Una brisa fresca alivia las angustias del gobierno, la frontera significa una evasión de la realidad, no hay colas en el Táchira, ni delincuencia. El país está tranquilo, dice el ministro; los otros están viajando. Hay estabilidad, todo marcha bien en Venezuela, es el reporte de los comandos que no viajaron a China. Pero, ¿cuál es el precio que está pagando el gobierno? Veamos.
Las elecciones burguesas son instrumento probado para estabilizar la democracia capitalista, el pacto de punto fijo se mantuvo medio siglo apoyado por este opio. En medio de los mayores peligros unas elecciones salvan al sistema, al capitalismo. Si a Bolívar lo llevan a unas elecciones, quizá estuviéramos con virrey español y hablando latín.
Para este gobierno, que se deslizó raudo hacia el capitalismo, estas elecciones parlamentarias representan su legitimación dentro de la democracia burguesa. Si sale triunfante de ellas, con un mínimo de marramuncias, entonces será un gobierno legítimo y un sistema legítimo; el clientelismo, la promesa vacía, volvieron a ser la esencia de la política. La concientización de la masa, el voto pensado, estratégico, será olvidado, regresamos al pacto con la burguesía.
Ahora bien, parece que el gobierno escogió el camino de la legitimación por medio de acciones militares, de buscar adhesiones en los márgenes de la guerra, en los límites del caos; es un peligroso terreno: aplasta las elecciones, no permite que el opio actúe, anula el proceso de idiotización de las masas populares. La "lucha electoral" ya no es el centro, la atención la tienen las maniobras militares. A los militares les brindaron "un enemigo de la Patria", así no piensan hacia adentro, ahora son el centro de la política. Todos pueden dormir tranquilos, "la calma reina en Venezuela".
Pero no todo es color de rosas, ahora los militares ocupan las noticias, son protagonistas, están en la calle (distraídos, es verdad) acostumbrándose a ser el pilar del sistema, desplazando a la política de las élites que escenifican ese teatro. Ahora hay otra puesta en escena y los militares son los protagonistas. La represión pretende resolver los problemas; primero la olp y ahora la frontera, y pronto resolverá los problemas políticos. El gobierno cambió unos días de sosiego por la creación de una opción de poder distinta que se legitima con "éxitos" rápidos y claros. El gobierno se fue a Asia y
los militares se hicieron visibles, la crisis de gobierno los trajo al
teatro de la dirección del país.
Estamos atravesando una tremenda turbulencia. Las crisis son propicias para el cambio profundo, la realidad se impone a la voluntad de los líderes agotados, los acontecimientos toman vida propia, son ocasión para el aparecimiento de nuevos líderes, de retomar caminos, de fundar nuevos senderos. ¿Quién lo hará? ¿El fascismo que ya asoma? ¿La democracia burguesa atrapada en su ambigüedad?
O regresará el Chavismo, el Socialismo tomará aire en la crisis y se erguirá como una opción, volverán los días del 4 de Febrero, la Patria se impondrá por sobre los intereses mezquinos, lo personal dejará de ser un egoísmo y se convertirá en fuerza amorosa.
¡Viva Chávez!