Navarro, ex ministro de alta confianza de Chávez y ex miembro de la dirección nacional del PSUV, declara recientemente estar llamando a “una rebelión de las bases dentro del partido”. La declaración de este destacado militante del PSUV debe originar una discusión rigurosa, sería un error despacharla con retaliación, con acusaciones a destiempo, condenándolo al exilio externo o interno, yendo contra la persona en vez de argumentar, tal como se ha hecho con Giordani, Ana Elisa, la Negra Antonia, Mario. Nosotros queremos contribuir a la discusión fecunda. Veamos.
Es necesario, quizá más allá de las declaraciones, precisar los campos que se disputan la hegemonía en este momento, y en ese cuadro incorporar las diferentes corrientes que irán surgiendo.
Se observa una discusión en la superficie, en lo trivial, y una dejadez por los problemas centrales, por aquellos que determinan el rumbo, esto sucede en la oposición y en los diferentes sectores de la Revolución. El barro de la discusión inofensiva oculta los argumentos centrales, lo importante.
El gobierno dirigido por la socialdemocracia luce errático, sin centro, sin rumbo. Es alarmante el cambio de opinión frente a problemas centrales, la superficialidad con la cual se tratan. Un ejemplo, las colas, el desabastecimiento: los voceros del gobierno parecen estar en un torneo de quién dice más tonterías, quién se desdice y en menor tiempo. Han dicho desde que no hay problema, que es un asunto de inventario por diciembre, hasta que son bachaqueros colombianos; en la improvisación se aproximan al fascismo, al chovinismo más ramplón.
Parece que el grueso de la economía, lo sustancial, lo están resolviendo en otra parte y sólo sale a la luz un pedazo de lo que están cocinando: ¿qué pasa en la Faja, en que quedó lo que iba en aquella carpeta que portaba el Teniente Escalona?, ¿cómo ha cambiado la participación accionaria?, ¿cuál es el respaldo a los préstamos últimos, cuánto su monto, cuál su garantía?, ¿quién exigió que el control de cambio se levantara para permitir a las compañías repatriar sus dólares?, ¿por qué la Asamblea quedó al margen de asuntos tan importantes para la Nación? Estas preguntas y un montón más no se responden, ni preocupan; al contrario, se ocultan tras tonterías.
La situación está clara: la parte económica se decide en otros gabinetes y de acuerdo a los intereses del gran capital, las zonas económicas de neocolonización, modificación cambiaria para poder repatriar, etc. Y la parte política corre por cuenta de los socialdemócratas en el gobierno. Estos últimos no pueden hacer otra cosa que comportarse como en una democracia burguesa, un poco más estridente pero igual de sumisa al capital, rugen pero no empreñan, atacan al norte en la mañana y horas después, antes de que llegue la tarde, están pidiendo diálogo. Esta división de roles no ha dado resultado, la contradicción entre lo político y lo económico produce un vacío que tiende a ser llenado por las diferentes posiciones.
Hasta ahora en el interior de la Revolución aparecen corrientes como la de Navarro, que plantean “rebelión”, hablan de ir al Socialismo pero como una bandera vacía, no hablan del Plan de la Patria falsificado, del asesinato de Chávez, de rescatar la conciencia del deber social. Convocan a una “rebelión” de las formas, no del centro de la política. ¿Para qué es la rebelión? Para que los delegados sean elegidos por la base. Muy bien, pero ¿cuáles son las ideas que ellos proponen para esos delegados? Nada, anarquismo puro, espontaneismo, circo . Los mismos errores que nos trajeron hasta esta orilla del río.
La falta de ideas, pero más importante la necesidad de no discutir el fondo nos lleva a la cacería de brujas, al circo: por allí se plantea auditoría en PDVSA, se ponen presos a altos gerentes que se condenan de antemano. El circo está montado, la distracción funcionando, linchamiento, comerse a unos para salvar… ¿para salvar qué?, ¿para dónde va todo esto? Esta es la pregunta clave. Trajo dieterich la línea de centros de poder internacionales, estimula a Navarro, lo promueve tal como antes promovió al General Baduel, recordamos aquellos programas con Ernesto Villegas en el Canal 8. Luego se sentará tranquilo en su palco a ver la carnicería entre socialdemócratas disputando quién administrará el capitalismo.
Los pasos de la socialdemocracia en el gobierno y en la oposición van a la instauración de un pacto de punto fijo caracterizado por mucha pelea retórica, trapos sucios lavados públicamente, mucho circo, linchamientos, contorsiones en lo político, pero cuidado con meterse con el sistema. Mientras, el capitalismo sigue campante, nadie lo discute, el Socialismo que se plantea es en realidad una forma de capitalismo, y la masa, los humildes siguen padeciendo la miseria espiritual y material que emana del capitalismo. Al final retumban las palabras de Fabricio: “sólo hubo un cambio de hombres” y así el sueño será pospuesto nuevamente, como en San Pedro Alejandrino.