Estado y socialismo del siglo XXI

El debate sobre el Socialismo del Siglo XXI propuesto por el Presidente Hugo Chavez como forma de organizacion social, economica y política para nuestra nación necesariamente alude al asunto del Estado.

Dos tesis se pueden plantear a este respecto.

La primera indica que en la actual etapa de transición las diversa reformas y rupturas ocurridas en el último periodo de nuestra historia han sentado las bases de una nueva organizacion estatal.

La segunda sugiere la necesidad de pensar nuevas formas de organizacion publica en las que prevalezcan los principios del socialismo, la democracia popular, la propiedad colectiva y el bienestar de los integrantes de toda la sociedad.

Si bien es cierto que aun se mantienen estructuras del viejo estado capitalista, burocratico y corrupto, no menos cierto es que la Revolucion Bolivariana ha hecho un gigantesco esfuerzo de transformacion profunda de la maquinaria estatal puntofijista.

Al sumar muchos eventos de reforma se encuentra como resultado una nueva concepción y organización de los aparatos publicos de gestion. Me refiero a lo aportado por la Constitucion de 1999, a las leyes habilitantes, a las Misiones y a la abundante normatividad expedida en los años recientes para modificar la compleja organizacion del Estado. Para no ir muy lejos, llamo la atencion sobre la recientemente expedida Ley Organica de la Fuerza Armada Nacional que le da un vuelco radical a la gestion de la fuerza y la violencia. La LOFAN es una ruptura radical con el aparato militar represivo utilizado por las viejas clases reccionarias para conserva e incrementar sus privilegios y mantener la explotacion y opresion de las grandes mayorias populares. Llamo tambien la atencion sobre las leyes y normas que regulan los medios de comunicacion e informcion. La ley de Responsabilidad Social y la propia Ley de Cultura son la más demoledora accion revolucionaria contra la hegemonia cultural de las clases reaccionarias. Se rompio el monopolio del imperialismo, la burguesia y los terratenientes en el ambito de la informacion y el analisis publico de los sucesos cotidianos de nuestra nacion.


Otras transformaciones son trascendentales como aquellas que fortalecen los ambitos locales y regionales de gobierno; o aquellas que inducen la participación popular en la veeduria y el control social sobre los funcionarios publicos y el gasto de los presupuestos; o aquellas que potencian la conciencia y la participacion politica de millones de compatriotas, antes excluidos o manipulados por el clientelismo y las practicas viciadas de la politiqueria adeca y copeyana.

Se ha creado una amplia institucionalidad dotada de la más sólida legitimidad para esta etapa que algunos caracterizan como de transicion hacia el Socialismo del Siglo XXI.

Transicion que seguramente tomará varios años y en la cual es inevitable la convivencia con formas de organización capitalista de la economia. Seria necio pretender desconocer esta realidad. Hasta el propio Lenin, despues el triunfo de la Revolucion en 1917, planteó un programa, la Nueva Politica Economica, que implicaba la presencia del capitalismo en muchos ámbitos de la economia sovietica. Aca habrá capitalismo durante un largo periódo pero tendra que convivir con hechos cada vez mas resueltos en favor del Socialismo y el humanismo que se desprende de esta concepcion filosófica y politica. Es lo que permite la correlación de fuerzas y aconseja la sensatez politica revolucionaria. Lo otro es puro infantilismo de izquierda que le sirve en bandeja de plata las cosas al imperialismo y los escualidos.

Desde luego, ese es el actual debate sobre el Estado. Sin embargo, tenemos que pensar nuevos desarrollos de la estatalidad para el Socialismo que nos proponemos construir en el mediano y largo plazo.

El Socialismo es una ruptura con el viejo estado capitalista, entendido como la gerencia general de la explotacion obrera y el monopolio de la violencia de minorias sociales oligarquicas.

Pero el Socialismo debe descartar la tentacion burocratica y corrupta. La experiencia del patrimonialismo feudal desplegado en los antiguos paises socialistas nos debe servir de experiencia para evitar tan descomunal error. Fue ese tipo de desviacion el que fracasó la experiencia soviética.

Al Estado Socialista mínimo (anti neoliberal), descentralizado y democratico debemos llegar mediante multiples y constantes reformas que combatan el elitismo burocratico y la corrupcion con los dineros públicos. El Estado debe ser sometido a constantes revisiones y cambios. Puede ser que algunas cosas funcionen y se mantengan, pero habra otra que no y deberan cambiarse rápido para evitar desviaciones fatales.

Pongo como ejemplo lo ocurrido recientemente con el dispositivo encargado del tema de vivienda y el desarrollo urbano. El propio Presidente Chávez ha llamado publicamente la atención sobre sus deficiencias y a partir de tales obsevaciones se han implementado correcciones y ajustes pertinentes. Es lo correcto. El Estado debe estar sujeto a una permanente critica revolucionaria dada sus complejidades y magnitudes estrategicas.

Planteo estos elementos para el debate entre los expertos y lideres populares. Es un tema que no debemos descuidar. Hoy no más el punto de la corrupcion es un topico que provoca demasiadas controversias que tocan al Estado. La corrupción no es una politica de Estado como pretenden sugerirlo ciertos resentido e ignorantes. Es una patologia social que exige remedios politicos. Remedios que solo el debate publico permite determinar. Acusar a la revolución bolivariana y a su liderazgo de patrocinar la corrupcion es simple y llanamente un desenfoque absoluto en el diagnóstico y solución de esta peligrosa problematica.


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Horacio Benitez


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