El laberinto político sólo se puede resolver desde la ideología. Eso lo sabe la derecha y trata de aniquilar con diferentes argumentos a la ideología revolucionaria, ese es el centro de sus luchas hoy, su experiencia histórica le dice que derrotando a la ideología revolucionaria, la Revolución estará también vencida. Veamos.
Los voceros de las derechas (de adentro y de afuera) lo primero que hacen es descalificar a la ideología revolucionaria, la tildan de extremista, han hecho de este término un anatema. Prestigian la entrega de las banderas revolucionarias bajo el eufemismo de sensatez, de mesura, y a la absurda colaboración con los oligarcas la califican como astucia política.
Les desagrada que se diga que la lucha contra la Polar es la misma batalla que rescató a PDVSA, requieren del engaño, vaciar a la lucha de sentido histórico, despojarla de razones sagradas, de pasión, de ideología. Les asusta que la batalla se presente en su justa dimensión: la Revolución es la lucha irreconciliable entre el Socialismo y el capitalismo, entre los oligarcas y el pueblo humilde. Es la misma lucha de Bolívar contra las oligarquías coloniales, la misma de Zamora, Fabricio, Chávez. No hay lugar en ella para conciliación, los oligarcas exigen sumisión, esclavitud.
La derecha intenta detener la marcha al Socialismo, lo hacen de mil maneras. Se apoyan en nuestras debilidades ideológicas, ya vimos como desprestigian las posiciones revolucionarias. Los derechistas de adentro aúpan las posiciones distraccionistas, anarcoides, aquellas cuyo socialismo es un patuque que paraliza las luchas, impide la organización del pueblo, lo desarma para el combate. Lo más lejos que llegan es a proponer formas aisladas, fragmentadoras, egoístas.
En lo político son enemigos del Partido, intentan disolverlo. En lo económico se rinden a la burguesía. Esta desviación anarcoide-populista, causante de los graves problemas que confrontamos, hoy toma aliento, sus "intelectuales" paren absurdos en el intento de debilitar a la Revolución.
No es un asunto de nombres, se trata de denunciar las fallas ideológicas, corregir las grietas teóricas y el rumbo anarcoide. Esto es urgente.
Todo esto está presente en el mapa ideológico. Pero lo más peligroso, el enemigo principal, es el reformismo, el capitalismo light, el de "rostro humano". Éste se beneficia de todas las demás posiciones ideológicas, desde el fascismo enclenque de capriles, que usan como excusa para el pacto, hasta el anarquismo tropical que debilita a la Revolución , estimula acciones desesperadas de la masa, cabalga en el egoísmo marginal e incita a la indisciplina.
La solución a nuestros problemas, propios del avance revolucionario, está en más Socialismo, en profundizarlo. Tenerle fe, buscarlo con el desespero del náufrago que bracea hacia la orilla, transmitir al pueblo esa pasión, educar al pueblo, educarnos nosotros mismos en las cualidades del Socialismo, defenderlo como quien defiende a la vida. No hay lugar para más inventos sin sentido, ahora el dilema es Socialismo o barbarie. Recordemos que sólo derrotando al reformismo se derrota al fascismo y al anarquismo.
¡Con Chávez, con Maduro, con el Socialismo! ¡Resteaos!
http://ungranodemaiz.blogspot.com/