... todo el poder a las comunas…
Hemos visto con bastante satisfacción el triunfo de Dilma Rousseff en Brasil; la derecha a pesar de sacar más de 49 millones de votos no se volvió loca, saben jugar el llamado juego democrático. Es claro que USA y sus aliados querían el triunfo de Neves, pero de todas formas no se inquietan saben que con Dilma y su PT no tiene nada que temer.
Desde el punto de vista de las alianzas estamos convencidos que este triunfo, al igual que el de Argentina, Chile y el próximo de Tabaré Vázquez, en Uruguay, son importantes para nuestro país, para nuestra Revolución, de ahí que celebremos y digamos que estos candidatos son mejor, y rechazamos la idea de algunos izquierdistas que señalaban que daba lo mismo que ganara el tal Neves. Además, el triunfo de Dilma es vital para continuar la política de integración que se viene construyendo en toda la Patria Grande. De paso los asesores gringos recomiendan manejar estos triunfos con mano de seda para evitar que se radicalicen y terminen como Venezuela, asumiendo el compromiso de construir el socialismo. Es esta la razón por la que USA, sus aliados y la derecha venezolana no hayan atacado el triunfo de Dilma, a pesar que estaban en contra de ella, saben que hasta el momento Brasil y el PT no han clamado por el Socialismo, como si lo ha hecho Venezuela.
Ahora bien, Venezuela viene confrontando una serie de problemas, tanto nacionales como internacionales, al mismo nivel o similar a los que confrontó Rusia en 1917. Incluyendo tanto los enemigos internos como los externos. Dentro de los enemigos externos, Rusia era asediada, por Inglaterra, Francia, USA, el imperio Austrohúngaro, el imperio Otomano y claro el imperio Aleman. Se entiende que Lenin había pactado con Alemania, en la idea que el tren que venía de Suiza y, atravesaba Alemania, no fuera revisado, allí viajaría Lenin y sus 40 hombres de confianza, con la promesa que Rusia se saldría de la guerra. Alemania aceptó es por ello que, el 3 de marzo de 1918, se firmó el Tratado de Paz Brest- Litovsk, donde Rusia renuncia a Finlandia, Polonia, Estonia, Livonia, Curlandia, Lituania, Ucrania y Besarabia. Sin embargo, el temor de los enemigos de Rusia, era que Lenin llevara a ese gran país a una revolución obrera, a una dictadura del proletariado, en si lo llevara a ser un país comunista. La revolución rusa cambió el mundo. Toda una sociedad fue destituida y se creó uno de los experimentos sociales más radicales que se han conocido.
La revolución venezolana cambió definitivamente a América Latina y el Caribe, ni siquiera la revolución cubana ha podido hacer tanto como el proceso que se ha generado en Venezuela. Los cambios positivos que se han presentado son los más grandes que ha tenido el país, a lo largo de toda su historia. Como enemigos externos nuestro país es agredido por USA, España, Inglaterra, Holanda, Colombia y otros países que atacan el proceso político que llevamos a cabo y el gobierno legítimamente constituido es tildado de dictadura, de violador de derechos humanos. Todo obedece a que Venezuela es codiciada por ser el país con las reservas de petróleo más grandes del mundo.
Como elementos internos Rusia no era un país de los que Marx había previsto dentro de sus análisis, es decir no era un país industrializado, sin una verdadera clase obrera, sin desarrollo parlamentario, legislativo. Contaba con una gran población campesina y miles de soldados, estos últimos son los que comienzan a asumir el compromiso de la revolución, que había empezado en febrero y culmina en octubre, donde en diez días, magistralmente comentados por John Reed, “Diez días que estremecieron al mundo”, Lenin aplica toda su teoría, el marxismo estudiado en Suiza en los últimos doce años. Acabar con el apoyo al gobierno provisional de Keresky, todo el poder a los soviets, pan y paz. Lo que había escrito como las tesis de abril. Además, tenía en contra una oposición extremadamente violenta, dispuesta a matar por mantener el poder.
En nuestro proceso encontramos como enemigos internos, un partido político gigante, pero con debilidades teóricas, sin claridad en lo que implica una revolución, penetrado a todos los niveles. Una burocracia que hace estragos e impide el mejor funcionamiento del aparato estatal, en especial en ministerios y organismos claves. La corrupción carcome en diferentes estratos, muchos llamados rojitos se enriquecen y tienen cuentas en el exterior.´, bajo el argumento “…que si esta vaina cae, no me agarra pobre…”. El contrabando, la extracción de hidrocarburos, por países vecinos, la fuga del oro por diferentes vías. La falta de criterios revolucionarios para asumir compromisos, hace que impere aun en muchos dirigentes el hedonismo y lo crematístico, como valores fundamentales. Además, contamos con una oposición ciega, extremadamente violenta, capaz de asesinar, la cual es apoyada por unos cuantos conversos, renegados que ayer eran claves, fundamentales en el sueño por una nueva sociedad, con la asesoría de unas llamadas ONG´s, que son financiadas desde el exterior. Llegando al extremo de apoyar una invasión de USA, por considerar que se debe acabar con este “cáncer” que es la revolución venezolana. De ahí que hayan olvidado los crímenes del pasado, las masacres de Cantaura, Yumare, el Amparo, los crímenes cometidos a familiares y amigos, a militantes comunistas, así como los miles de desaparecidos.
Como vemos llegamos al poder, por vía de elecciones, estamos en Revolución, algo que Marx no había previsto, con el agravante que es una revolución donde las estructuras permanecen en poder de la oposición y donde no existe aun claridad sobre ¿Qué hacer en estos años de proceso?.
La revolución rusa tuvo su momento, fue un faro que alumbró al mundo, se desmembró en 1989, es un gran país, perduran muchas cosas positivas y, hoy día en un aliado fundamental para Venezuela. El camino que hemos trazado es largo, es difícil, pero es el camino y a él nos debemos. Hay pueblo trabajando para ello y creo que ha llegado el momento de asumir el control total del poder, tenemos el apoyo de las FFAA, un poder Legislativo que ayuda, pero debemos entender el llamado del Comandante Chávez, buscar que el poder pase a las comunas, es decir convertir esas comunas en lo que los rusos habían logrado todo el poder a los soviets. Es decir todo el poder al pueblo.
Hacia la Victoria total, a construir las comunas y a derrotar a los pesimistas, ha llegado la hora del pueblo. Patria Socialista para siempre.
Asdrúbal F. Márquez C.
Caracas, 29 de octubre de 2014