Decía un clásico búlgaro: “Una Revolución sólo es tal cuando sustituye los símbolos del pasado, cuando instaura sus propios escudos, banderas, su propia Meca, su historia, su épica”. La Revolución es una religión que se afirma en el alma de los pueblos, allí se hace leyenda, la realidad se transforma en espíritu. Los símbolos la resumen.
La cruz y el pez (ichthys) son símbolos del cristianismo más puro. El tricolor de las ocho estrellas resume nuestra historia. La Internacional guarda en sus notas lo mejor de la Revolución mundial. El Granma es emblema de la primera Revolución Socialista de este lado del mundo. El Panteón Nacional es lugar sagrado donde reposan parte de nuestros héroes, de la memoria de este pueblo, allí el Libertador nos recuerda de qué estamos hechos. El Memorial del Che en Santa Clara es Meca para los Revolucionarios.
Se comprende entonces que el fascismo, la contrarrevolución, tenga como objetivo principal destruir los símbolos revolucionarios. No es una casualidad que los asaltos a las Revoluciones siempre terminan con derribo de estatuas, quema de libros, profanación de símbolos… asesinato de líderes, símbolos vivientes.
Cuando hay Revolución, siempre, simultáneamente, emerge el fascismo, la crueldad, la infamia. Es que la Revolución es el surgimiento del amor en severa e inexorable confrontación contra el odio. El fascismo, lo viejo, se levanta contra la Revolución movido por fuertes sentimientos de odio, de muerte, he allí la causa de tanto oprobio, tanta muerte, de poetas, de mujeres, de niños inocentes. El fascismo odia a la vida, odia al amor, es la esterilización del espíritu.
Hoy la Revolución está bajo fuerte embestida fascista. Los más crueles representantes de la perversidad se activan, las señales son claras. Lo que pasó el 15 de abril es un preámbulo del odio que acumulan, los mueven los peores sentimientos, los mismos que asesinaron a Lumumba, a García Lorca, al Che, los mismos que persiguieron a poetas en abril y plantearon cacería de chavistas.
Uno de los objetivos de su ofensiva es el Cuartel de la Montaña, perseguirán a Chávez hasta la tumba, no pueden permitir el símbolo que ya es, no toleran que se hizo religión. Es seguro que cuando se lancen al asalto, intentarán profanar la tumba del Comandante.
leopodo lópez da nuevas señales del odio que los moviliza: derribó una estatua de Fidel.
leopoldo lopez el de la oligarquía con los ojos y la sonrisa de la hiena, con el temblor untuoso de la serpiente, se subió al pedestal profanado y, exhibiéndose con la misma satisfacción del centurión que crucificó a Cristo, proclamó su ira contra la vida. Blandiendo un pedazo del monumento, cual arma de guerra, advirtió al mundo sus intenciones de borrar el amor de las entrañas de los pueblos, que perseguirán el amor hasta debajo de las piedras.
El derribo de la estatua de Fidel es una señal de que nos enfrentamos a un monstruo que no tolera que los humildes se rediman, al que intente liberación de la miseria espiritual y material lo crucifican… Saben que mientras exista el Cuartel de la Montaña Chávez estará con nosotros y habrá esperanza. Su odio sólo se saciará cuando profanen al Cuartel de la Montaña…
¿Los vamos a dejar? ¿Este pueblo dejará que los fascistas pisen el Panteón de Chávez? Les advertimos que para llegar allá, antes tendrán que pasar sobre miles de cadáveres de patriotas, y el camino quedará regado con la sangre de los fascistas.
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