Los acontecimientos en encadenamiento y cascada suscitados por la carta que publicó Jorge Giordani, ha servido para prender el ventilador tanto en el gobierno como en la oposición.
Giordani ya en plena vejez y aconsejado quien sabe por cual espíritu se espetó con una carta que quien sabe dónde y cuándo la escribió, http://www.aporrea.org/ideologia/a190011.html aunque deja el sabor de que era una tarjeta roja que tenía debajo de la manga desde hacía tiempo, envejeciendo como él mismo o inclusive me atrevo a pensar, de que antes de que Chávez se nos fuera ya la tenia cocinando a fuego lento; lamentablemente eso ya es como un lugar común de los seres humanos, cuando están casi de despedida, se recogen en vigilia permanente, realizan actos de contrición y hasta casi llegan a ser monjes como el susodicho.
Y esto pasa en El Gobierno de Nicolás Maduro y en El Partido Socialista Unido de Venezuela, por una manía antirevolucionaria de no abrir las compuertas del debate sano y útil, por temor o por estar poco acostumbrados y no ser practicantes de la crítica como instrumento de rectificación, por lo que el agua de la represa de las ideas se sale por cualquier vericueto que encuentra como este que acaba de suceder con Jorge Giordani, y causa estragos en buena parte del país que acompaña las ideas y propósitos de cambio. Por otro lado la oposición pesca en rio revuelto y vuelve héroe al villano de hoy o héroe de ayer.
Ha servido este episodio Giordani, para también ver en la palestra pública los innumerables comentarios y artículos de opinión de gente que antes elogiaba a Giordani como la última limonada de desierto y hoy lo tiene en el solar de la casa, esa conducta también es deleznable y deja mucho que decir de quienes profesan una ideología revolucionaria, pues pareciera que aquí se conjugan grandes debilidades ideológicas o inquietudes reprimidas que los revolucionarios han tenido y tienen frente a este proceso y a quienes lo lideran , todo volvemos a insistir, por no haber una instancia de discusión interna y permanente del PSUV.
Por otro lado se observa a un Diosdado Cabello como uno de los líderes de este proceso y conductor del PSUV, señalar el camino del silencio a la hora de tener que abandonar por cualquier motivo esta revolución y parece sabia y sensata esta conseja, pues luego de haber sido actor fundamental de este proceso político no puede alguien venirnos con el cuento de que yo no fui.
Chávez fue un hombre exitoso por ser frontal, consecuente, solidario, leal y transparente, eso unido a su gran carisma, lo catapultó como un líder político de indiscutible reconocimiento y respeto, elementos estos que fueron su carta de navegación y vida diaria; por cierto, difíciles de encontrar en muchos de los políticos de ayer y de hoy.
Por eso es muy importante y urgente que el PSUV abra una ventana a la discusión permanente de los temas generales del país, que se convierta en agenda cotidiana del partido, para que puedan drenarse y aclararse inquietudes que más de uno de seguro tiene y así evitar estas dos visiones del parlante y el silencio.
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