Un Grano de Maíz

¿Por qué ese resultado?

El resultado del 14 de abril no fue el esperado. En eso podemos estar todos de acuerdo, donde debería haber discrepancias es en la apreciación de este hecho, lamentablemente no la hay porque la discusión no se ha realizado con rigor, con profundidad. Se despacha el suceso a la ligera, no se va al fondo. Discutamos.

Lo que pasó el 14 no es un acontecimiento aislado, ni obedece a razones de esa circunstancia, al contrario, tiene su historia. Es un hecho que la fuerza bolivariana viene mermando desde elecciones pasadas, la realidad viene gritando desde hace tiempo que la política aplicada no rinde lo esperado. He aquí el núcleo del problema, el centro de la discusión necesaria.

¿Dónde está la falla?

Para analizar la política debemos ir a sus raíces ideológicas y económicas, allí nos encontraremos con intereses y conductas propias de las clases sociales. La política, en última instancia, obedece, emana, de determinadas ideologías de clases. Entonces, es allí donde yace el núcleo de la situación.

Resumiendo: la falla de la política es la falla de la ideología de una clase queriendo hacer Revolución.

Si estudiamos las ideologías que han guiado y hegemonizado a la Revolución podemos encontrar tres fases principales:

Una, la ideología burguesa: son los primeros días de la Revolución , intentaban que no pasara de un relevo dentro de la dominación burguesa, una mera sustitución de hombres para que todo quedara igual. Esta fase culmina con el golpe de abril y el sabotaje petrolero, la burguesía se dio cuenta del potencial de cambio del Comandante y tomó el atajo golpista.

La segunda etapa es la dirección de la ideología de la pequeña burguesía, ésta llega hasta nuestros días dando muestras de debilitamiento grave. Veamos.

Su propuesta es en esencia construir el Socialismo sin superar al capitalismo, más bien, en alianza con él. La podríamos calificar de Reformismo, o como dicen algunos clásicos, deformismo, deformadora de la teoría revolucionaria. Esta ideología tuvo éxito en una primera fase regada por precios altos del petróleo y por el extraordinario liderazgo del Comandante. Los errores, las semillas que sembraban no se percibían, eran tiempos de bonanza. No obstante los males corrían por debajo de las apariencias, la ideología, sus cambios, sus propuestas en todos los campos, estimulaban el egoísmo, base del capitalismo, y esa siembra empezó a brotar cuando el enemigo navegó sobre ella y pregonó el egoísmo mejor, con más eficacia que nosotros.

Podemos decir, trayendo palabras de Miguel Enríquez, que el resultado electoral del 14 es cosecha de la agotada ideología pequeñoburguesa.

Debemos entrar en una tercera etapa: la ideología proletaria, revolucionaria, debe tomar el timón, rectificar lo que debe ser rectificado, que se corrijan errores y se cabalgue sobre lo exitoso. La clase obrera debe superar la ambigüedad de una retórica clasista y una práctica economicista, es decir, aliada al capitalismo. Sólo entonces podrá dirigir a la Revolución.

¡Con Chávez, con Maduro!
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Antonio Aponte

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