Isabel Carmona-AD y Caso Marea, impide que caiga esplataná

Aquí definitivamente hay gente que carga sus traumas. Haber perdido el poder lo traumatizó. La historia de Venezuela es todo menos, el momento 1960/1998. “olvidaron” ese momento porque tienen la idea, que los venezolanos y venezolanas  cojean de la memoria.

Si Sigmund Freud bajara por ellos y ellas a despojarlo de esos  traumas, no aportaría  nada. Se regresaría al más allá desencantado de su capacidad y de la inutilidad del psicoanálisis para regresar estos seres a un estado de paz interior. No podría taparle sus huecos. Saben de todo sobre Pérez Jiménez y se reconocen como la vanguardia de esa lucha. Se olvidaron del PCV, porque el PCV es parte de su trauma y del “democrático” juego de exclusión que ejecutaron, después de Pérez Jiménez.

Se les oye hablar y escriben, menos de ese lapso 1960/1998. Ni un muerto, ni un torturado, ni una persecución, ni una censura, ni un medio de comunicación censurado. Pedro Pablo Alcántara cayó del cielo después de Jaime Lusinchi. Antes no estaba aquí. Es un angelito que nos cayó del cielo.

Este martes, la institución adeca que Isabel Carmona, a través de un artículo[i] que leí en un diario de circulación nacional, nos coloca frente a su trauma. Existió Pérez Jiménez, más en su cabecita (por el trauma)  no entra por nada, los años que van desde la década de los sesenta hasta muy entrado la década de los noventa de siglo XX en Venezuela. Ahí hay un total y absoluto vació que ni una hipnosis puede recuperarle. 

La  peste, que fue un lugar macabro del gran viraje adeco no cabe en su cabecita. Existe, pero ni una buena hipnosis es capaz de volverla a ese lugar donde los adecos y las adecas, “sembraron” a más de  2.500 venezolanos y venezolanas asesinados durante el acto (muy democrático) de CAP. El pueblo bajó de los cerros a protestar por el gran viraje adeco y luego ellos mismos decidieron matarse y enterrarse en la llamada peste. Esto, para Isabel Carmona, Presidenta de AD hoy y alta dirigenta de AD ayer, sencillamente no existió.

Hoy, Isabel Carmona que tiene consciencia que durante Pérez Jiménez hubo una dictadura, se siente ahora, víctima de una persecución, pero tiene la oportunidad de escribir y decir lo que piensa justamente hoy, bajo una “dictadura”, muy peculiar y distinta a la de Marcos Pérez Jiménez.  En ese momento, ni escribía ni se leía lo que hoy se lee y escribe. Isabel Carmona, a pesar de su edad, que supongo alcanza para la tercera, salta un largo trecho histórico pero cae esplataná y no se percata de eso. Según ella, vivimos una atroz dictadura que  en pleno año 2015  la persigue. Vive tranquila, se ve hasta muy linda declarando y  escribiendo de lo que desea, pero es perseguida. 

No hay manera, que la llamada “Peste”, lugar utilizado por los adecos  para enterrar a casi 3000 seres de este país,  tenga cabida en su memoria. Amnesia  total. 

Alberto Llovera  que murió producto de la democracia representativa de los adecos, podemos hoy con la amnesia que sufren los adecos y adecas, crearle una linda historia. Como hombre de mar, se recreaba en las playas de Lechería; el peñero se volteó y aunque era de Juan Griego, no sabía nadar y murió ahogado. Así es posible que esa historia entre en la cabecita de Isabel.

Isabel Carmona se recuerda de ese gran hombre que fue Ruiz Pineda, muerto por la dictadura, pero se le olvida que Alberto Llovera fue detenido,  torturado y muerto por AD y su democracia.  Sus torturadores (adecos) luego de matarlo le colocaron  un “pico”  en uno de sus pies para que el mar se lo tragara.

La señora Isabel Carmona por su trauma se saltó el “disparen primero y averigüen después”. Esta frase del “padre” de la democracia venezolana, dejó enlutado muchos hogares venezolanos, pero es imposible que la señora Isabel Carmona se acuerde de eso, aunque le salpique.

Fabricio Ojeda,  fue un luchador y arriesgó su vida durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, pero Isabel Carmona no puede registrar ese nombre. Es parte de esa historia que AD y los adecos y adecas como Isabel Carmona, no recuerdan. Fabricio Ojeda lo mataron los adecos y luego se inventaron el cuento del suicidio. Un  hombre que no tenía razón para ser eso, porque su vida fue de lucha y riesgo.

Existe Ruiz Pineda muerto por la dictadura de Pérez Jiménez, pero Llovera y Fabricio  no caben en ese recuento.La “democracia con energía” le desprendió las vísceras a Jorge Rodríguez (padre) y por eso murió en un calabozo de la DISIP, que era las instituciones respetuosas de los derechos humanos que los adecos y adecas, como Isabel Carmona crearon para perseguir, torturar y desaparecer. Pero eso no aparece en la memoria de Isabel Carmona. Tiene un vació entre 1960 y 1998. Tiene ahí una especie de “conuco” enmotado.

Falta, que en estos días, el Ex diputado (¿jubilado?) del extinto Congreso de Venezuela,  Pedro Pablo Alcántara  nos ofrezca un tratado filosófico sobre cómo combatir la censura y cómo defender la libertad de expresión. Un tratado que seguramente tendrá un prólogo de Ramos Allup y una introducción de Antonio Ledezma.

Pero para no dejar a la señora Isabel Carmona totalmente esplataná (como decía en Margarita), es justo reconocer, que este proceso si tiene un cierta inclinación hacia el autoritarismo y la persecución. Marea Socialista (y no AD) es víctima de esa persecución. De 8 candidatos que lanzaron en Guárico le dejaron 2. Claro este autoritarismo no es tan radical como el adeco-copeyano. Ese no tenía contemplación con nadie a la hora de sacar del camino a un opositor. En  la época de la IV los candidatos no lo sacaban antes de las elecciones, lo mataban en el proceso (conteó de votos) con la célebre ocurrencia adeca de “acta mata votos”. De eso, es imposible que se acuerde la señora Isabel Carmona, hermana de esa gran poetiza que fue Lucía Velásquez.



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Amaranta Rojas


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