La coyuntura venezolana y los tiempos políticos

El tiempo es uno de los factores a ser valorado en todo proceso político, por cuanto, su acertada estimación en medio de los conflictos de intereses entre clases y demás grupos sociales e incluso, en conflictos internacionales, pueden influenciar, e incluso, llegar a decidir, el curso de un proceso de confrontación política, sea ésta, de carácter coyuntural, estratégico histórico.

Tan importante como el "quien o quienes", "como", "con que" y "donde" es el "cuando" se decide y se ejecuta una determinada operación política, por cuanto se trata de determinar, en términos precisos, una seria de variables que podrían garantizar alcanzar el objetivo planteado, lo cual incluyen, tanto los aspectos subjetivos de los factores contendientes y sus aliados internos y externos (conciencia, motivación, voluntad, espíritu de sacrificio, etc) como los aspectos objetivos de acumulación de fuerzas propias y valoración de las del contrario, realidad de fuerzas de las partes en el terreno y en la retaguardia propia y la de los aliados, los aspectos ambientales, el estado de la economía y su capacidad y el tiempo de resistencia de la economía y la posibilidad concreta de reponer las fuerzas destruidas, neutralizadas o disminuidas como consecuencia de la confrontación.

Hay tiempos marcados por los ciclos políticos de la vida de las sociedades y otros definidos taxativamente en los instrumentos constitucionales y legales de los Estados que pretende definir el mantenimiento o sustitución del control del Poder de las instituciones y la Sociedad o, para responder a situaciones de crisis de gobernabilidad o de hegemonía de clases que, por su propia naturaleza son calificados de excepcionales y sus tiempos tienden a ser más perentorios que los otros, por lo que exigen una aceleración de los aprestos organizativos, logísticos, motivacionales, operacionales y financieros de los contendientes, por no contar con plazos y términos holgados para preparar todas las condiciones propias que resulten favorables para concurrir en las mejores condiciones a una confrontación que pudiera determinar cambios importantes en la hegemonía política de una sociedad.

La consideración del factor "tiempo" en la decisión de participar en una confrontación política, entonces, supone valorar las condiciones subjetivas y objetivas en el escenario de la confrontación e, incluso, en las respuestas a los posibles resultados de la lucha planteada porque, en todo combate o batalla, sea este de naturaleza civil o militar, no se puede comprometer a "jugarse" la suerte de todo un proceso político en un solo evento; por lo que también deben tomarse en cuenta los posibles escenarios de derrotas o victorias "pírricas", que dejen a las fuerzas en un estado tan calamitoso que, una derrota táctica, pueda transformarse – aunque no necesariamente - en un descalabro estratégico, y con ello, dificultar sensiblemente la recuperación de la iniciativa política, incluso, en el largo plazo.

Luego de la dolorosa y peligrosa derrota política en las elecciones parlamentarias del pasado 6 de Diciembre, al igual que en la infausta circunstancias del fallecimiento del Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías, los tiempos políticos, constitucionales, perentorios e insoslayables, se hacen presente en la realidad política de la Revolución, la cual obliga, no solo a valorar objetivamente el estado general y particular de sus fuerzas y examinar el estado real de la oposición contrarevolucionaria y sus aliados externos, sino también, considerar el reto estratégico que supone enfrentar, en tan corto espacio de tiempo, con la segunda y mayor derrota política en los 16 años de Revolución y en medio de condiciones subjetivas y objetivas adversas, fundamentalmente por la persistencia de los efectos perversos de la Guerra Económica y la continua caída de los precios del petróleo, un Referendo Revocatorio que, en el supuesto no deseado de ser contrario a las fuerzas revolucionarias, obligaría a unas elecciones anticipadas para la Presidencia de la República, en un tiempo posiblemente tan corto que afectaría aún más, las posibilidades de victoria; con todas las telúricas consecuencias que ello tendría para la continuación del proceso revolucionario bolivariano y chavista y del proceso soberanista y de Justicia Social en Nuestra América luego del reciente reves argentino.

En atención a ello, pareciera resultar necesario y urgente en ésta difícil coyuntura, tomar la iniciativa y acelerar las respuestas a los tiempos políticos frente a la relativas pérdida de la confianza de una parte substancial del chavismo al actual equipo de gobierno del camarada Presidente Nicolás Maduro, conformándose un Gobierno de la Victoria, dotado de un Plan de Acción Anti-crisis de medidas de inmediato, corto y mediano plazo y de gran impacto social y político, que sea capaz de reanimar, reunificar y movilizar al amplísimo abanico de fuerzas democráticas, progresistas, patrióticas, populares y revolucionarias venezolanas, en el unitario propósito de derrotar al imperialismo y a la reacción interna y profundizar el camino venezolano al Socialismo del Siglo XXI con Paz, Democracia, Bienestar, Seguridad y Justicia Social.

 

 

 

 

 



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Yoel Pérez Marcano


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