Hoy debí emplearme a fondo para meter en cintura a un toro que quiso brincar el corral; no lo esperaba, luego tuve que analizar bien el asunto y he aquí el compendio.
Todos estamos inmersos en una arrolladora tragedia noticiosa impulsada por prensa, radio y televisión enemiga por encargo de extramuros centros de poder imperial; sería ingenuo ignorar que esa circunstancia salpique a más de un correveidile de entre nosotros, que los hay, e inadvertidamente meten la pata.
Se requiere tener suficiente fortaleza de criterios para resistir y vencer la ignominiosa embestida enemiga propalada desde la prensa sedicente; uno que otro de los que se dicen patriotas, se deja y he ahí la dificultad porque entonces la cogen contra Maduro y contra su gabinete, que obviamente es como cabría esperar, perfectible, y en consecuencia vulnerable a cometer cualquier error nadie lo duda, pero están ahí, batallando por la felicidad del pueblo y eso nadie lo puede negar.
La práctica rompe la gramática, eso de hablar bolserías y no exhibir un solo acto patriótico significativo, más allá de correr la lista del 1 x 10 que es una tarea dispuesta por el Comandante Chávez, debe hacer pensar a muchos de los bolsas que se hacen pasar como revolucionarios, acerca del triste favor que le hacen al enemigo.
Pero, al grano de esta reflexión:
Resulta que el patriota al que me refiero es un caballero de esos que no culipandean ante tantas dificultades y eso me consta, siempre ha estado consecuente en la chiquita, que huelga decir en la buena; nunca antes lo vi flaquear en momentos muy duros ayer y menos pensé que ahora pero me llevé un chasco al toparnos y oírle decir bolserías contra la revolución. Me agarró de sorpresa y me arredró un poco.
¡Coño, este toro se salió del corral! –fue lo que pensé-.
Tú puedes ver los toros desde la barrera pero si el toro es tuyo eso es otra cosa.
Conversamos al respecto y dispuse aplicarle la mayéutica eficazmente por lo que le cogí el hilo a la madeja y en eso ando ahora, acordamos vernos el fin de semana para proseguir la conversa y de paso echarnos un trancazo, lo que es bueno para distender un poco la animadversión suscitada.
Resulta que un familiar suyo, comunista de los que hicieron lo imposible para que el PSUV perdiera la gobernación de Bolivar a favor de la MUD, vino a visitarlo y de paso a envenenarlo, y el bolsiclón se puso a hacerle caso, así que tuve que leerle la cartilla, le hice recordar como la Dirección del Partido Comunista Venezolano -PCV- renegó del Comandante desde los primeros días de su insurgencia e inclusive desde los primeros días de él subir al gobierno nacional; fue mucho después cuando las aguas habían pasado debajo del puente cuando el PCV se animó a acompañarnos pero no sin la renuencia y animadversión de su más alto representante, un tal Jerónimo Carrera y otros mequetrefes.
Se trata de una familia donde de 14 votos 11 son de la revolución y es por lo que dispuse estar mosca y he comisionado a quien va a hacer vigilancia estricta de ese caso.
La lucha es a diario y sin tregua, hay enemigos inclusive adentro y el PCV es en cierta manera un germen divisionista dentro de la revolución, dada su naturaleza dogmática; yo no sabría distinguir quién es más dogmático, si la Conferencia Episcopal o el Partido Comunista Venezolano.
No pidamos que todas las noticias sean buenas sino que se tome en cuenta el contexto de donde provienen y que hay laboratorios de guerra sucia ya listos para envenenar al pueblo; además, la verdad tiene que ver también con la ética popular.