Cuenta una leyenda celta que un Dios le dio a los gobernantes la habilidad de mentir. Con la mentira podían salir de muchos problemas, sus deficiencias imputárselas a otros, sus fallas taparlas, y de esa manera podían gobernar con cierta imagen de eficiencia. Resulta que los gobernantes abusaron de ese poder de mentir, y el Dios, irritado, los condenó a creerse sus propias mentiras y a que su pueblo las descubriera: así cada mentira era tiempo menos de mandato.
Quizá Fidel conocía el peligro de la maldición celta cuando sentenció que “Revolución es no mentir jamás”. Es así, un gobierno podrá subsistir durante un tiempo encaramado en la mentira, pero una Revolución que mienta tiene los días contados, no es Revolución.
Esta Revolución nuestra surgió con vigor porque el 4 de Febrero Chávez optó por no mentir, dijo la verdad: “Por ahora, los objetivos planteados no se han cumplido". No salió por allí inventando excusas, posesionando etiquetas pendejas, buscando éxitos de pantalla de televisión.
La mentira cubre una realidad que no se quiere mostrar, pero sólo la cubre, no la resuelve, la deficiencia queda allí y tarde o temprano aflora y destruye el castillo en el aire. La mentira nunca está sola, una mentira exige otras mentiras, y ya el camino de la verdad no se puede retomar a menos que se haga una profunda autocrítica. Pero la costumbre de mentir, de resolver con mentiras, talla a los gobernantes en la molicie, no se enfrentan las adversidades, las tapan.
Los gobernantes nuestros debían pensar en estas reflexiones, que no son nuestras, son de nuestros grandes líderes. Dejar los triunfos de etiquetas de twitter, de pantalla de televisión, dejar de endosar las culpas al primero que pase, y enfrentar las adversidades que tenemos, empezando por las fallas de la propia Revolución. No es posible que todos los males se deban al imperio y ninguno a fallas nuestras, de este lado sólo éxito, triunfo. Esta costumbre dispensa la necesidad de pensar, y no pensar atrofia.
Si todos los problemas los tratamos con mentiras, con recursos verbales, estamos educando mal a la masa, y así no sabrá responder a las dificultades, a la primera oportunidad optará por otro mentiroso nuevo o uno que sepa mentir mejor, pero no podrá construir nada duradero, sólo espejismos, castillos de papel y miseria que endosará al vecino, a maldiciones de los brujos, a mal de ojo. Esa masa, así educada, se despolitizará cada vez más, a pesar de los reclamos de los gobernantes.
La visita de felipe gonzález está todavía en desarrollo, no queremos opinar si fue provechosa para la derecha o fue un éxito del gobierno. Aún es temprano. Sólo diremos que era una maniobra de un gran plan que aún no encaramos más allá de la mentalidad de comadres, que nos falta visión internacional; por ejemplo, pensamos que Miami es diferente de la Casa Blanca, que España no tiene nada que ver con santos, que el avión de la fuerza aérea colombiana fue una casualidad. Y todo lo queremos arreglar con los robots que nos posicionan en primer lugar mundial…