Si de escribir se trata y que nos llamen "guerreros del teclado", pues con gusto yo asumo mi responsabilidad de lo que escribo. Y no porque no milite o tenga mis criticas al partido que lo gobierna todo y en este caso el gran señor Diosdado Cabello, que con su poder del micrófono intenta aplastar cualquier vía diferente a la de su óptica desde el poder. Y desde la nuestra, detrás del computador, hablamos de los que día a día revuelcan y sacuden la herencia histórica libertaria, ya que ésta va en contra de sus designios, de servilismos y clientelismos, que se han acentuado en nuestros entornos, y que están conllevando, no a ubicarse en la acera del frente como manda este estalinista puro, pero sí a ubicarnos en lo que podemos construir y ver desde una visión social de pueblo y no politiquera.
Se alimentan cada día más de corruptos y traidores, que con su dedo en el poder intentan pulverizar y borrar del mapa político a cualquiera que se alce contra sus intereses, que no son más que continuar con las prácticas puntofijistas heredadas de la cuarta república. Prácticas éstas que desangran y desangran a nuestro país y desencantan cada vez más a cientos de militantes que una vez sembraron sus esperanzas en un país diferente al que Chávez encontró y trato de combatir.
Nosotros, los que escribimos, sabemos que somos enemigos de ustedes, los que con sus prácticas estalinistas persiguen y tratan de silenciar con un discurso que ya está acabado. No nos da temor a escribir el sentir de una amplia base social revolucionaria que no entiende qué rumbo cogió esta vaina. Los que en medio de su confusión preguntan y sí se atreven a reclamar, son considerados enemigos del proceso, y los grandes “dirigentes” políticos de oficina nacionales y locales les caen como cual zamuro a una de carroña,comenzando por sacarle los ojos de la presa, para luego devorarla, dejando así un ejemplo a los demás.
Señores que gobiernan, yo y los "habladores de paja" y de "guebonadas" como ustedes nos califican, no nos merecemos el honor de que seamos leídos por ustedes, pero son tan buenas nuestras "pajas" que nos ganamos ese nombre que nos dieron. Pero les preguntamos: cuántos de ustedes van a una fábrica a trabajar con los trabajadores, cuántos de ustedes van al campo a cosechar lo que producen los campesinos, cuántos de ustedes van a construir casas en un barrio o cuaántos de ustedes van a producir y dejar de comer manjares a punta de negocios torcidos. ¿O es que ustedes en su borrachera no ven que lo que se quiso construir se nos está saliendo de las manos? A mí, por estar detrás de un teclado, pero a ustedes por ser los responsables de lo que yo escribo.
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