Nuestros errores (II)

En una oportunidad, el Comandante Chávez, refiriéndose al derrocamiento de un gobernante de un país hermano, dijo: “es que quieren estar bien con Dios y con el diablo”. ¿Habrá alguna semejanza con la Venezuela actual?. Hasta el gato sabe, que la burguesía venezolana es absoluta y totalmente parasita. Con ella es imposible aumentar la productividad interna en alimentos y otros bienes. Nunca ha sido éste su papel histórico. Es casi completamente importadora. El 62% del enorme PIB nuestro (Más de doscientos mil millones de dólares), el año pasado fue a parar a manos de ésta burguesía. La culpa no la tiene el ciego sino el que le da el garrote. Solicitaron 30 mil millones de dólares del gobierno, y sólo invirtieron 3000. Se afirma que un grupito de venezolanos, tienen más de trescientos mil millones de dólares en USA. Desde los albores de nuestra independencia, la antes oligarquía y hoy burguesía, se vienen chuleado a todos los gobiernos sin excepción. Fue esta misma burguesía la que se opuso a la llegada al poder del Comandante Chávez. Es la misma que paralizó la industria petrolera, la que dio el golpe de Estado, la que ama por sobre todas las cosas el modelo social, económico y político norteamericano, la que no tiene el menor rubor de arrastrase ante su amo. Son los mismos que atacan agresivamente a Maduro, guarimbean, asesinan, maldicen, preparan el magnicidio, y luego son llamados a Miraflores, para darle casi todo lo que pidan. De vainitas no le dan la Presidencia, pero,…. pudieran darle Ministerios. ¿Son estos “los empresarios” que se reúnen con el gobierno y con los que se hará “el socialismo”?. Por dios, se puede ser tan pendejo en política, o hay otras razones, para impulsar esta unidad entre desiguales.

Por su mismísima naturaleza, el capitalismo tiene que ser inequívocamente destructivo, a tal punto de poner en peligro distintas formas de vida en el planeta, entre ellas la nuestra. La lógica del capital, es la de mayor acumulación posible de fortuna. Alaban e impulsan las democracias cuando son por ellos controladas o tuteladas. Por esto les molestaba Chávez; no podían controlarlo. Tampoco el capitalismo puede ser justo, porque la explotación capitalista, es decir, la plusvalía, es verdaderamente delictual. ¿Seguiremos criando cuervos para que nos saquen los ojos?. Los clásicos del marxismo advierten que los revolucionarios llegan al Estado para implosionarlo, no para vivir con él, ni de él. El Estado burgués por su naturaleza está distante de la gente. El Estado es una fuerte máquina de construir contradicciones de diversa índole, que cuida y reproduce el capital, construye burócratas, financia partidos eunucos, legaliza y legitima los negocios de la burguesía, que son contrarios a los intereses del pueblo. El Estado cuando está en manos de revolucionarios, tiene que impedir a todo trance, que se reproduzca la lógica del capital. Hablamos de un Estado al servicio de las mayorías, y gobernado por ellas. Es ilusorio suponer que del seno de un Estado burgués pueda construirse una revolución socialista. El Poder Popular, factor fundamental, vital, imprescindible para una revolución socialista, no puede estar sometido, controlado o bozaleado por los funcionarios del Estado. El Poder Popular es autónomo, autogobiernos en acción revolucionaria permanentemente. Algunos funcionarios, por interés, ignorancia o conciencia, juegan a confundir al Poder Popular, con la dadiva populista y asistencialista. Quieren hacer pasar la limosna lastimera como revolución. Así ni se crea conciencia política colectiva, ni se hace revolución socialista. En tiempos de revolución, el Poder Popular tiene con el Estado “transitorio” aún burgués, dos tipos de reacciones: unas de cooperación y otras de conflicto. Es allí y sólo allí en el seno de Poder Popular, donde se construyen todas las condiciones para el florecimiento del socialismo y la extinción del Estado liberal burgués. Durante décadas, la burguesía y sus partidos lacayos, han trabajado arduamente para hacer de éste Estado su mejor trinchera reaccionaria. En nuestro caso de un Estado rentista petrolero, el efecto es más dañino, porque se trata de un Estado rico, capaz de comprarlo todo o casi todo, hasta la conciencia clasista. El hilo conductor del Poder Popular inevitablemente será las luchas de clases.

