El futuro construye el presente


"El futuro construye el presente" A primera vista la sentencia luce fuera de toda lógica ¿Cómo algo que todavía no existe va a construir el hoy que sí existe? En política es así, el futuro puede construir el presente. Veamos.

El humano tiene la facultad de imaginar al futuro, y ese futuro imaginado puede gobernar sus acciones, sus decisiones de hoy. Tal como perciba el futuro construirá el hoy político.

Es así, en la política burguesa el presente, la propaganda, tienen alto componente que busca una determinada percepción del futuro, a veces como promesa, otras como amenaza.

Lo anterior se aplica  a los días que hoy vivimos. La oligarquía, sus medios, la prensa, la televisión, las declaraciones de los “expertos”, se empeñan en pintar un futuro negro para el país, se habla de desabastecimiento, caída de la economía, aumento de la inseguridad, y algunos trasnochados asustan con la llegada del “comunismo”. Junto a esto se proponen ellos como la solución, prometen una sociedad feliz que nunca lograron en los siglos que estuvieron dirigiendo al país. Con esa visión del futuro piensan manipular un presente político que les sea favorable.

Algunos en el campo gubernamental aventuran a la miopía de un sector de la población, piensan: si están satisfechos, si pudieron conseguir prebendas hoy, no tendrán capacidad, ni necesidad de ver el futuro, el tiempo para ellos estará congelado en el hoy, no habrá más tiempo que el instante de la compensación material.

Las anteriores son dos visiones reaccionarias de abordar la política.

La forma revolucionaria es educar a la población para que sea capaz de construir en el presente su futuro, con sentido de la historia, del devenir del tiempo, con comprensión de su realidad, transformarla y transformarse con el trabajo “productivo”, que produzca un mundo mejor para todos. Dejar de ver el futuro como un juego de azar que puede premiarnos o no, dejar de ver a la política como una apuesta en la lotería: hoy voto para mañana obtener un premio, si pierdo, si fallo, en la próxima jugada cambio, castigo a unos y favorezco a otros.

Cuando una nación deja que el futuro imaginado, el azar, domine a su presente, se guíe por ese afán del premio fácil, cuando así es educada, no es una sociedad capaz de grandes tareas, de construir un mundo donde el humano sea hermano del humano. Al contrario, es fácil victima de las manipulaciones de los medios, fantoche manejado por los hilos de la política oligarca, muñeco de los capitalistas en sus variadas versiones, está irremediablemente condenada a una vida de miseria espiritual y material.

La tarea de la Revolución no es fácil, muchas son las fuerzas que conspiran para que se permanezca en el terreno conocido de la manipulación de las masas, en la costumbre de engañar en lugar de enseñar. El riesgo de intentar lo diferente, de romper, es la esencia de la Revolución, y es el único camino para ir a la tierra prometida que busca la humanidad desde el inicio de los siglos, para que el futuro deje de ser un azar, una promesa, y sea una realidad construida en el presente.

 
¡Libertad inmediata para Conrado y el vasco Asier!


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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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