La estrategia revolucionaria, el objetivo estratégico, es la esencia de una Revolución, determina las características de ella. Podemos decir: "La calidad de una Revolución viene dada por la calidad de su estrategia, de su objetivo estratégico". De allí deben desprenderse sus tácticas, sus acciones, su organización, su espíritu.
Toda Revolución derrotada lo fue antes en la elaboración de su estrategia, en carencias fundamentales de la construcción de su estrategia, y estas insuficiencias son, siempre, carencias en la teoría. De allí la frase "sin teoría revolucionaria no habrá práctica revolucionaria". Podríamos añadirle: "Porque sin teoría revolucionaria es imposible diseñar una estrategia revolucionaria".
Lo contrario es verdad: toda Revolución triunfante, lo fue por tener una poderosa estrategia, un objetivo estratégico que le permite superar las derrotas tácticas, convertirlas en experiencia para seguir el rumbo, no se extravía.
¿A qué viene todo este cuento? Nos interesa porque ayuda a entender el momento. La Revolución Chavista sufre una fuerte embestida de la reacción, de la contrarrevolución interna y externa. La agresión tiene varias aristas, la más importante de ellas es despojarla de la ideología necesaria para construir la estrategia revolucionaria, dicho más directo: condenarla a una "derrota estratégica". Afirmamos que en estos momentos la Revolución Chavista está en condiciones de derrota estratégica. Veamos.
Ya en enero del 2014, con la falsificación del Plan de la Patria, que fue despojado de su esencia estratégica, al borrar "la lucha contra la lógica del capital", al plantear en teoría la alianza con los capitalistas, la que luego fue concretada en la práctica, se dio el primer paso para privar a la Revolución de su objetivo estratégico.
Luego vinieron las alianzas con el capital y con la excusa de elevar las fuerzas productivas llovieron los dólares sobre la burguesía, el gobierno cortejó a los empresarios capitalistas. Se concretaba así lo que había asomado con la falsificación del Plan de Chávez, la estrategia revolucionaria quedaba eliminada, la razón de ser de la lucha se perdía, era sustituida por una suerte de capitalismo vergonzante, al punto que el gobierno declaraba directamente que su plan económico era "equilibrar al capitalismo", lo que vino a significar, vigorizarlo.
¿Cuáles fueron las consecuencias de la pérdida de la estrategia revolucionaria, de la pérdida del rumbo al Socialismo?
La Revolución, al perder su rumbo estratégico, produce un vacío, una crisis, en la que el capitalismo va imponiendo su estrategia restauradora, su lógica, los pasos tácticos conducen hacia allá. Y la Revolución se desdibuja, sólo puede hacer piruetas tácticas con la intención de aferrarse a un poder despojado de estrategia. El capitalismo avanza llevado por el viento de las circunstancias, y la Revolución se contorsiona en lo táctico para evitar lo que está decretado por la derrota estratégica de no tener futuro. Así, cualquier movimiento táctico será sólo incongruencia que se la tragará el vacío.
Por eso percibimos este tira y encoge, un pasito para adelante y dos pasos para atrás, el decretar planes que se pierden en el olvido, acciones que se contradicen al día siguiente. Una situación donde lo único coherente es el camino hacia el capitalismo y el debilitamiento del gobierno, perdido cada vez más en declaraciones temerarias guiadas por el desespero, como aquellas de "acabar con el Estado Burgués" o "eliminar los vestigios del capitalismo".
La Revolución se enseria o se pierde. Es urgente recomponer la estrategia, comprender su importancia, el Socialismo no puede ser un recurso para que los voceros lo disparen cuando quieren redondear un discurso, o irresponsablemente lo descarguen cuando el auditorio pida radicalidad. Sin estrategia Revolucionaria, hasta un pequeño soplido meterá en serios problemas al gobierno y a la Revolución.
La estrategia es Chávez, más allá de nombrarlo cumplir su mandato: el Plan de la Patria, el autentico. Luchar contra el capitalismo, contra el imperialismo. La estrategia es el Socialismo verdadero, el que cambia el mundo, no el que es excusa para remozar al capitalismo. La estrategia es tal como lo fue ayer:
¡Horror a las oligarquías! ¡Al capitalismo ni tantico así!