La crisis mundial y el papel del Chavismo


La reciente cumbre de los países de América, realizada en Cuba sin gringos ni canadienses, merece un comentario.

Se puede evaluar la reunión de muchas formas. Se puede decir que fue un triunfo de Cuba contra el aislamiento y se tendría razón. O decir que fue una reunión fraterna, que se buscó la paz, y el juicio sería acertado. Cada país dio su versión del mundo: unos buscaron mercados, otros, legitimidad, algunos oyeron, otros sacaron una vieja chuleta y repitieron lo que se acostumbra decir en esos casos…Podemos decir, sin ánimo de herir a nadie, y siguiendo las palabras de Chávez, que la humanidad sigue de cumbre en cumbre y de abismo en abismo.

Y es así porque se evita enfrentar el problema central de la humanidad, se lo cubre con una retórica muy bella pero inútil. El problema, insistente, estuvo presente allí, en La Habana.

En el mismo salón donde se realizó el cenáculo, seguro que se sintió en la madrugada el aliento helado del polo norte anunciando que el clima está fuera de control. Seguramente, los vientos huracanados no tardarán en devastar a muchos países de los representados en la hermosa sala, adornada con flores que pronto ya no serán polinizadas por unas abejas en extinción.

La humanidad está caminando de las manos del capitalismo hacia la extinción, las señales están en todas partes, y los dirigentes mundiales discuten de economía, de índices, de paz, pero evitan enfrentar al monstruo que causa los problemas. No hay nadie que se levante, se suba a la mesa y grite: ¡Abajo el Capitalismo! ¡Hagamos los cambios necesarios para salvar a la humanidad! ¡Se nos acaba el tiempo! No… allí no retumbó la palabra Socialismo, se susurró como un requisito, con minúscula, obligado. La palabra mercado sí fue un alarido, entró en el recinto como un rey, intimidando a todos, siendo adulado por todos.

Esos gritos harían grande al mandatario, la cumbre sería histórica y, además, nos darían un poco de esperanza en que el humano todavía tiene posibilidades de escaparse de la enfermedad capitalista, de que el Socialismo es posible ahora, que luego será tarde.

Sólo el Socialismo puede organizarnos de tal manera que podamos hacerle frente al desastre ecológico con alguna posibilidad de éxito. En caso contrario, la embestida climática producirá el caos, aflorará lo peor del hombre del capitalismo, se verán escenas apocalípticas, Katrina fue sólo una pequeña muestra.

Nosotros debemos revisar si en esos foros estamos cumpliendo con nuestro deber de Revolucionarios. Cada uno tendrá su evaluación, que cada uno sea su juez, que interprete estas palabras, este alerta. No defenderemos nuestra posición. Pero mañana, cuando haga un frío inesperado o un calor que abochorne, nos nacerá una dudita en el pecho: ¿y si esos científicos dicen la verdad, si están en lo cierto, si es verdad que el capitalismo asesina la naturaleza, que nos lleva a la extinción? Pero quizá será tarde, y ya no importará quién tenía la razón.

¡Viva Chávez y su legado original: el Socialismo!


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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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