Una de las características esenciales de Chávez es su capacidad de avanzar. Su pensamiento era un misil dirigido al futuro. El movimiento intelectual fue su sino, no se detuvo… evolucionó. Siempre navegando en un inmenso caudal de amor, nunca perdió el rumbo.
La Revolución Bolivariana, Chavista, tiene esa cualidad: evoluciona, va superando las etapas y escoyos que la vía supone. Se puede dividir la historia de la Revolución en dos grandes fases: una, la etapa del pago de la deuda, y otra, la etapa de la profundización del socialismo. La primera etapa la cumplimos con éxito, fue un formidable ataque a la pobreza, se disminuyeron los índices y el pueblo humilde se sintió atendido, amado. Todas las Misiones son signo y símbolo de la preocupación por los más necesitados.
Ahora, es necesario avanzar, dar un salto. Estamos preparados, es necesario estarlo para restaurar y reorganizar las relaciones sociales. Usar la renta petrolera para crear una poderosa economía de propiedad social, capaz de altos niveles de producción, con grandes fábricas y producción agrícola eficaces, superando la fragmentación del conuco, de la pequeña empresa ineficaz y fragmentadora. Economía que sea capaz de entrelazarse con la Conciencia del Deber Social. Al lado de este núcleo se debe construir una poderosa organización social con altos niveles de formación política.
Se trata de una Revolución. Es decir, de "cambiar todo lo que debe ser cambiado". Desde la distribución de la población, hoy hacinada en las grandes ciudades, hasta el cambio en la manera de producir y de consumir. Superando las necesidades artificiales creadas por el mercado, y conquistando las necesidades que tengan el desarrollo del humano como centro y no el consumo de fetiches mercantiles. Pero sobre todo rescatar el amor en las relaciones humanas. Ese día, en esa sociedad, los males que hoy nos aquejan desaparecerán, y el humano tendrá condiciones para su desarrollo pleno.
Ese día Venezuela será un verdadero País Potencia como lo soñó el Comandante Chávez. Seremos ejemplo en el mundo siguiendo el deseo del Libertador: "Yo deseo más que otro alguno, ver formar en América la más Grande Nación del Mundo, menos por su Extensión y Riquezas que por su Libertad y Gloria." Es así, la mayor libertad que podemos conquistar es liberarnos de la esclavitud del capitalismo, liberar a la sociedad toda del trabajo enajenado, y esta liberación será la mayor gloria que pueda conquistar una nación.
Nicolás Maduro es la continuación de este movimiento histórico que comenzó el 4F . Fue designado por Chávez para dar continuidad al proceso y, sin dudas, está preparado para cumplir el compromiso. Su mayor fortaleza es el amor del pueblo de Chávez que lo capacita para erguirse sobre sí mismo y convertirse en guía de las batallas que están por venir.
Votar por Nicolás es votar por mantener viva la llama que encendió el Comandante, y evitar que todo lo andado se pierda en las fauces de la oligarquía magnicida.
¡Con Chávez es con Maduro!
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