de la deuda externa y deterioro del salario real, entre otras consecuencias negativas. Asimismo, aclara que aun cuando podría mejorar la capacidad adquisitiva del Estado, tampoco le resultaría funcional a la larga.” Una devaluación, y esto es pertinente que lo tengamos en cuenta, no es otra cosa sino transferir recursos o riqueza, pertenecientes a toda la sociedad, a la burguesía. Es un acto contrarrevolucionario, para llamarlo en su justo contenido.
Bien equivocados están Maduro, para quien las medidas: “tienen enloquecida a la ultraderecha. Están como locos ahorita, por el Twitter” y los "Agentes económicos a los que se le entregaron dólares completos han burlado precios. A todos los sectores económicos les decimos que podemos funcionar y tener los recursos suficientes sin problemas. Con estas acciones estamos buscando equilibrio y protección. Van a ver los resultados muy pronto. Con controles estrictos previos y posteriores habrá buenos resultados. Las decisiones se han madurado" o el presidente del canal 8, Willian Castillo, quien, incursionando en materia económica señala: “apertura y flexibilización al tipo de operaciones que tanto las personas naturales como las jurídicas pueden hacer para hacer más fluido el acceso a los dólares, para permitir liberar de las presiones especulativas a este mercado y en el marco de una política que busca combatir la especulación financiera y sus efectos sobre la inflación, el crecimiento de los precios”. Mientras el canciller, camarada Elías Jaua, opina desde otra vertiente, la misma con la cual justificaron las devaluaciones en 2010 y 2011: "Son medidas que han formado parte de las políticas que el gobierno revolucionario ha desarrollado para fortalecer la producción nacional, estimular la política de exportación", el mismo disco, ya trillado de fortalecer la burguesía exportadora.
Los desmentidos previos, a la medida de devaluación, señalan en toda su dimensión el por qué oponerse a esa medida brutal contra la calidad de vida de nuestra población que venía dando muestras de crecimiento. El camarada Domingo Alberto Rangel (QEPD), en vida se manifestó en contra de la devaluación de 2010, desnudando su carácter perverso: “La devaluación del bolívar, implícita en las medidas adoptadas por el Ejecutivo en fecha reciente, afectará el costo de la vida. El Índice de Precios al Consumidor sufrirá un incremento tanto más alto cuanto más dependientes seamos del comercio exterior para satisfacer nuestras necesidades. Venezuela importa 95% de los alimentos y materias primas de origen agrícola, lo cual equivale a declarar que una devaluación como la acordada tiene una repercusión del cien por ciento en el caso de las mercancías a las cuales acabamos de aludir. El caso de la industria es el mismo, pero la dependencia del exterior se manifiesta de otra manera. Los bienes industriales se elaboran en el país en una proporción mucho mayor, pero se utiliza casi 100% de materias primas importadas. Tanto las materias primas elementales, como el algodón para las telas o el cuero para el calzado, como materias primas de mayor solera técnica, provienen en más alta proporción del exterior. De todas maneras, la industria venezolana es una maquila atípica, porque no se importan las materias primas para luego vender los bienes elaborados con ellas al exterior, sino que se ofrecen en el mercado nacional.” (El Topo Obrero, 02-02-2010).
En la misma línea de pensamiento crítico, el camarada Manuel Sutherland, en sus “Críticas Marxista a las Medidas: Devaluación, Sustitución de Importaciones y la Venezuela Exportadora. Propuesta para No Empeorar a la Clase Obrera”, denunciaba la mala política devaluacionista puesta en moda por Giordani: “¿Por qué la burguesía y lo más reaccionario del mundo aplauden la devaluación? Fácil, porque es una forma de abaratar el costo de la Fuerza de Trabajo y aumentar sus beneficios. Así, las transnacionales que explotan (o mejor dicho, realizan un ecosidio) en la Faja del Orinoco, van a gastar sólo la mitad de los dólares que usaban antes para pagar a los obreros en el país, repatriando mucho más beneficio a su casa matriz en el extranjero. Asimismo, con la devaluación, los tenedores de activos fijos los verán revalorizarse (o licuar sus deudas en Bolívares) y a los que no tienen activos, les será mucho más costoso adquirirlos. Cuando los empresarios trasladen la devaluación a los precios de venta, podrán exigir más trabajo por los mismos medios de subsistencia (cristalizados en salario), lo que ahonda la explotación. La devaluación es un favor que la burguesía exigía a gritos.” Como puede apreciar, camarada Maduro, no es necesario que la burguesía tenga un miembro de su clase en el gabinete para impulsar sus políticas, con solo un representante les basta, así no sea uno propio.
