Bombardeos imperialistas de decepción contra la Revolución Bolivariana

La guerra terrorista que ha desatado el imperio yanqui contra la Revolución Bolivariana, está destinada, fundamentalmente, a generar decepción en todos los niveles del pueblo venezolano, especialmente en los más pobres y necesitados.

El Comandante Hugo Chávez, durante su despliegue gubernamental revolucionario, creó mecanismos y, especialmente, misiones, para atender elementos graves de deuda social, característicos del capitalismo y, en Venezuela, de los gobiernos del denominado período puntofijista.

La estrategia desplegada por nuestro Comandante Supremo, resultó extraordinaria. Sorprendió al enemigo, como debe ocurrir siempre en una guerra que es insurreccional y que pretende derribar a un enemigo tan poderoso y añejado, como los Estados Unidos, su Departamento de Estado, sus servicios de inteligencia y de policía, como la CIA y el FBI, y la coordinación demoledora que se planifica para preservar el poder imperial, desde el Pentágono.

A veces hemos centrado nuestro interés y flanco de ataque en acciones como la de guerra económica, la mediática o la política -para mí, la más débil en el campo enemigo- y alguna en el terreno simbólico.

Como ciudadano de a pie, como revolucionario que, todo el mundo sabe, ando por las calles sin investiduras de ningún tipo, sin enemigos pequeños, sin iguales envenenados para pretender eliminarme, me corresponde hacer colas, trámites, solicitudes, perseguir dónde hay pollo, azúcar y harina para llevar a casa, porque el papel tualé poco me importa ya que me crecí en un barrio donde se le daba utilidad higiénica al papel entintado de los periódicos. ME ALARMA, me preocupa, me despierta todos los sentidos, el descubrir que se han infiltrado todas nuestras estructuras de funcionamiento, social, político, económico y hasta militar, de modo que sintamos que todo cuanto se hace, por parte del Gobierno Bolivariano, está planificado para que salgamos decepcionados.

Se quiere sembrar en el pueblo venezolano la idea de que este gobierno ha fracasado y es inepto. Se quiere -y en muy buena medida se consigue- debilitar las acciones de la Revolución, sabotearlas, sembrar el desasosiego cuando haces una cola para comprar leche -porque tus pequeños hijos o tu anciana madre, la necesitan como algo básico- y, finalmente no la consigues.

Se nos quiere hacer sentir frustrados y decepcionados del gobierno cuando, acudes a alguna agencia de la banca pública y sales de allí frustrado porque no consigues resolver lo deseado: seguramente algo de poca trascendencia en trámites y burocracia.

Se nos quiere hacer sentir frustrados cuando queremos pagar un impuesto -como buenos ciudadanos-, tramitar la cédula o un pasaporte, solicitar el certificado médico que (antes expedía Sanidad y ahora) expide el Ministerio de Salud. Cuando necesitas comprar una medicina y ya no está ni en los FarmaPatria y, de vez en cuando , si (es parte del jueguito terrorista), en alguna de las transnacionales farmacéuticas.

Nada de extraño tiene el que la derecha fascista, actuando dentro de Venezuela, atice la candel del rumo señalando que “se avecina un estallidos social”. Es la misma fórmula aplicada por el mundo y también en nuestramérica. Están construyendo los escenarios para que se dé su anhelado “sacudón”. Debemos estar alertas y no dejarnos sorprender. Debemos desmantelar los campos minados de desaliento. Es la contrarevolución, con apoyo del gran capital y las políticas imperiales, la que quiere volver a ponerle las manos a Venezuela, a sus riquezas y a sus inmensas reservas energéticas.


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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

 ivanpadillabravo@gmail.com      @IvanPadillaB

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