Para avanzar hacia el socialismo, necesitamos de un Poder Popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación que subsisten en la sociedad venezolana. Esto pasa por atomizar completamente la forma de Estado Burgués que heredamos, la que aún se reproduce a través de sus viejas y nefastas prácticas, y darle continuidad a la invención de nuevas formas de gestión político-ideológica. Creemos que es pensar “desde afuera”, en una práctica teórica indispensable para la construcción de la nueva sociedad, y, al mismo tiempo, “desde adentro” para forjar una práctica política con la subjetividad propia de la identificación con los intereses de las multitudes Sin-espacio.
Sólo recordemos los aportes fundamentales a la transición al Poder Popular, entre las nuevas formas de participación y la unidad del pueblo, pasando por la consolidación y la profundización de objetivos tácticos, hasta reconocer que hemos sido más efectivos aprobando reformas y leyes que organizándonos en función de estos cambios. Es imprescindible saber apoyarnos en los rasgos específicos o lo inédito de la revolución venezolana y confiar en los poderes creadores del pueblo como acción consciente esencial -no por la causa de unos iluminados que sustituyan al pueblo- sino por considerar al Poder Popular como sujeto histórico para la construcción de una nueva sociedad. Creemos que reconocer los errores es trabajar para encontrar soluciones que nos coloquen en el camino de la consolidación del proceso revolucionario.
Hay organizaciones que han surgido en medio del proceso de construcción de nuevas formas de participación, y han fracasado. La corrupción, el sectarismo, la forma descontrolada y sin el seguimiento apropiado para implementar estas iniciativas; el proporcionar recursos financieros sin la debida fiscalización y control y muchos otros errores, han impedido esos procesos orientados hacia el empoderamiento de la gente. En medio de los errores, de procesos fallidos, de graves circunstancias que podrían enterrar todos estos logros, la esperanza, sin embargo, tercamente ha vuelto a penetrar los intersticios de la sociedad venezolana y desde cerca y lejos, muchos pueblos buscan inspiración en la experiencia venezolana. En esta guerra asimétrica las trincheras están en todas los lugares donde haya pueblo, donde haya naturaleza, donde haya vida. Una de nuestras armas es nuestra capacidad para pensar, luchar y crear obras revolucionarias.
El pueblo venezolano es diverso y dentro de él hay tendencias que no deben fracturarse, es decir, no deben convertirse en fracciones lideradas por cúpulas que van generando intereses particulares. Al final, esas fracciones pueden terminar compitiendo por los intereses específicos de cada liderazgo, que pueden coincidir o no con los intereses del pueblo. El pueblo es uno solo, que hoy esté fragmentado es una circunstancia que debe ser superada, pues en ello está implicado el éxito o el fracaso de nuestro proceso de cambios.
Las distintas corrientes deben tener como denominador común, la unidad del Poder Popular.
Las interrelaciones, interdependencias y complementariedades, que tienen como denominador común la solidaridad, es lo que debe caracterizar nuestros procesos de organización y desarrollo de corrientes, en correspondencia con un movimiento diverso, como la frondosidad vegetal de nuestros bosques, los grandes ecosistemas unidos por las múltiples interconexiones de la vida.
Las cuestiones que el Poder Popular debería consolidar y profundizar parece que tiene que ver por lo menos con las siguientes ideas y prácticas:
Los problemas vinculados con la construcción económica de la nueva sociedad y los temas de la propiedad privada y social, no son independientes de la idea de un sistema de valores, de las relaciones sociales y las instituciones que se vayan construyendo.
La solución de los problemas de la vida cotidiana vinculados a la vivienda, la salud, la educación, la seguridad social y la seguridad personal, según la manera como sean abordados se establece si se va hacia una transformación revolucionaria o hacia variantes del Capitalismo.
El papel del Estado Comunal, el desarrollo del Poder Popular y el proceso de extinción del Estado Burgués; pasa por el desarrollo de una nueva institucionalidad fundada en la autogestión y la constitución del pueblo como sujeto que hace la historia.
La construcción de instituciones democráticas como base del nuevo Poder Popular, involucra la relación democrática en el interior de las organizaciones populares. Mezcla también el problema de los valores, es decir, la prefiguración de la nueva sociedad, lo que tiene que ver con la ideología revolucionaria. El futuro que no es una promesa, sino lo que se va construyendo desde hoy.
Los objetivos tácticos con implicaciones estratégicas para el debate son tareas eminentemente colectivas que requieren que se vayan clarificando temas como el papel del Estado; el partido, la organización popular y los movimientos sociales; la construcción del Poder Popular como poder social de la nueva institucionalidad revolucionaria que se debe ir construyendo día a día. Es imprescindible saber apoyarnos en los rasgos específicos o lo inédito de la revolución venezolana. Sólo recordemos algunos:
Debilitar políticamente las bases populares de la oposición para impedir que consolide sus fuerzas. Si dejamos que se consolide entonces puede crear bases populares estratégicas y ello significará un cambio cualitativo de consecuencias muy graves.
Recuperar y multiplicar, estratégicamente nuestra base popular a lo largo y ancho del país.
Acompañar la recuperación y multiplicación estratégica de nuestra base popular, con iniciativas tácticas de significación estratégica para irlos estrechando paso a paso a lo que son sus bases naturales, es decir los sectores de clase media alta y la burguesía, que de hecho, son clases transnacionales, es decir, no tienen interés en lo nacional, lo que constituye su flanco débil. Esto requiere éxitos organizativos, políticos, tanto en la gestión de gobierno como en la batalla por las ideas.
Tender un marco político sobre sus bases, que deberá impedir que la oposición pueda desplegarse, mientras simultáneamente se neutralice su poder mediático. Un cuadro estratégico que se estrecha como perímetro táctico sobre sus fuerzas. Con la seguridad de que en la medida que vayamos ejerciendo esa presión, ellos presentarán su faz transnacional pro estadounidense.
Creemos que el Poder Popular puede avanzar hacia la toma de los espacios institucionales, si se consolida la organización popular y eleva su nivel de consciencia revolucionaria, lo cual permitirá sustituirlos y crearlos a partir de los nuevos valores.
*Arq.
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