Como históricamente es suficientemente conocido, nuestra patria venezolana desde que inicia el desarrollo de la industria petrolera en el año 1.850, año en que comienza el petróleo a ser comercializado; en aquellos tiempos el pueblo originario ya lo llamaba (Mene), pues el aborigen extraía dicho mineral combustible con cañas de bambú como lo hicieron los chinos en el año 100 antes de Cristo; según criterio de Adriana Vigilanza García (2008) y otros expertos investigadores. Cuando el Estado venezolano otorga la primera concesión para extraer asfalto fue a partir del año 1.854 después de haber aprobado el primer Código de Minas y la primera concesión para extraer petróleo se otorga en el año 1.865, luego se crea en el año 1.878 la primera compañía comercial venezolana llamada “Petrólia del Táchira”; según la autora antes citada “…. el Gobierno Venezolano otorgó algunas concesiones petroleras, es a partir del año 1907, cuando comienza los consorcios petroleros internacionales sus actividades en Venezuela, cuando la Standard Oíl Company y Royal Dutch Oíl Company penetraron en las principales zonas petroleras del mundo, entre las que Venezuela ocupaba un lugar privilegiado.”
Se hace esta referencia histórica relativa al origen de la industria petrolera en nuestro país, ya que es a partir del inicio de la dictadura gomecista en año 1.908, cuando el imperio capitalista yanqui y europeo (Gran Bretaña), protegidos por el Gral Juan Vicente Gómez, penetra de forma sistematizada, la vida económica y política de la sociedad venezolana, pues todas los organizaciones políticas de derecha y ultra derecha controladas por la rancia e histórica burguesía nacional, siempre a estado incondicionalmente al servicio de los intereses políticos económicos del pentágono y congreso de los E.U.A y las potencias económicas europeas entre ellas el Reino Unido de Inglaterra; sin embargo, la Venezuela agrícola, pecuaria y artesanal, se mantuvo en un largo periodo histórico sumida en el más terrible de los atrasos económico sociales y culturales, a pesar de ser un país inmensamente rico en recursos naturales: petrolíferos, minerales, hídricos, fauna y flora; además de estar ubicada geográficamente en un lugar privilegiado al norte de la América del Sur con una gran costa marítima caribeña y océano atlántica; la política económica esclavizante laboral impuesta por los sucesivos gobiernos norte americanos y sus operadores endógenos en Venezuela, se profundiza cuando el gobierno de Eleazar López Contreras, legisla para que los consorcios transnacionales de la industria petrolera y minera, se establecieran protegidos jurídicamente, con mayor fuerza y comenzaran a estimular la migración del sector campesino productor agropecuario y artesanal el cual generó el abandono del campo por estar viviendo desasistidos socio económica, educativa y culturalmente por el Estado político burgués; en consecuencia se traslada hacia las grandes urbes citadinas o hacia los campos petroleros, donde se les pagaba un sueldo diario de Bs 5 por ocho horas laborales, mientras que los hacendados feudales les cancelaban Bs 1,50 por doce horas de trabajo ininterrumpido.
Por toda esta realidad socio económica histórica de esclavización del sector micro, pequeño y mediano productor de bienes servicios en el ámbito agropecuario y artesanal, fue que se conformaron los grandes poblados de gente humilde muy empobrecida que conformó los cordones de “Ranchos” al borde de las ciudades industrializadas de nuestro país, ubicadas la mayoría de ellas en el centro y occidente de la nación; además de toda esta preocupante realidad, el Estado venezolano tanto en tiempos de la llamada IV República (Punto fijista pro yanqui 1958 – 1.998), como en el período V republicano gobernado por el proceso revolucionario socialista, mentalizado y liderado por el magnánimo estadista Cmdt. Hugo Chávez Frías y continuado por el actual Presidente constitucional Nicolás Maduro Moros (1.999 hasta la presente fecha), no han logrado establecer un sistema productivo autónomo sustentable y asertivo en el ámbito de la producción y la productividad en el sector agro alimentario, así como el sector industrial productor de rubros para el consumo básico masivo, para atender las necesidades de salud en medicina, higiene, transporte, repuestos vehiculares, que demanda diariamente la población; desafortunadamente tanto ayer como hoy la acrual República Bolivariana de Venezuela ha sido vulnerable económicamente, ya que en materia de desarrollo económico industrial, ha dependido casi que exclusivamente de una economía “Mono productora” amparada en la industria petrolera, el cual es víctima de las fluctuaciones del mercado capitalista imperial, controlado por las empresas transnacionales que delinean las políticas neo liberales, neo esclavista y neo explotadoras del ser humano por su semejante, el cual controlan a través del FMI y BM, dentro de lo que han denominado “Aldea Mundial globalizante”.
