¡Destrucción del Estado burgués o muerte!

La Revolución Bolivariana, se encuentra en una de esas bifurcaciones en que su futuro dependerá de las definiciones que, por decisión de nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez, le tocará al camarada Nicolás Maduro asumir. Decisiones nada fáciles, las cuales estimaremos acertadas en la medida que, se mantengan aferradas a aquella recomendación que le hiciera nuestro Comandante Chávez en diciembre 08 de 2012, pidiéndonos dar nuestra confianza al camarada Nicolás, a quien describía en estos términos: "Es uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad para continuar, si es que yo no pudiera –Dios sabe lo que hace-, si es que yo no pudiera, continuar con su mano firme, con su mirada, con su corazón de hombre de pueblo, con su don de gente, con su inteligencia, con el reconocimiento internacional que se ha ganado, con su liderazgo, al frente de la Presidencia de la República, dirigiendo, junto al pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo, los destinos de esta Patria". Junto al pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo, he allí la clave del buen Gobierno, del buen Gobernante, a la cual se mantuvo siempre fiel el Presidente Chávez.

  El  Comandante Infinito dejó parte de la tarea resuelta al camarada Maduro. Le dejó una Hoja de Ruta (Plan de la Patria), señalándole los caminos a seguir para llegar a buen puerto; un pueblo consciente y politizado; además, una vanguardia revolucionaria organizada: el PSUV. Chávez definía al partido de la revolución, al PSUV, como "un motor puesto en el alma del pueblo". Alto contenido encierra esa definición, no sólo en lo organizativo, sino en lo antiburocrático; por ello, era sumamente exigente en lo correspondiente a sus integrantes: "Un verdadero partido revolucionario tiene que estar formado por auténticos revolucionarios; un partido socialista, por auténticos socialistas". Si bien, el Partido, es una herramienta de apoyo fundamental para el ejercicio del Gobierno, el Comandante siempre nos alertaba que éste, no debía sustituir al Pueblo en su papel de protagonista en la construcción de la nueva sociedad, el Socialismo: "Es el pueblo el que decide; es la comunidad la que decide; no somos nosotros, no es Chávez el que va a decidir… Son ustedes los que deciden, es el poder popular, es la democracia directa, a través de las asambleas populares, a través de la participación, el protagonismo popular" (Comunas, Propiedad y Socialismo. Hugo Chávez, Aló Teórico N° 1, 11-06-2009). Toca al camarada Maduro, la tarea más sublime y más dura que tiene por delante la Revolución Bolivariana: demoler el viejo Estado burgués para que lo nuevo, el Socialismo, pueda emerger sin las trabas que estamos todos y todas presenciando en lo económico y, otras áreas de funcionamiento de nuestra sociedad. Y, tal como lo ha expresado el camarada Nicolás, no va sacarle el cuerpo, ni va correr la arruga, para atacar tamaño desafío revolucionario y, el pueblo todo debe acompañarle o pereceremos en el intento.

  Esa concepción de Gobierno del Pueblo o Popular, más no populista, que caracterizó la gestión gubernamental de nuestro Comandante Infinito, es la que hoy asume el Presidente Maduro en la tarea, enorme tarea, de demoler el viejo Estado burgués y, con ello, la gestión económica de capitalismo rentístico que lo caracteriza y que está produciendo enorme daño a nuestro pueblo, en especial en su calidad de vida. Sigue, el Presidente Maduro, el mandato constitucional establecido en su artículo 5°: "Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos"; con esto, prevenimos las campañas de los enemigos de la Patria que, de seguro, atacarán como inconstitucionales los cambios que se propone realizar el Presidente Maduro en la estructura del Estado, los cuales aspiramos, no sean tímidas reformas sino cambios estructurales, de fondo. Rosa Luxemburgo, tras estudiar la entonces joven revolución concluyó en uno de los Principios fundamentales a considerar por toda revolución: "la revolución avanza o retrógrada", en palabras de la "Rosa Roja", como le llamaron algunos: "La Revolución Rusa no hizo más que confirmar lo que constituye la lección básica de toda gran revolución, la ley de su existencia: o la revolución avanza a un ritmo rápido, tempestuoso y decidido, derriba todos los obstáculos con mano de hierro y se da objetivos cada vez más avanzados, o pronto retrocede de su débil punto de partida y resulta liquidada por la contrarrevolución". De primer orden, tener este Principio presente.

