Maduro no te queremos oír, escucha al pueblo y rectifica

Ayer viendo a Maduro por televisión desde el cuartel de la montaña, pude apreciar lo distanciado que se encuentra de la realidad política del momento actual. Se lo diré con frialdad y despojado de cualquier concepto ideológico o parecer personal, y para ello tendré que citar al crítico articulista Javier Biardeau, en su contribución del día de ayer al portal aporrea,  http://www.aporrea.org/actualidad/a218737.html, donde presentó un cuadro bastante tétrico para La Revolución Bolivariana, comparando los resultados electorales a nivel nacional de las elecciones del domingo seis (6) de diciembre del presente con las elecciones de 14 de abril del año 2013.

La oposición recibió del pueblo una diferencia de votos a favor de Dos millones ciento cinco mil doscientos setenta y ocho (2, 105, 278) el 6D 2015, mientras que en las elecciones del 14 de abril del año 2013, la Revolución Bolivariana ganó con una diferencia de doscientos veinte cuatro mil setecientos treinta y nueve votos (224,739). Restando una cifra a la otra, obtendríamos, un millón ochocientos ochenta mil quinientos treinta y nueve votos (1,880,539) que perdió el oficialismo en la última contienda electoral.

Esto es gravísimo, el poder político en manos de la Revolución se encuentra en peligro de muerte, y Maduro, vuelve la paja al trigo, reproduciendo los mismos esquemas de respuesta, ante un escenario nunca vivido desde el arribo al poder de la Revolución Bolivariana de Venezuela ¿Quienes aconsejan a Maduro? ¿Quiénes son sus asesores? Si no es el mismo, lo están llevando a la tumba política, pero si fuera a Él solo no importara, están llevando todo un proceso que ha costado mucho sacrificio desarrollarlo. Aquí lo táctico, lo práctico y lo fundamental es retener el poder.

Su respuesta lejos de ser firme, es derrotista, eso de pasar la Tumba de Chávez a una Fundación, es un signo negativo, una señal propia de perdedores. Ya andan resguardándose ante la posibilidad de una nueva derrota que le arrebate la presidencia, no a Maduro, sino a la Revolución. Eso fue lo que yo vi con esa decisión, mientras todos aplaudían, derrotismo.

En lo particular si yo fuera Maduro, hiciera un acto de contrición, y como jefe político pusiera mi cargo de Presidente a disposición del PSUV. Maduro no es capaz de ver sus propios errores, está ciego, y conduciendo no un autobús como antes lo hacía, sino uno de los procesos revolucionarios más extraordinarios del presente siglo 21.

Maduro no está para hablarle al pueblo en estos momentos, Maduro tiene que escuchar al pueblo, y recibir órdenes del pueblo, el pueblo que se expresó el 6D no es contra revolucionario, ese pueblo castigo su mandato, con razones sobradas, y habló como hablan los pueblos en democracia, mediante su voto directo. El pueblo castigó a Maduro y su gobierno. No fueron los resultados de una encuesta lo que se recibió el domingo pasado, fue la voluntad del soberano, el pueblo, la que habló, y quedo clarito hacia donde apunta esa voluntad.

Los chavistas nos sentimos indignados con la actitud irracional que está adoptando Maduro y su gabinete, no es momento de entrar en confrontación, el pueblo mayoritario no quiere a Maduro, no lo quiere, fue un voto castigo contra Maduro y su gestión. Esto es un hecho, la oposición no presento propuestas legislativas para lograr ese triunfo, solo canalizo la inconformidad de las mayorías y ganaron la Asamblea Nacional ¿Es tan difícil de entender eso?

Maduro lo que tiene que hacer es en ese congreso de delegados del Psuv para este jueves 10 de diciembre, es renunciar a la Presidencia, y con El toda la directiva, eso llenaría de confianza el proceso revolucionario bolivariano, la confianza que perdieron de la mayoría del pueblo. Y someterse como uno más a la voluntad racional, constructiva y reparadora de las nuevas corrientes revolucionarias y chavistas. Esto haría que se recuperara la confianza del pueblo al proyecto revolucionario bolivariano.

Maduro aun no entiende que El no es Hugo Chávez, la situación política actual se le fue de las manos, debe haber cambios o se perderá el poder restante que ostenta la Revolución Bolivariana.

Lo que estoy diciendo, aunque le duela a Maduro y a su Gabinete, es el camino para la recuperación de la fe del pueblo en el proceso revolucionario. La rectificación que exige el pueblo no es de paños tibios, es profunda y seria. Nos quieren quitar la Revolución Bolivariana, y no lo podemos permitir, y Maduro debe entender que es mas fácil para la Revolución producir un sacudón desde arriba que logre recuperar la fe del pueblo, que intentar en menos de seis meses  convencer a mas de dos millones de votantes chavistas idos de sus filas tradicionales, con la misma dirección política, convenciéndolos que están equivocados y que Maduro es el camino.

No existe forma de levantarse de esta caída con Maduro dirigiendo el proceso revolucionario, si su tozudez se mantiene, entonces comencemos a dudar de su lealtad al pueblo y al proyecto revolucionario en gestación.



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Rafael Guillén Beltre


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