El Psuv hoy sigue siendo el partido más grande del país. Sin embargo, después de unas elecciones internas para escoger delegados para el 3er Congreso, aún esperamos las cifras oficiales de participación, lo que pareciera adelantar poco interés en mostrar la actual capacidad de movilización de la militancia.
Con una data de registro de casi 8 millones de inscritos, es sospechoso que un partido tenga más inscritos que votos. Y esto no es la primera vez que lo denuncio, reiteradas veces convoqué públicamente a sincerar el registro del PSUV, ya que genera una falsa expectativa que después se ve frustrada cuando se requiere evidenciar su capacidad de movilización, cosa que sólo el Comandante Chávez lograba.
En las elecciones presidenciales del 2012 el Psuv le tributa al Presidente Chávez 6.386.699 de votos, y en el 2013 al presidente Maduro le tributó 6.193.662. Estos resultados se obtuvieron en momentos que la autodefinición política del venezolano según el Ómnibus Septiembre-Octubre 2014 de Datanalisis (con datos de estudios similares hechos previos a dichas elecciones) se estimaba en 40 y 36% respectivamente. De igual manera, la identificación con el Psuv en el momento de escoger al Presidente Chávez en el 2012 era de 36% y para la elección del Presidente Maduro la proporción era similar.
Hoy este mismo estudio nos indica que la identificación con el chavismo es 28.9%, y la identificación con el PSUV es del 16,5%. Esta disminución se da sin incremento de la identificación con partidos de oposición, siendo el sector que incrementa el que se autodefine independiente, que logra una cifra muy superior a las fuerzas polarizadas: 51, 4%.
¿Qué quiere expresar todo esto?
El aislamiento de las cúpulas del Psuv y la distancia ante las demandas reales de sus bases, la falta de democracia participativa y protagónica, las imposiciones y estrategias fallidas en su dirección, la falta de estímulo no material para la articulación de fuerzas consientes de su rol dentro del partido, las pugnas internas, la ausencia de formación y de renovación real de sus estructuras, hoy (si las cifras de Datanalisis son reales tal como se han aproximado en los resultados de elecciones anteriores), ha descapitalizado la herencia electoral del presidente Chávez.
Sin embargo, las cúpulas del partido siguen sin aceptar su responsabilidad, y buscan culpables en sectores críticos, que han advertido y recomendado cómo superar la crisis de liderazgo que hoy se vive dentro del Psuv, llegando al punto de señalar posibles "divisiones" ante corrientes que han luchado por permanecer dentro del Psuv a pesar de los ataques permanentes en mano de altos dirigentes del mismo.
Al Psuv sólo lo podrá dividir quien tiene la fuerza para hacerlo, y en este momento sólo aquellos que ostentan el poder podrían lograrlo. Lo otro, la salida de corrientes del Psuv, sólo podrá ser una reacción defensiva del proceso revolucionario.
Cuando el Presidente Chávez habló de "Unidad, lucha, batalla y victoria" no pretendió nunca crear una patente de corso para justificar cualquier desmán, dentro del partido y dentro del proceso. La unidad es con el pueblo, no con aquellos dirigentes cupulares antidemocráticos y en otros casos corruptos, que viven de sus excesos y de la opulencia.
La división del Psuv es totalmente posible, pero la división de la base del proceso revolucionario: el chavismo, es imposible que se divida. Esa fuerza, aun cuando afectada por las decisiones gubernamentales actuales, tiene la capacidad de rearticularse, en especial si una nueva dirigencia asume la transformación necesaria de su conducción y de su accionar.
Remoralizar a las bases del Psuv es posible, no sólo con un nuevo discurso sino con acciones coherentes con lo que se dice, en socialismo y desde el chavismo honesto, ético y en unidad con el pueblo venezolano.
Artículo publicado originalmente en El Estímulo