  El propio C. Marx, reconocía la necesidad de una vez conquistado el Estado Burgués proceder a su transformación radical, así lo expresaba en algunos borradores del documento de la Asociación Internacional del Trabajo, analizando la experiencia de la Comuna de Paris: "Pero el proletariado no puede, como lo hicieran las clases dominantes y sus diversas fracciones rivales inmediatamente después de su triunfo, tomar simplemente posesión del cuerpo del Estado existente y hacer funcionar ese aparato para sus propios fines. La primera condición para conservar el poder político es transformar el mecanismo actuante y destruirlo en tanto que instrumento de dominación de clase.[..] El instrumento político de su sumisión no puede servir de instrumento político de su emancipación". En el pensamiento político de nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez, esa fue una de sus mayores preocupaciones, concebía al Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia proclamado por nuestra Constitución Bolivariana como el Estado Comunal: "Por socialismo entendemos democracia sin fin, siguiendo en esto al gran teórico portugués Boaventura de Sousa Santos. De allí, entonces, nuestra firme convicción de que la mejor y la más radicalmente democrática de las opciones para derrotar el burocratismo y la corrupción es la construcción de un Estado comunal que sea capaz de ensayar un esquema institucional alternativo en la misma medida en que se reinventa permanentemente" (Rumbo al Estado Comunal, Líneas de Chávez, 21-02-2010). En su visión del Socialismo Bolivariano, el Comandante Infinito veía en las Comunas, el sujeto histórico de la Revolución Bolivariana.

  Lenin, concibió en "El Estado y la Revolución" una muy particular forma del nuevo Estado, ya bajo la influencia de la Revolución Bolchevique, cuando los soviets (consejos) parecían capaces de repetir la experiencia de la Comuna de París, pero a una escala superior: "De acuerdo con lo afirmado por Marx, el proletariado necesita de un Estado que ya esté desapareciendo, es decir, un Estado constituido de tal modo que inmediatamente empiece a desaparecer"…"La democracia, introducida de modo más completo y consistente que pueda concebirse, se transforma de una democracia burguesa en una democracia proletaria; de un Estado (que es una forma específica de opresión sobre una clase particular) en algo que ya no es propiamente un Estado"…"Durante la transición…el ´Estado´ todavía será necesario, pero se trata de un Estado de transición. Ya no es un Estado en el sentido propio del término" (El Estado y la Revolución, V.I. Lenin, agosto-septiembre de 1917). Con El Estado y la Revolución, Lenin se distanciaba de las posturas reformistas de los eseristas y los mencheviques, quienes planteaban utilizar las instituciones representativas del viejo Estado, amoldarse a ellas. Lenin, en su postura, se acercaba a los anarquistas, solo que, en su concepción, el Estado sólo se extinguiría después de haber hecho realidad la sociedad comunista, valga decir, cuando ya no fuere necesario. En palabras de Lenin: "cuanto más democrático sea el Estado constituido por los obreros armados, no será ya un Estado en el verdadero sentido de la palabra, y más rápidamente comenzará a extinguirse".