Esa economía petrolera tipo “Chinchorro” que sube y baja de acuerdo a la fuerza con la cual se mueva el mercado capitalista, pone en “Jaque” la estabilidad económica de las naciones dependientes del petróleo como generador de divisas para la sustentación del Producto Interno Bruto (PIB). Es motivado a esa anormalidad político económica capitalista e imperialista, que surgen los monopolios productivos, ya que son los emporios empresariales nacionales y transnacionales en Venezuela, quienes violentando el precepto constitucional anti monopolio establecido en el art. 113 de la CRBV, han utilizado como estrategia político partidista de orientación derechista y ultra derechista, al monopolio industrial, distributivo y comercial de productos agroalimentarios, de higiene, medicinas, repuestos vehiculares y otros de consumo masivo básicos, acaparándolos y comercializándolos híper especulativamente, para estrangular la economía doméstica de la sociedad venezolana económicamente débil y la clase media no adinerada.
Además de lo ya descrito, toda esta crisis económica surge porque el micro, pequeño y mediano productor, en principio está muy disminuido y desprotegido, ya que los elevadísimos costos de los insumos tales como: Materia prima, equipos, maquinaria y herramientas; agregado al altísimo costo de la mano de obra, las grandes trabas o exigencias para la asignación de créditos bancarios y el deterioro de las vías de comunicación rural, la inseguridad personal del productor y sus familiares atacados por la delincuencia común y organizada, la variable climatológica, entre otras anormalidades; dificultan la actividad productiva del escaso campesinado que se dedica con grandes esfuerzos a producir alimentos vegetales y animales; como también perjudica a quienes desde el sector productivo artesanal, pequeño y mediano del ámbito industrial de bienes servicios.
En consecuencia se demuestra en la práctica, que nuestro proceso revolucionario socialista, asertivamente ha logrado proteger dignamente y sin exclusión a la población económicamente débil y clase media no adinerada al cual le generó prosperidad económica, haciendo uso de la bonanza en los precios del petróleo durante casi todo el período gubernamental; lamentablemente el imperio capitalista controlado por los EUA y la banca especulativa gerenciada por FMI y el BM, han provocado en menos de dos años consecutivos una abrupta caída de los precios del barril de petróleo en el mercado internacional, que ha afectado a la mayoría de las economías de los países que dependen del petróleo como base de sustentabilidad económica; aunado a esta caótica crisis económica mundial, se añade el fuerte ataque económico aplicado por el rancio sector burgués venezolano pro yanqui y sus cooperantes organizaciones políticas apoyados por la poderosa industria comunicacional, que como es bien sabido ha inducido al pueblo económicamente débil y la clase media no adinerada a auto inmolarse económicamente.
Pero también se debe reconocer que el proceso revolucionario socialista venezolano, ha incurrido en el gravísimo error de no aplicar todo el poder del Estado para castigar el indebido comportamiento corruptivo que se ha venido gestando en unos cuantos funcionarios (as) de la administración pública en todos sus niveles de funcionalidad.
Si el Estado revolucionario socialista venezolano, está ganado a corregir los grandes errores cometidos en materia de producción y productividad para proteger al sector agropecuario y la creación o fomento de micro, pequeñas y medianas industrias sustentables, además del control ético y moral de la distribución y mercadeo de los productos agroalimentarios u otros rubros de consumo masivo básicos domésticos; debe empezar por delinear políticas de Estado para eliminar con carácter los “Monopolios productivos y comerciales” controlados por las rancias oligarquías nacionales pro yanquis. Si se desea salvar a la revolución socialista incluyente.