Año tras año repetimos los mismos errores, continuamos con este terrible y dañino disparate de importar hasta las mayores estupideces, por una cantidad superior a 40 mil millones de dólares anuales. Desde niño se nos amamanta con la pasión permanente del consumismo. Cuando vamos a la calle, nuestros hijos nos dicen: “cómprame algo” Cuando volvemos a casa el hijo o hija nos pregunta: ¿Qué me trajiste?. El consumismo es en Venezuela verdaderamente patológico. Hasta hace poco, en los Estados Unidos nos llamaban “el está barato dame dos”. Nos decían la Venezuela Saudita. Toda esta cultura consumista y derrochadora, ningún gobierno ha intentado detenerla, por el contrario año a año, es más estimulada. Más de cuatro mil apartamentos propiedad de venezolanos, comprados para ir a pasar unos días en el norte. De que nos quejamos hoy, si somos corresponsables de esta cultura derrochadora consumista. Pregúntenle a la “clase media” (salvada de la quiebra por Chávez), que piensa de los Estados Unidos y de Cuba. ¿Por qué carajos seguimos financiando a los enemigos naturales del pueblo?

Esto que se llama “socialismo venezolano”, es en verdad un arroz con mango. Indefiniciones en las políticas públicas económicas. Mezclas de populismo con asistencialismo, con keynesianismo, con desarrollismo, con “socialismo de mercado”, y hasta manifestaciones de neoliberalismo. ¿Cómo llamar a esta ensalada?. Como si esto fuera poco, cada Alcalde, cada Gobernador y hasta cada Ministro, tiene su plan político, económico y social personal. Los encargados de ejecutar estos planes lo hacen a su manera, y dentro de un mismo estado regional, no hay un programa común. Al II Plan de La Patria, creado por Chávez, se le está diciendo adiós. A realazo limpio se gobierna en Venezuela. ¿Cuánto hay para eso?, se siguen preguntando los estafadores del erario público.

En verdad el Poder Popular no existe, no se le ha dejado nacer. Se le hace creer al pueblo, que Poder Popular y asistencialismo populista es lo mismo. El Poder Popular es autónomo, son autogobiernos locales, es pueblo construyendo su propia historia, viene de abajo. El Poder Popular no puede salir de un Estado liberal burgués. Toda la institucionalidad burguesa ha sido creada y rediseñada precisamente para que no haya ni Poder Popular ni revolución. No debemos seguir con este capitalismo de Estado. Las empresas públicas tienen que ser completamente transferidas al pueblo, pero este pueblo tiene que fraguarse severamente en la teoría y en la práctica revolucionaria. Tienen que ser empresas públicas certeramente socialistas. Para esta labor revolucionaria, necesitamos de un partido revolucionario, pero ocurre, que es más fácil inscribirse en el PSUV, que pelar una mandarina. Se acuerdan de aquellos Toldos Rojos, donde los fines de semana se les pedían a las personas que por favor se inscribieran en nuestro partido, sin el menor rigor para su ingreso. Como puede ser revolucionario, un partido donde no hay ni crítica ni autocrítica. Donde estudiar es motivo de burla, pues el empirismo, el tareísmo y el espontáneismo lo hace todo. Un partido totalmente controlado por las autoridades locales. Un partido que en lo poco que funciona es completamente horizontal. Recordamos al General Müller Rojas, que además de advertirle a Chávez que estaba rodeado de alacranes, decía que el PsuV como partido revolucionario no existía. Un partido que a todas luces es más socialdemócrata que revolucionario. ¿Qué podemos esperar del próximo Congreso Nacional del PSUV?. “Sin teoría revolucionaria no hay revolución”. Lenin.

*Historiador y Profesor Universitario.



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Jesús M. Vivas P.

Profesor Universitario con 45 años de servicio docente. PhD en Historia, egresado de la Universidad Complutense de Madrid. Más de 700 Artículos publicados a nivel nacional e internacional, mas de 60 años en la lucha revolucionaria, soy Jesus "Chucho" Vivas

 jesusm_vivas@hotmail.com

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