¿De qué clase de socialismo estamos hablando y qué resultados queremos?

Mis estimados lectores, para quienes siguen de una manera consecuente mis escritos, algo que valoro enormemente, saben que por lo general hay un detonante que me lleva a escribir sobre un determinado tema. En este caso, el detonante es una serie de preguntas que escribió un ingeniero acerca del socialismo y que me llegaron por correo electrónico, preguntas que me parecen muy interesantes y pertinentes.

Este señor realizó las siguientes preguntas:

1. Que es para los promotores del socialismo, el socialismo:

¿Una concepción ideológica del manejo del Estado?

¿Una concepción ideológica de la conducta de los ciudadanos?

¿Una concepción ideológica de la vida de un país?

Lo primero que diría yo, es que debemos hacer explícito de qué tipo de socialismo estamos hablando. El problema con el socialismo es que este generalmente ha llevado un adjetivo; socialismo utópico, socialismo científico, socialismo marxista, socialismo leninista, socialismo maoísta, socialismo democrático, etc. Algo muy diferente a lo que ha ocurrido con el capitalismo, el cual se presenta sin mayores adjetivos y el cual tiene un conjunto de principios que todos sus adeptos así como los detractores aceptan como su esencia. En este sentido, siempre he señalado que el capitalismo es un fenómeno que históricamente se presentó de una manera natural, sin entender por ello que no es una construcción social, sino que antes de su aparición no hubo una teoría del mismo ni una acción política deliberada para su instauración. Adam Smith le da cuerpo a una teoría sobre el capitalismo con su mano invisible que se expresa a través del mercado, cuando el capitalismo ya era una realidad palpable.

En cambio, podemos decir que el socialismo surgió como una construcción intelectual que quería erradicar la miseria, la explotación del hombre por hombre y la injusticia social presente durante la revolución industrial. Por lo tanto, el socialismo fue una respuesta ética frente a los aspectos deshumanizadores del capitalismo industrial como el trabajo infantil, las jornadas de trabajo de 14 horas, los salarios de hambre y la represión de cualquier intento de organización de los trabajadores.

Marx a mi modo de ver, trató de establecer más allá de una postura ética en contra de la explotación del hombre por el hombre, una reflexión de carácter científico a través de su teoría del valor y de la plusvalía, dando lugar a lo que se ha llamado el socialismo científico (su cientificidad es algo discutible). Sin embargo, a lo largo de la historia han surgido diversos enfoques acerca del socialismo como puede ser el enfoque del socialismo democrático. Lo que todos los socialismos de distinto tipo tienen en común, es su confrontación con el capitalismo duro recalcitrante, el cual no ha garantizado una distribución igualitaria del ingreso, y que muy por el contrario, ha incentivado la concentración de la riqueza, como lo ha demostrado últimamente el economista francés Piketty.

Entonces es muy importante aclarar el tipo de socialismo que alguien quiera promover. Si es el tipo de socialismo basado en los preceptos marxistas y que tuvo su concreción en la Unión Soviética, el este de Europa, China, Cuba, Vietnam y Corea del Norte o el tipo de socialismo democrático que se ha practicado en los países nórdicos como Suecia, Finlandia, Noruega, Dinamarca, conocido como socialdemocracia.

Cada uno de estos modelos de socialismo ha tenido una concepción ideológica del Estado. En el caso del socialismo marxista, la dictadura del proletariado se ha ejercido a través de un estado autoritario que controla toda la vida de la sociedad, en lo económico aboliendo toda propiedad privada de los medios de producción, en lo político concentrando todo el poder en las instituciones del Estado, y en lo social controlando y reprimiendo cualquier iniciativa que pudiera socavar la autoridad del Estado y el Partido, que eran una misma cosa.

En el caso del socialismo democrático que rompe con la visión marxista y la concepción de la necesaria dictadura del proletariado, se trata de un esquema en el cual existe una total libertad política que se expresa en elecciones libres y en el respeto a la propiedad privada de los medios de producción. Sin embargo, se asume el papel del Estado como el benefactor de toda la sociedad, su rol consiste fundamentalmente en evitar la excesiva acumulación de la riqueza en pocas manos, a través de una fuerte tributación, y en devolver dichos tributos a la sociedad a través de servicios gratuitos y de calidad en áreas como salud, educación y pensiones.

Tal como se puede ver, la visión del papel del Estado de acuerdo al tipo de socialismo de que se trate es muy diferente.

Con respecto a la visión ideológica del comportamiento de los ciudadanos, la situación es bastante diferente también. En la visión del socialismo basado en la doctrina marxista se habla machaconamente de la necesidad del surgimiento del “hombre nuevo”. Este nuevo ser humano estaría consustanciado de un conjunto de valores que se contraponen a aquellos que se le atribuyen al capitalismo, se trata de un ser trabajador, generoso, altruista, responsable, que piensa en el colectivo y no en sí mismo, despojado de todo afán materialista y consumista. Siempre he pensado que esta concepción del ser humano es totalmente deshumanizada, estaríamos frente a un ángel. El ser humano está compuesto de lo bueno y lo malo, creo que su esencia es esta dualidad entre la bondad y la maldad. El socialismo se lograría cuando la sociedad estuviera compuesta por estos “hombres y mujeres nuevos”, lo cual luce muy utópico, por no decir iluso, más aun, cuando uno ve lo que ocurrió en el socialismo real del siglo XX. A pesar de décadas de la experiencia socialista en estos países se vio florecer la corrupción a todos los niveles, se vio la ostentación de la riqueza de los líderes, la represión de la libertad de expresión, el nepotismo y el despotismo.

