“El sistema de Naciones Unidas nacido después de la Segunda Guerra Mundial colapsó, se desplomó, no sirve”, expresó el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez, el 20 de septiembre de 2006 en su intervención en la sede del organismo, ubicado en la ciudad de Nueva York.
Fue el mismo día de aquel impactante y, más tarde, famoso discurso, en el que, quien es hoy nuestro Comandante Supremo, expresó:”Ayer vino el Diablo aquí (refiriéndose al presidente estadounidense), en este mismo lugar. Huele a azufre todavía esta mesa donde me ha tocado hablar”. Criticaba el líder de la Revolución Bolivariana al presidente de Estados Unidos, quien había estado allí “hablando como dueño del mundo”.
Chávez cuestionó al organismo “meramente deliberativo, sin ningún tipo de poder para impactar, de la más mínima manera, la realidad terrible que vive el mundo”. Lo hizo sometiendo a cuestionamiento el papel militarista y de terrorismo de Estado que desempeña el imperio, con acciones en su haber como “el terrible asesinato del ex Canciller chileno Orlando Letelier” o “aquel hecho terrorista horripilante de la voladura del avión cubano, donde murieron 73 inocentes, un avión de Cubana de Aviación” y cuyo autor, convicto y confeso, Luis Posada Carriles, sigue protegido desde el Departamento de Estado gringo.
Hoy, cuando el camarada presidente Nicolás Maduro participa, este año 2015, en la ONU, lo hace bajo el mismo espíritu Bolivariano y en la misma dirección de condena al terrorismo mundial, auspiciado y ejecutado por el imperio estadounidense y sionista.
Las razones que llevaron al Comandante Hugo Chávez a plantear una revisión y transformación profunda del organismo internacional que agrupa a las naciones, siguen vigentes hoy, tal como siguen vigentes las pretensiones terroristas de los Estados Unidos (USA) y sus órganos estratégicos como El Departamento de Estado, el Pentágono y la CIA, para imponerle al mundo su pensamiento único como “dictadura mundial”.
Y esas mismas razones son las esgrimidas hoy en la ONU, por el presidente obrero Nicolás Maduro, quien está entre los que “insurgimos contra el imperio, insurgimos contra el modelo de dominación”, de la misma manera como lo hiciera y constatara el Comandante Chávez.
Una vez más, en el mismo escenario del organismo cuestionado por los pueblos y por el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, el optimismo vuelve a estar presente en la esperanza de un organismo pluriexpresivo de la multipolaridad de pensamientos y culturas de las naciones.
Pese a todo el dramatismo descrito y cuestionado, Chávez afirma que “hay razones para que seamos optimistas. Irrenunciablemente optimistas, diría un poeta, porque más allá de las amenazas, de las bombas, de las guerras, de las agresiones, de la guerra preventiva, de la destrucción de pueblos enteros, uno puede apreciar que se está levantando una nueva era”.
Hoy estamos en el mismo empeño y debemos estarlo en la unidad de las y los patriotas, en la unidad de las y los revolucionarios. No hay otro camino y esa es la batalla contenida íntegramente en los cinco grandes objetivos expuestos por el Comandante Supremo Hugo Chávez en el Plan de la Patria. Sin duda, ¡Venceremos!
