La pregunta no es ociosa, tiene importancia de vida o muerte. Muchos son los peligros que acechan a una Revolución. Hoy sufrimos el ataque abierto de los gringos. Debemos estudiarlo, conocerlo y a partir de allí diseñar la defensa de la Revolución. Veamos.
¿Cuál es el objetivo del ataque gringo? Esto de suspender las visas, congelar los activos de personeros del gobierno y mantener los nombres en secreto es, claramente, una campaña psicológica que pretende dejar a la Revolución sin liderazgo. Es una preparación para que, en la etapa de desenlace, la masa no defienda a la Revolución, ni a la Patria, no la sienta en peligro, el problema “sea con los vivos de las listas". Para más refinamiento, aíslan al Presidente Maduro y a Cabello del resto de la nación, el problema de los gringos es esencialmente con ellos, todos los demás pueden estar tranquilos.
Esas listas tienen otros objetivos, asustan a los débiles con rabillo de paja, trabajan en las incoherencias y las inconsecuencias de la Revolución (allí está el oficial traidor), siembran dudas, facilitan la construcción del golpe, definen los campos.
Los oficiales de ocupación lacayos de la mud hacen su trabajo, desmoralizar a la población, conseguir que cambie a la Revolución por un planto de lentejas, por un rollo de papel, por un saquito de harina pan, hacer de estas carencias el centro de la vida de mucha gente. Es aceptado que la Revolución ha cometido errores, el mayor de ellos, ya está dicho, es haber abandonado el campo Socialista y tomado el camino fácil de la recompensa material, haber olvidado la formación de conciencia del deber social. En estos errores navega la maldad de la mud.
Este es el paisaje de la agresión que sufre la Revolución desde afuera. La pregunta es ¿cómo defenderla?
Una Revolución ocurre asediada de enemigos externos y de enemigos internos, estos últimos son los más peligrosos. Ahora bien, la defensa de los dos tipos de enemigos es la misma: una Revolución sólo se salvará si tiene a su lado una masa consciente, organizada, con razones sagradas por las cuales luchar, informada de los objetivos y de los peligros que impiden estos objetivos, con alto nivel de sentido del deber social, de humanismo, de naturalismo.
Lo anterior debe tomarse como una alerta para el gobierno, para la dirección del partido, para las organizaciones sociales. Hemos cometido errores y de no corregirlo iremos a la contienda final en mediocres condiciones.
Estamos frente a un agresión, y en esta primera fase de ataque abierto son necesarios tres elementos defensivos: uno, delimitar bien al enemigo, caracterizarlo; dos, demostrarle a este enemigo nuestra voluntad, de la dirección y de la masa, de responder con fuerza a cualquiera agresión, que sepa que sus intenciones golpistas le saldrán tan caras que más le vale "dejar quieto lo que está quieto"; tres, demostrar a la sociedad que sólo se conquista la paz, sólo se disuade a los guerreristas si se le para enfrente un pueblo dispuesto a defender a su Patria, a su historia, el derecho de seguir en Revolución, corrigiendo, avanzando, dueño de su destino, libre, soberano.
Lo anterior debe ser la prioridad del gobierno. No son horas de pedir diálogos que lo que consiguen es desprecio del enemigo y desencanto en nuestras filas. Son horas de atacar a Obama como el culpable de la agresión. Por ahora, no hay nada que conversar.
Por último, que sepa el enemigo que los errores, las discrepancias entre revolucionarios se discuten y se resuelven entre revolucionarios, no con la traición. Debemos apoyar al Presidente Maduro, a Cabello desde la profunda y ruda crítica, esa es la base de la Unidad combativa, consciente.