Ayer después de ver una películaa donde uno de los personajes es un trabajador de limpieza humillado y que después de 30 años va a exigir su jubilación la cual se la niegan deportivamente. Ese es parte del tema de la película en cuestión.
Luego del cine me fui a un café de esos “bonitos” donde te dan mezclas aromáticas unas mejores que otras según los que atienden el pequeño local y entre sorbo y sorbo llega un chico de estos “maravillosos” que entre el trabajo a fundaciones y que trato hace 18 años, lo conocí en sus días de despecho y de militante de izquierda.
El chico es de parlamento fácil y la primera pedrada es “¿dónde estás viviendo? Le comento que en un barrio obrero, palabras mas palabras menos caray bastó y sobró para que comenzara entre chiste y cuento cruel lo que significa vivir ahí la peligrosidad del asunto, lo feo de sus calles y lo terrible de la violencia urbana.
Me llamó la atención su egreso de una universidad pública, que trabaja con un viejo dirigente de izquierdas y que habla el de integración latinoamericana. Al parecer esta nueva casta de dirigentes o trabajadores de la burocracia revolucionaria se ha venido extendiendo como hongos y se transforma en enfermedad contagiosa entre aquellos que van consiguiendo puestos de cierta jerarquía en la administración pública.
Puede tener cualquier nombre Rene, Juan, Daniel o cualquier apellido García, Zapata, Altamirano, Carreño etc. Hoy mas que nunca me impacta como en la geografía continental latinoamericana como los nuevos patiquines o catrines se van apoderando y haciendo gala del cinismo para apoyar cualquier medida que vaya en su beneficio. No son estudiosos, ni escriben o generan política se van olvidado a quien se deben y aborrecen aquello de “Primero Los Pobres, Arriba los de Abajo, Parias de la Tierra” ya ven su futuro clarito y promisorio.
Nada los diferencia de los jerarcas del pasado o de los que entre fuete y golpe se apoderaban de algún sindicato, visitan a los humildes con un pañuelo en la nariz y trata por todos los medios de olvidar su extracción social, económica y humana.
La realidad es que se van tomando espacios que alguna vez creímos podían estar en manos de los que sabían, conocían, entendían y habían demostrado capacidad para confrontar, convivivir y enfrentar nuevas situaciones.
Dentro de todo este espectro de desaliento vamos viendo dibujándose a gente amable y profundamente solidaria aquellos que van y vienen al lado de “Los de Abajo” y se van creando y recreando nuevos liderazgos fuera de las áreas de influencia de los gobiernos regionales, municipales o del ejecutivo, separados de las grandes personalidades tampoco importan los nombres Juancho, Gladys, Sofía, Carlos, Roland, Mariana y claro menos aun los apellidos y vamos viendo que se apellidan de cualquier forma Medellín, Martí, Boulton, Velasco, López, Losano, Maneiro,etc.
Esos que entre Carapita y la Península de la Guajira van haciendo cosa y actos a pesar del gobierno o de los gobiernos, van desarrollando ideas y colocando piedras no para obstruir el camino y si para levantar proyectos y palabras a ellos me debo con ellos estamos si con los “Pobres De La Tierra” diría algún poeta y luchador social de Nuestra América.
La vida me va alineando y nos va alineando y el tours del pasado me va asumiendo cada día mas carnadura y razones para apostármela no con el que se siente en la Silla de Miraflores o en la Silla del Águila o del Cuervo, nos vamos debiendo a las causas de los pueblos a la lucha por el agua, la tierra, la vivienda digna, la escuela, la salud, la educación y claro La Revolución esa palabra que aun causa salpullido cuando la gritan los “olvidados De La Tierra” y ya como todos y todas conocemos el texto seguimos en esa ruta.
Entonces se decidió que l@s Ministr@s o ellos presentaran su renuncia lo que debieron haber presentado fue resultados tangibles, verdaderos, numerados, con puntos y sin etcéteras, el único “Sacudón” que cambio la historia de las naciones del mundo fue el 27 de febrero de 1989 salimos a la calle a enfrentar un gobierno que devaluaba la moneda, entregaba nuestras riquezas a potencias extranjeras, se aumentaba el pasaje y el símbolo monetario se devaluaba.
La calma se tiene, pero el tiempo siempre está de nuestro lado, a esperar que el reloj marque el próximo segundo a ver cuándo los de abajo, gritaremos BASTA, Los cambios son cosa de los pueblos y no de los gobiernos...