  Este debate, no solo se limita al ámbito del pensamiento progresista de la humanidad sino que, dentro de las fuerzas retrógradas, también se ha dado, sobre todo, haciendo énfasis, en su vertiente neoliberal o del Estado ausente. En el caso específico de nuestro país, el reparto de la renta petrolera recibida por el Estado de parte de las compañías transnacionales, vía impuestos y royalties, hacía incuestionable su papel protagónico en la actividad económica. El consenso de 1958, conocido en nuestra historia como el Pacto de Punto Fijo, suscrito en la ciudad de New York, EEUU; dio lugar a la adopción de un modelo de desarrollo, en donde se otorgaba un papel protagónico al Estado burgués, tal es la conclusión si nos tomamos la molestia de leer el Capítulo V, Derechos Económicos de la Constitución de 1961. Es tal Estado, el que impulsa y promueve la creación y fortalecimiento mediante créditos, vía renta petrolera, de la actual burguesía. Es, a comienzos de los años 80 que, desde el propio seno de la burguesía, comienza a cuestionarse tal preponderancia, así se desprende de un documento de Fedecámaras: la "Carta de Maracaibo" (1980), donde advierten la inconveniencia para el empresariado del gran poder regulador del Estado, planteando entonces Fedecámaras revisar su estrategia y papel en el seno de la sociedad. A partir de 1983, con el "viernes negro", la crisis de la deuda externa y el creciente déficit fiscal con lo cual se quiebra el equilibrio fiscal que, por años, disfrutó nuestro país, que se desatan los cuestionamientos al papel del Estado y se inician las exigencias burguesas de hacer retroceder la economía estatal. Decía Marcel Granier (RCTV), por aquellos años: "Si la economía fuera libre en Venezuela, y los individuos se vieran naturalmente impulsados a satisfacer las exigencias del mercado en vez de aceptar cómodamente las arbitrarias reglas del juego impuestas por el Estado, habría mucho menos hombres obsesionados con el mero lucro de su profesión, y más gerentes, administradores de empresas, agrónomos, técnicos en cibernética, genetistas, geólogos y pequeños industriales interesados en competir responsablemente en las áreas donde más necesita desarrollarse nuestro país" (Conquistar la Libertad, Foro: "Libertad y Democracia", Marcel Granier, Noviembre 1987).

  El discurso neoliberal, comienza a sembrarse en terreno fértil con el discurso de la ineficiencia estatal, resaltándose lo privado sobre lo público, el Estado debe destinarse solo a cumplir funciones de seguridad, educación y salud. "La política económica neoliberal afirma con rotundidad que los gobiernos son incapaces de intervenir en el mercado de modo eficiente, de ahí que las principales creencias de este modelo sean las siguientes: 1) El gobierno no debe intervenir, sino aproximarse en la medida de lo posible a la idea del "Estado mínimo". 2) El mercado no solo es sustituto del Estado, sino la alternativa preferente, porque actúa mejor. 3) La asignación y la utilización de los recursos ha de sustentarse en los precios del mercado, que deberán ser los más parecidos posibles a los internacionales. 4) Los objetivos de política nacional, los problemas económicos internos y las fronteras nacionales no deben actuar como obstáculos" (Servicios y Globalización, José Antonio Camacho y Mercedes Rodríguez, p. 15). En el neoliberalismo, la esfera privada se convierte en el espacio de construcción de la sociedad, de la práctica partidaria y sindical, en el espacio de desenvolvimiento y reproducción del individuo. El Estado, en su concepción neoliberal, se constituye para proteger los derechos de propiedad y garantizar el libre juego de individuos que buscan maximizar sus ganancias. En nuestro país, la propuesta presentada en las presidenciales 2013 y 2014, por el doblemente derrotado Henrique Capriles Radonski, candidato de la MUD, es una receta amarga de neoliberalismo puro: "Lineamientos para el Gobierno de Unidad Nacional (2013-2019)". La constitución de un Estado mínimo, donde el mercado marque las pautas de la gobernabilidad es la meta de la MUD, la MID, de la oposición toda en territorio patrio. Tan solo una muestra de las muchas, contenidas en dicho Programa de Gobierno, nos permite apreciar cuán cierta son nuestras afirmaciones: "Como buen alumno, el programa de la MUD declara en su artículo 380: "No debe subordinarse la sociedad al Estado. Debe subordinarse el Estado a la sociedad", y propone como argumentos para la regulación de precios que el Estado los estabilice "por medio del control de sus propios gastos" (Art. 379).¿Y cómo un Estado controla sus gastos? Según la lógica neoliberal, reduciendo la inversión social, despidiendo a sus empleados, privatizando sus empresas y a los sectores que no generen rentabilidad a corto plazo, tal como la educación, la salud, la cultura, etc." (El Programa de Gobierno de la MUD, Romain Migus). Esa concepción de Estado neoliberal, ya fracasó en su intento de instaurarse en la Patria de Bolívar y Chávez, al enfrentarse al Bravo pueblo venezolano, en febrero 27 y consecuentes días de 1989, propiciando la rebelión popular que llamamos como el "caracazo".

