El enemigo oligarca nos acosa, se lanza en una embestida final.
Son días de enfrentamiento, es necesario conocer al enemigo y conocernos a nosotros mismos, condición indispensable para optar al triunfo.
¿Quiénes se enfrentan y por qué?
La oligarquía nos enfrenta por la posibilidad revolucionaria que representamos, saben que encontraremos la vía del cambio y fundaremos un mundo sin sistema de castas, de apropiación de la riqueza social, de creación de privilegios para algunos y miseria para las grandes mayorías.
Un mundo donde todos vivamos de acuerdo al mandamiento cristiano: como hermanos, donde cada uno aporte de acuerdo a su capacidad y reciba de acuerdo a su necesidad. Es la causa de su ira, por eso nos atacan.
El pueblo, la masa, pero sobre todo los humildes, deben estar conscientes de la calidad del enfrentamiento, esta es condición para conseguir el triunfo. No es algo superficial, no es algo pasajero, ni es un caprichito: se trata de la misma causa que llevó a Bolívar a San Pedro Alejandrino y el móvil para el asesinato de Chávez. Son los mismos actores y los mismos intereses: es la lucha milenaria entre las oligarquías y los desposeídos. Aquí en Venezuela los desposeídos se han levantado y eso aterra a la oligarquía.
La situación es de alta peligrosidad para la Revolución, para la esperanza socialista, debemos poner nuestra inteligencia para enfrentarla. Los contrarrevolucionarios han salido a la calle, muestran su verdadero carácter: el odio, la violencia y la cacería de revolucionarios.
Sin embargo, allí no reside su fuerza, ellos necesitan captar amplios sectores de la base bolivariana, a los pobres, al pueblo, "abusar de su credulidad", manipularlos de tal forma que sean soporte de sus propios verdugos.
La principal batalla se decide en el alma de los desposeídos. Los oligarcas intentan apoyarse en los sentimientos egoístas de la población, levantan las pasiones de la mezquindad, de las salidas individuales. Apuestan a motines para que cada uno busque su propio beneficio, y para que la suma de estas acciones individualistas produzca una acción política que ellos capitalicen. Saben que sin el apoyo de los humildes ellos no pueden hacer su contrarrevolución.
Es urgente dotar al pueblo humilde de razones sagradas por las que valga la pena luchar, entregarlo todo. El espíritu de abril debe ser el soporte de la lucha que hoy libramos, aquella gesta nos conectó con las glorias de la Independencia, esos días fuimos un pueblo altruista, libertador, capaz de vencer en Carabobo y de cruzar Los Andes, fuimos próceres y, sobre todo, supimos detectar a nuestros enemigos, no nos dejamos engañar por los oligarcas.
Los desposeídos son mayoría, si no los engañan la victoria está asegurada. Los oligarcas triunfan cuando abusan de la credulidad de los pueblos, esa es la raíz de la confrontación y dirección de las próximas acciones. Nuestros medios deben ser medios de formación del espíritu social, trincheras contra el egoísmo.
¡Con Maduro es con Chávez!
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