Siempre con el nuevo año son comunes los buenos deseos para. También recordamos los buenos y los malos momentos del año que ha terminado. De mi parte les deseo a todos los usuarios de aporrea un 2016 colmado de esperanza, trabajo y lucha por construir el socialismo.
Esperemos que en el 2016 el gobierno termine por rectificar y verdaderamente se enrumbe por el sendero de la transformación social. Por tanto, son mis deseos para el nuevo año:
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Que por fin le pongan un parao a la corrupción y se castigue a los culpables.
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Que se controle la inflación y el deterioro del salario
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Que de una vez por todas se logre controlar el desabastecimiento
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Que los docentes del país obtengan salarios justos por su labor
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Que CANTV y CORPOLEC mejoren sus servicios pues son pésimos
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Que los trabajadores recuperen su poder adquisitivo
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Que se reactive el aparato productivo desde una visión socialista
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Que se depuren los cuerpos policiales y se combata la delincuencia desatada.
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Que se impida el contrabando en la frontera
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Que los automóviles regresen a las concesionarias y ya no se especule con sus precios.
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Que los funcionarios públicos cumplan sus labores y sientan la necesidad de agilizar los trámites en las oficinas estatales para desmontar tanta burocracia.
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Que la Misión Vivienda no siga siendo una forma de obtener cemento, cabilla, bloques para que inescrupulosos las comercialicen en el mercado especulativo.
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Que la salud y educación sean prioridad en las políticas del gobierno para que no sigan en decadencia
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Que los militares dejen de ser cómplices del contrabando de gasolina y productos de primera necesidad
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Que podamos comenzar un proceso de diversificación económica para no depender solo del petróleo
Todos estos deseos solo serán posibles con la lucha del pueblo, ya que el 2016 se avizora como un año turbulento y conflictivo. La derecha perfila su arremetida desde la Asamblea Nacional. Por ello la organización de los revolucionarios es primordial. Pero esto pasa porque el gobierno rectifique y se coloque al lado de las luchas del pueblo. No es un problema de cambio de Ministros y de discursos rimbombantes es verdaderamente realizar una práctica revolucionaria.
