Si damos una mirada global, del planeta, de la Humanidad nos daremos cuenta de que las Revoluciones Socialistas han fracasado, la respuesta es lapidaria: después de tanto esfuerzo, de tanta teoría, de ríos de sangre, sudor y lágrimas ¡no hay Socialismo en el mundo!
Venezuela, la Revolución Chavista, es un indispensable, quizá, el último laboratorio para estudiar el fracaso de las Revoluciones. Lo estamos viviendo, lo conocemos bien. El esfuerzo debe ser intentar vernos a la distancia; es difícil, pero indispensable para entendernos.
Hagamos un ejercicio, imaginemos que llega al país un enviado de un organismo internacional para investigar cómo va el capitalismo y cómo va el Socialismo. El informe sería algo como esto:
“Hay elecciones burguesas. La población está fuertemente atrapada en la estulticia electoral, hoy se discute si uno de los bandos es más democrático que el otro. Los programas de televisión se pierden en trivialidades: por ejemplo, escenifican una novela alrededor de una carta de un cómico y la respuesta de otros cómicos, la escaramuza tiene muchos oyentes. No hay peligro para el sistema capitalista, nadie se fija en él, los asuntos públicos giran más alrededor de lo personal.
La economía capitalista va bien. Ésta aumenta en participación, ha penetrado territorios que antes eran impensables. Los capitalistas locales, que tienen muy poco capital, participan en la Faja Petrolífera del Orinoco. Una gran porción de la renta petrolera va a manos de los privados. No hay peligro de socializaciones.
La ética es la del capitalismo. Las respuestas individuales a la existencia son prestigiadas, aparecen formas egoístas extremas propias de motines. Las premisas éticas son: ‘sálvese quien pueda’, ‘si da lucro, es ético’.
Sobre estos tres pilares descansa el capitalismo, no hay señales que indiquen peligro”.
Finaliza, el enviado de un organismo internacional:
“El fantasma del Socialismo no recorre Venezuela; al contrario, yace arrinconado en algunas comunas, algunos consejos comunales que aún mantienen la espiritualidad colectiva. En el gobierno, en la televisión ya ni se nombra el Socialismo. Venezuela carece de vanguardia, ésta fue sustituida por un tradicional comando electoral. Conclusión: en Venezuela también triunfó el capitalismo”.