  La concepción del Estado que viene proponiéndonos el Presidente Maduro, es coincidente con la propuesta por el Comandante Infinito Hugo Chávez, en lo que concierne a lo estipulado en la Constitución Bolivariana: "Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político" (CRBV, Art. 2°).  En teoría, es un ideal de Estado que está por construirse, solo que, la preeminencia del viejo Estado burgués le impide florecer y manifestarse. Ambos estados, subsisten en medio de una pugna que, ya va para muchos años, uno amenazando al otro; tal cual, planta parásita hospedada en cuerpo extraño, alimentándose de sus sustancias nutritivas hasta secarla, matarla, sino se le destruye a tiempo.

  El Presidente Maduro, para el "desmontaje del Estado burgués", como lo llamara –recientemente- el Vice Presidente Arreaza, ha echado mano de experiencias revolucionarias de antaño y presente. Al Estado Comunal, propuesto por nuestro Comandante Chávez, le ha ampliado en su composición, más bien, le ha Democratizado, incorporando al mismo, el concepto del Poder Popular en su acepción más amplia. Primera Línea: "Construcción de un sistema de Gobierno Popular que articule todos los niveles de gobierno con el pueblo". "El propósito es constituir un sistema que permita sentar las bases para una nueva institucionalidad del poder donde la democracia protagónica se sustente en la verdadera participación del pueblo y facilite el encuentro con los organismos del Estado para la construcción de políticas públicas que impulsen la consolidación del Socialismo en la República Bolivariana de Venezuela" (12 Líneas Estratégicas del Gobierno Revolucionario Presentadas por el Presidente Nicolás Maduro, 2013). En la Duodécima Línea, el Presidente Maduro, nos aclara con qué fuerzas hará esto posible: "Consolidar la fuerza política y social de la Revolución. Fortalecer el PSUV, el GPP y las nuevas alianzas", esto para garantizar el cumplimiento del primer objetivo del Plan de la Patria, que establece la necesidad de "Preservar, recuperar y avanzar en los espacios de gobierno regional y local, para profundizar la restitución del poder al pueblo". El Presidente Maduro viene impulsando, con mucha fuerza, la construcción de los Consejos del Poder Popular, los soviets. Y con el nacimiento de los Consejos, los soviets, activando los Consejos de Gobierno del Poder Popular. Compartir con el Pueblo organizado en Consejos, el poder gubernamental, he allí la esencia de la propuesta en pleno desarrollo, impulsada por el camarada Presidente Maduro. Propuesta, que no se limitará al solo ámbito de las comunas, tal cual se proponía el Comandante Chávez, sino que se amplía al ámbito de la clase trabajadora de la Patria, las y los campesinos, la juventud, los pueblos indígenas, al menos, por ahora.

  El Estado en su definición, no es más que un aparato para la opresión; será la casta o clase que lo dirija para explotar u oprimir al resto de la sociedad la que imponga su destino. En la Revolución Bolivariana, serán las grandes mayorías, el Pueblo todo, quien le ponga su sello de clase al nuevo Estado de Derecho y de Justicia. El Presidente Maduro, nos propone que el régimen político mediante el cual gobierne ese nuevo Estado, sea el más Democrático conocido hasta ahora en la historia de la Humanidad, la Democracia Directa o Participativa y Protagónica. Ante la pregunta de quién gobierna, sin duda, tendremos como respuesta: el Pueblo todo, mediante los Consejos de Gobierno del Poder Popular. Ante la pregunta: Reforma o Revolución, el camarada Maduro responde: Revolución y más Revolución es lo que está por  venir en la construcción del nuevo Estado, el Estado Liberador. Hijo de Chávez sí hace Revolución!!! Que vivan los Consejos del Poder Popular!!! Revolución o Muerte!!!

 



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Henry Escalante


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