En los desmentidos previos, a la medida, dados por voceros del BCV, como el caso del primer vicepresidente, Eudomar Tovar, está la clave del por qué la medida es improcedente: "No hay condiciones para un ajuste cambiario. Nosotros cerramos con un superávit en nuestra balanza de pagos. Estamos fortaleciendo eso, y vamos a seguir trabajando para que se fortalezca nuestra economía". El mismo presidente del ente, Nelson Merentes: "El presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, declaró hoy que no está previsto para el año 2013 una devaluación de nuestra moneda nacional al señalar que "no es un tema que se esté conversando” (…) Lo que “puedo asegurar responsablemente es que ni el Ejecutivo ni el BCV estudian una devaluación", sostuvo..." Palabras más, palabras menos que, al igual que nuestra moneda, se han devaluado ante nuestro pueblo. Como vulgares mentirosos han quedado ante nuestro pueblo, tan iguales como el tal Capriles Radonski.
La perspectiva de una nueva devaluación está a la vuelta de la esquina, la burguesía comercial gana una batalla importante en su campaña de deslegitimación del gobierno encabezado por el vicepresidente Maduro. Especulación, ausencia de anaqueles de productos esenciales de la dieta diaria continuarán, con la perspectiva de acentuarse ante una burguesía que se siente fortalecida, de hecho, apenas a un día de haberse tomado la medida, los productos importados duplicaron sus precios. Inflación galopante, es la perspectiva más inmediata, afectándose con ello, los sueldos y salarios, lo que motivará la movilización de la clase trabajadora en exigencia del incremento de sus sueldos y salarios como medida de resguardo de las condiciones de sobrevivencia de sus núcleos familiares. Desconfianza, de los sectores populares, hacia dirigentes fundamentales de su Gobierno Revolucionario, es una de las consecuencias más funestas de este episodio de nuestra lucha de clases; la mentira tiene pies cortos. El no acompañamiento de las medidas, con otras de compensación a los sectores más desasistidos de nuestra población, es un error que debe ser corregido más temprano que tarde.
Detener a Giordani y su apetencia de implementar un “paquetico” neoliberal, es la principal tarea que debe conllevar a la clase trabajadora a su unidad de acción. Como lo anunciara en su presentación ante la Asamblea Nacional del Presupuesto Nacional: “En Venezuela, lo regalado se tiene que acabar”, dijo el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, al señalar que se deben cobrar ciertos servicios que ahora están fuertemente subvencionados, como la gasolina. “El gratis se acabó y el regalado también”, indicó Giordani en una entrevista en VTV al criticar la mentalidad “rentista” venezolana, derivada de la producción petrolera del país. Al recordar el subsidio de la gasolina, el ministro subrayó el absurdo de que en las gasolineras de Venezuela, a veces, se deja más propina de lo que cuesta llenar un tanque.” (Últimas Noticias, 28-11-2012). “El ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, dijo que el control de cambio se mantendrá, pero con algunas modificaciones. Así lo informó el funcionario en una entrevista publicada en El Correo del Orinoco, en la que afirmó que mantener el control de cambio es “absolutamente necesario” porque la economía de Venezuela “sigue siendo rentista”. “Habrá que flexibilizar las cosas para podernos adecuar a las exigencias” de la situación económica actual, precisó. Giordani aseguró que con el Banco Central de Venezuela y el Instituto Nacional de Estadística se está “examinando” la especulación respecto al mercado paralelo, un tema del cual el Gobierno mantiene un permanente monitoreo. El ministro considera que la economía venezolana está sana, pero tiene elementos como la burocracia del Estado que deben ser evaluados.” (Últimas Noticias, 28-11-2012). Estas medidas, son parte de ese anuncio hecho el año pasado. Tal parece que, la enfermedad del camarada Chávez, le facilita la introducción de su “paquetico” de marcado corte neoliberal. Despidos generalizados en la Administración Pública, congelación o alianza con sectores burocratizados de la dirigencia sindical patronal para minimizar beneficios socio económico, militarizar la relación laboral (caso Galleteras Carabobo, Cementeros), represión como respuesta a los conflictos laborales por incrementarse, eliminación de la tercerización por la vía de los despidos, entre otras medidas de marcado corte anti popular es lo que se avecina para este 2013. Pasadas las elecciones, el verdadero rostro de Giordani comienza aparecerse ante todas/todos nosotros.
Resistir, luchar y avanzar es la consigna que la clase trabajadora debe alzar en esta hora de contrarrevolución avasallante. No hay otra alternativa, para quien pretende “construir el Socialismo con las armas melladas del capitalismo”. Para las y los trabajadores de la Patria, la única alternativa posible es empujar más y más hacia el Socialismo. Como bien enfatiza nuestro presidente, el camarada Hugo Chávez, “vía venezolana al Socialismo” y, para eso nos convoca a construcción. No plantea, “capitalismo de Estado”.
Construir Socialismo, no es otorgarle concesiones a los tradicionales enemigos de la Revolución Bolivariana y, mucho menos, a la llamada derecha endógena que, internamente, conspira contra toda posibilidad de cambio revolucionario que afecte sus grandes negocios con los enemigos tradicionales de la Revolución, la burguesía y el imperialismo.
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