En la política la economía no existe como ente independiente: su realidad política es la de un instrumento para llegar al espíritu. En política el espíritu determina a la economía. Alguien dijo: "la economía es un asunto muy serio para dejárselo a los economistas" y el gran Fidel nos alertó sobre la necesidad de "construir riqueza con conciencia y no conciencia con riqueza".
En las circunstancia que atravesamos es necesario tomar en cuenta estos consejos. Somos un país donde la tentación de formar conciencia con riqueza es grande, el petróleo ha nublado el pensamiento de la dirigencia desde hace cien años, y las aguas del facilismo, del rentismo, llevan a parir una especie de populismo-desarrollista que parece ser el sistema que corresponde a nuestro rentismo. pérez jiménez lo aplicó, y ese fue el signo del pacto de puntofijo.
Populismo por un reparto de la renta con criterio filantrópico, clientelar, estimulador de lo más perverso de la espiritualidad capitalista: el egoísmo. Y desarrollismo por una forma de capitalismo caquéctico, subordinado al capitalismo internacional.
La Revolución para romper este ciclo perverso de cultura rentista capitalista, debe invertir la ecuación, los economistas nuestros deben entender la economía como instrumento para llegar al alma, y, aunque parezca temerario, no al estómago, éste es dominado por el espíritu. Es por lo anterior que Bolívar pudo cruzar los Andes con los llaneros, y sólo así nos podemos explicar la grandeza de pueblo moralizado que fue capaz de derrotar a la meritocracia petrolera, o las heroicas jornadas de abril. Sólo un espíritu elevado conduce a los pueblos a metas elevadas, y la Revolución es la más elevada de las metas que se puede plantear la Humanidad.
Cuando se propone una Revolución lo que se está planeando, pretendiendo en el fondo, es un radical cambio cultural, y desde las acciones militares hasta los cantos llevan ese signo.Por supuesto la economía es central en esta faena, pero siempre subordinada al espíritu. No nos hemos percatado de esta necesidad, de haberlo hecho el Ministerio de Cultura estaría en lugar principal en los organismos de economía, igual el Ministerio de Comunicación. Veríamos a la cultura como el arma más importante de la Revolución en lugar de estar repitiendo las acciones, los actos de la cultura burguesa.
En la etapa del "pago de la deuda social" entramos en terreno altamente intoxicante. El rentismo, el populismo, acechan en cada fisura del alma, la tentación es muy fuerte, seduce ganar elecciones con riqueza, sin percatarnos de la conciencia capitalista, egoísta, que estimulamos. Ahora, cambiar la ecuación, salir de la etapa del pago de la deuda social, es la función, el deber, de los economistas revolucionarios. Otro camino sería pasar a la historia como un buen gobierno del ciclo burgués de la política venezolana.
Se dice que estamos en una crisis, es una oportunidad revolucionaria de las que pocas veces se le presenta a una sociedad. A nosotros se nos han presentado algunas, el 23 de enero del 58 fue una de ellas. Lamentablemente todas las grandes oportunidades las hemos resuelto con soluciones burguesas, hacia la derecha… Ojalá, no dejemos perder ésta, quizá, la última oportunidad de esta sociedad.
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