En una visión del socialismo que se aleje de la dictadura del proletariado y del control total del Estado, el ciudadano debe ser libre para expresarse y actuar de acuerdo a su libre albedrío dentro del marco del respeto a los otros y las leyes.

En lo que respecta a una visión ideológica de la vida de un país, también todo depende del tipo de socialismo de que se trate. En el socialismo real del siglo XX, la vida del país estaba totalmente regido por el Estado, lo que era bueno para el Estado era bueno para los ciudadanos y para el país. En cambio, en una visión de socialismo democrático, la vida de un país está en manos de los ciudadanos que tienen la posibilidad de expresarse libremente de muchas formas, y en particular, en elecciones libres.

Mi estimado amigo ingeniero plantea que de tratarse de una concepción ideológica quién la dicta, por qué y para qué.

En tal sentido, podemos decir que una ideología es un conjunto de ideas compartidas por un grupo de individuos o la sociedad en general, respecto a lo económico, lo social, lo científico-tecnológico, lo político, lo cultural, lo moral, lo religioso, etc. y que pretenden la conservación del sistema, o más bien, su transformación, así como también, la restauración de un sistema previamente existente. Por lo tanto, hay ideologías que pueden llamarse conservadoras, revolucionarias, evolucionistas o reaccionarias.

En el caso del socialismo, creo que este nació como una creación intelectual compartida por un grupo de personas, que desde un punto de vista ético veían al sistema capitalista como básicamente injusto y deshumanizado. Por lo tanto, el socialismo se ha visto como una ideología revolucionaria que pretende transformar una realidad, la que es propia del capitalismo. El capitalismo también posee una ideología que podemos llamar conservadora, que pretende justificarlo como el mejor sistema de asignación de recursos y satisfacción de las necesidades. Por lo tanto, las ideologías surgen como una creación del intelecto que tienen una capacidad de convicción y que tienen un fin. Las ideologías deben tener un componente explicativo, deben poder explicar fenómenos que se dan en la realidad (con argumentos reales o falsos) en una sociedad determinada, con fines de mantener el estatus quo o bien cambiar la situación. Para mí un componente muy importante de las ideologías es que las mismas logren tener una masa importante de seguidores, independientemente que sus premisas sean falsas o verdaderas. Por ejemplo, podemos hablar de la ideología nazi basada en la premisa de la superioridad de la raza aria, entre muchas otras basadas en falsedades.

Mi amigo ingeniero también pide resumir en cinco puntos el pronóstico de la conducta de un gobernante que promueve el socialismo.

Una vez más mi respuesta está condicionada a si hablamos de un socialismo al estilo soviético o más bien uno de carácter democrático.

Si hablamos de un gobernante que responde al enfoque marxista y de la dictadura del proletariado, podemos esperar un comportamiento autoritario y posiblemente represivo. Podemos esperar que persiga una abolición completa de la empresa privada y un control absoluto de la población en todas sus manifestaciones, una férrea limitación de la libertad de expresión, de los movimientos de la población (emigración), un control total de la actividad económica, prohibición de partidos políticos distintos al socialista o comunista, persecución política a los activistas de oposición; en el plano positivo, la satisfacción de las necesidades básicas de la población (con serias limitaciones), pensiones, educación y salud gratuita.

Ahora bien, si hablamos de un socialismo democrático, hablamos de un gobernante que no perseguirá el control absoluto de la sociedad, pero si buscará disminuir la desigualdad y la injusticia social, promoverá la educación y la salud gratuita, promoverá una reforma tributaria progresiva para que paguen más quienes más ganan.

Por último, mi amigo hace el siguiente planteamiento: ¿Está consciente el promotor del socialismo de la intimidad de la psicología del ser humano, o este es un robot?

Desde mi perspectiva particular, si hablamos de un socialismo al estilo soviético, no creo que haya habido nunca una preocupación por el individuo como tal sino por el colectivo. Los intereses individuales siempre debían estar supeditados al interés del colectivo, pero este último era dictado por el Estado. Por lo tanto, los intelectuales que querían expresar su individualidad a través del arte, la literatura, la música o la pintura corrían el riesgo de ser declarados enemigos del pueblo e ir a parar a Siberia si sus obras no estaban alineadas con los intereses del colectivo, es decir, del Estado. Todos debemos recordar esas obras de arte de la Unión Soviética, como los murales en que se veían obreros y obreras sonrientes empuñando martillos y hoces con la mirada perdida en los resplandores de un amanecer que aseguraba un futuro mejor. Por supuesto, un artista que pintara un cuadro de la pobreza existente sería execrado.

En el caso de la promoción de un socialismo democrático, el respeto al individuo es algo fundamental, el respeto al libre albedrío y a la libre expresión del pensamiento. La persecución del bienestar colectivo y de la justicia social no debe ir en contra de la capacidad del individuo de labrar su propio destino.

En los actuales momentos, creo que es imperativo una reflexión acerca de la clase de socialismo que se quiere, yo me decanto por uno que sea lo más democrático posible.



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Hernán Luis Torres Núñez


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