¿Quién garantiza el no retorno de la revolución?

En los actuales momentos las fuerzas que conforman la revolución pasan por un periodo crítico producto de la existencia de fallas a lo interno del movimiento aunado al ataque sistemático  de factores de oposición tanto nacionales como internacionales.

La pregunta de interés es ¿Quién garantiza el no retorno?, la respuesta es sin lugar a duda, el pueblo;  pero, vale preguntarse ¿Qué pueblo?

El pueblo que ancla, fortalece y da los cimientos firmes, solidos e irreversibles a la revolución, es sólo un pueblo con ideología.  Otro tipo de pueblo, sin educación y principios revolucionarios, no es otra cosa que el papagayo que toma la dirección según sea la del viento.

Cómo pedirle a un pueblo que comprenda que se necesita tiempo para solucionar su necesidad de vivienda, cuando cae en desgracia por derrumbes, crecida de ríos, inundaciones por lluvia, etc. Cómo pedirle entendimiento a un pueblo si escasea la comida o productos farmacéuticos, sin importar el motivo: propia escases, guerra sucia, falta de divisas, extracción, sabotaje o plan imperialista; si ese pueblo sólo ha sido adoctrinado con discursos televisivos, folletos y emociones propias de las campañas electorales.

El pueblo que se mantiene firme es el que esta ideológicamente concreto, formado, aquel que puede diferenciar entre una medida capitalista y una socialista. Un conglomerado de hombres y mujeres con estas características son capaces de elevar la producción de cualquier país con el trabajo diario y voluntario, comprender situaciones como las arriba señaladas y mantener el punto de apoyo del movimiento transformador.

Debemos reflexionar y preguntarnos cuántos papagayos tenemos en la administración pública, gerentes, jefes de división, directores, que no saben definir plusvalía, que desconocen la moral y ética socialista, que adolecen de principios básicos de la formación de un combatiente; esto sin mencionar a las masas populares que con mayor dificultad les llega cualquier tipo de conocimiento para su formación.

Fundamental e inaplazable debe de ser el fortalecimiento de las escuelas de cuadro y la masificación del conocimiento básico de la teoría socialista. La aprobación de recursos para este objetivo es de extremada urgencia; en ideología no se quiere invertir, porque se considera importante pero no prioritario. ¡Grave error! Lo que puede sostener a la revolución es sólo y únicamente un pueblo formado.

Podemos enumerar muchas bondades del proceso para con el pueblo: la exitosa misión vivienda, el abastecimiento de comida a través de Mercal, la fortalecida Ley Orgánica del Trabajo, el desarrollo de nuevas infraestructuras, los consejos comunales, entre otros; sin embargo, el pueblo debe de borrar de su mente la idea del gobierno paternalista, debe de entender las condiciones sociales, el momento histórico, la transformación en camino, y eso no se logra con el esquema tradicional burgués como forma de vida.

Es posible que muchos de nuestros dirigentes políticos que sin duda están muy bien formados, piensen ingenuamente que el universo restante también lo está.

Si se recuerda la frase, la guerrilla camina al paso del guerrillero más lento, se podría parafrasear,  la revolución es lenta mientras mantenga hombres sin formación.

José Medina. 

joframed1@gmail.com



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José Medina


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