Después que se aplacó la polvareda de la caída del socialismo, muchos convirtieron el marxismo en una teoría que había que expulsarla de las aulas universitarias y de la política. Pues, ya no encontraron en el marxismo, las prescripciones teóricas para enfrentar y resolver los problemas económicos y políticos contemporáneos.
Tan pronto desistieron de una teoría, que poco conocían, que inmediatamente se aferraron a lo mejor que podían producir los norteamericanos y japoneses, en materia de planificación estratégica: las teorías de Calidad Total y Reingeniería.
Este desplazamiento del marxismo a la reingeniería de la revolución, políticamente se mira como la estrategia del reculón, donde se muta del socialismo a la democracia burguesa, con la justificación filosófica de la reingeniería y la calidad total.
Algo similar, sucede en la revolución latinoamericana:
Los técnicos y los asesores de los gobiernos revolucionarios actuales, como los de Venezuela, Nicaragua, El Salvador, desplazaron los esfuerzos que se venían haciendo en la construcción del socialismo: la superación de la propiedad privada, el fin de la explotación, las nacionalizaciones de los recursos naturales, la distribución igualitaria de la plusvalía y a nivel super estructural, el control político del Estado por los trabajadores, la democratización de la educación: acceso libre y obligatorio a la educación en todos los niveles y al disfrute social general de los beneficios de la producción, para ahora, pretender hacer reingeniería de la revolución.
Pretenden que la gente crea que se puede comenzar de cero. Reingeniería en la revolución, es hacer un cambio total que consiste deshacerse de las reglas y políticas anteriores y abrirse a nuevos "paradigmas" que posibiliten que el negocio sea más productivo.
Quienes no sean capaces de deshacerse de las concepciones, reglas éticas anteriores, partir de cero, sin ningún pre concepto, olvidarse de lo que es el socialismo y sus métodos anticuados y abrirse a los "cambios", tienen que ser desplazados.
Estos mismos individuos, quieren hacernos creer que la planificación socialista era un mito. Y se yerguen sobre principios que consideran que corregir no resuelve el problema grande, se necesita REINVENTAR.
Estos de la reingeniería y la calidad total de la revolución han sustituido a Marx, Engels, Lenin, Farabundo Martí, Che Guevara, Chávez por Michael Hammer y James Champy los padres de la reingeniería y la calidad total.
Bajo estos principios, cuando no reconocen los vínculos históricos con los luchadores anteriores, sucede lo siguiente: por un lado, se degradan moralmente y manejan sin orgullo, ni dignidad las relaciones diplomáticas internacionales con los países imperialistas, etc., y por otro crean al líder como alto ejecutivo que autoriza y motiva, es dueño del proceso (si me tiran un mago regalo casas y camionetas) y anda con su grupo de expertos y el cuerpo de estrategas dedicados a rediseñar los procesos y a formular las políticas de alta traición a a la patria.
A estos personajes de la reingeniería de la revolución les satisface ver el aparecimiento y crecimiento de nuevos ricos y se olvidan del coste social: los desahucios, el desempleo universal, la marginación social y racial, las perennes migraciones, las guerras de rapiña.
No se han dado cuenta o no quieren darse cuenta que a pocos años de lanzada esa filosofía de la calidad total y la reingeniería, el mundo de los pobres es peor y el daño es más colosal.
Estos revolucionarios sin historia, pretenden pasar a segundo plano los puntos fundamentales que son el objetivo concreto de la revolución: la defensa de los recursos naturales, la preservación de la dignidad y la independencia patria, la redención de los pobres y la transformación radical de la sociedad: pasar del capitalismo al socialismo. Y promueven a un plano prioritario y fundamental la asistencia electoral.
Ahora, es bueno preguntarse: ¿quiénes son los adversarios de la revolución?