Esta historia, aunque parezca extraña, comienza por el presente. Unas elecciones que debían ganarse con diez millones, y con tres de ventaja, se ganan con doscientos mil votos. Una sociedad que ha sido convocada para lo grande, para fundar modelos que asombren al mundo, el pueblo que cruzó los Andes, que en Abril trajo de vuelta a Chávez, que superó la agresión más cruenta que ha sufrido un país por parte de sus nacionales, el sabotaje petrolero, ese mismo pueblo se estremece por una escasez provocada y circunstancial de papel toalé, porque la leche no hace espumita en el café, o porque no hay la harina de su preferencia. ¿Qué pasó? ¿Qué cambió?
Fuimos convocados para el Socialismo y no encontramos el camino. Nos debatimos como en un "tío vivo" o una danza apache, dando vueltas alrededor de la hoguera del capitalismo, lo invocamos a cada instante. Elaboramos más teorías para justificar alianzas con él que para combatirlo. Nuestra "creatividad" consigue convertir a Marx en un defensor del capitalismo, en un reaccionario.
La explicación a esta aberrante situación debemos buscarla en las raíces de la ideología, en la historia. Veamos.
El modelo de sociedad es una preocupación que ocupa al humano desde siempre. En Venezuela la discusión ha sido intensa y sangrienta, el Libertador tenía su modelo y a él rindió su vida, se impusieron Páez y Santander. Fabricio llamaba a abandonar el campo reformista, pero triunfó la socialdemocracia rentista, y se instaló más de medio siglo de punto fijo. Chávez nos propuso el Socialismo del siglo XXI, en esa batalla estamos.
El concepto de Socialismo del siglo XXI es quizá el más vapuleado en la historia, ha soportado una avalancha de palabras, frases y definiciones que lo deformaron, ocultan su verdadera esencia y nos conducen al capitalismo. Allí están China y Rusia, en revisiones similares, en "inventos" que terminaron siendo más capitalistas que los gringos.
Si de Socialismo habló Chávez, si hacia allá vamos, entonces lo primero que debemos precisar es ¿qué entendemos por Socialismo?, ¿qué esperamos conseguir con él?, ¿cuáles son sus características? Ese, nos parece, es el centro de la discusión, y además necesidad urgente so pena de fracasar. Si no conocemos la meta, no sabremos el rumbo, las acciones, los pasos, siempre serán falsos.
El Socialismo está bien definido en los clásicos, allí está señalado el camino correcto, en los libros, que algunos consideran excremento de dinosaurio pero que son acervo de la humanidad. Los libros, esas enseñanzas que la oligarquía y algunos no quieren que llegue a la masa, son reflejos de la práctica revolucionaria de siglos. De allí se nutrieron los clásicos: Lenin escribió desde las entrañas de una Revolución, lo mismo Fidel, el Che, Marx se alimenta en la Comuna de París y en el capitalismo inglés.
En la sabiduría revolucionaria acumulada por la humanidad está la respuesta de qué pasa en la Revolución Bolivariana. Estudiémosla, la otra opción es perecer.
¡Irreverencia y Lealtad!