Hoy parecí como un Lord o como un Sir o acaso como un Duque, Marqués, Conde o cualquier otro de la nobleza o de su cercanía; es que me puse una chaqueta nueva y pese a que tengo sangre roja rojita, más parecí de sangre azul.
En uno de los bolsillos apareció mi cédula, ya la creía perdida desde el día de las elecciones, en otro bolsillo apareció también, dobladito, un recorte de periódico titulado como “Un Grano de Maíz” (Toby Valderrama) y que a la sazón un compatriota me consignó para el análisis, análisis que entonces no hice sino ahora, casi tres meses después.
Bueno, fue hoy cuando yo leí las referidas reflexiones, a destiempo pero francamente nunca es tarde.
Debe ser un gran muchacho el autor Toby Valderrama, ya que lo planteado por él en esas reflexiones me pareció altamente valioso y muy concreto, se pregunta él: ¿Es el Partido Comunista Venezolano revolucionario?
Plantea el compatriota Valderrama que en momentos en que hay desatada una feroz campaña para romper la conexión Líder-Pueblo y quebrantar la autoridad del Comandante en Jefe (Noviembre-Diciembre), el PCV figuró en la movida contra la autoridad del Comandante y ello fue extremadamente notorio por el apoyo comunista a Porras, pieza clave en el desconocimiento de la autoridad del Líder patrio Hugo Chávez.
“No se explica -prosigue el compatriota- ni se justifica que el PCV participe en una operación contrarrevolucionaria que apunta contra el corazón de la Revolución”.
“¿Qué los impele, qué intereses los mueven?” -se pregunta inteligente el autor del referido “Un Grano de Maíz”, para luego sentenciar con certeza “La conducta del PCV (entonces) puede ser cualquier cosa menos expresión de valores revolucionarios”.
¡Rectas de humo!
“Con la obligación por la nostalgia de quienes fueron militantes del partido de Gustavo Machado, de Guillermo García Ponce, de Alberto Lovera, de Livia, escribimos este Grano para reflexionar sobre la actitud del PCV, y preguntarnos: ¿Es revolucionario el PCV? Las siglas otrora gloriosas ¿aún mantienen el rumbo?...¿se perdió en los tremedales de la indefinición ideológica?” Sic.
Pocas veces yo comparto a pie juntillas la reflexión de alguien a quien no conozco, esta vez sí.
Prefiero no añadir, de mi parte, criterio alguno al tema; desconozco la fecha en que fue publicado pero ha debido ser a fines de noviembre del pasado año, un poco antes de las elecciones. Y, como ya dije, fue cortesía de un camarada que tuvo la gentileza de recortar ese bicho para entregármelo, a sabiendas de que soy desafecto del periódico.
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