El boxeador, lo primero que protege en el combate es su rostro, particularmente el mentón o el suiche, como se dice en el argot boxístico venezolano, porque un golpe en el suiche lo manda a la lona de inmediato.
Vuelvo con las metáforas pugilísticas para referirme al Golpe de Estado que el imperio yanqui y sus títeres pagados en Venezuela, han puesto en desarrollo para derrocar al gobierno del presidente Nicolás Maduro y detener el avance de la Revolución Bolivariana y Chavista, así como su repercusión positiva para los pueblos de Nuestramérica y del mundo, que buscan su independencia definitiva de todo tutelaje foráneo y construir sus formas de producción y reproducción como culturas soberanas y postcapitalistas.
Debemos reconocer, y no es secreto para nadie, que los golpes asestados en la llamada “caja del pan” de este gigante boxeador que es el pueblo patriota de Venezuela, han conseguido fatigar un poco su humanidad. Ahora el peleador gringo tiene su mirada puesta en la mandíbula del Gobierno Revolucionario Bolivariano y Chavista. El mentón es Nicolás Maduro. Él representa el suiche hasta donde el enemigo imperial quiere llegar y derribar al contrincante mediante un opercaut (uper-cup).
Al golpear los costados del valiente pueblo venezolano, los entrenadores del contrincante enemigo lo han aleccionado para conseguir el nocaut. Ahora han aleccionado al ramo panadero para que el trigo sea utilizado únicamente para mantener surtidas de costosas exquisiteses sus vitrinas. Y mientras no fabrican pan, fomentan o incrementan el descontento del pueblo, en procura de que éste se alebreste, saquee, vaya a la calle, incendie y genere lo que hemos denominado “un 27-f de laboratorio”. Situación de calle que, que ante una eventual guerra civil, les lleve a “recurrir” a fuerzas militares o paramilitares foráneas que –según ellos- “devuelvan la paz”, al tiempo que entregan el país y todas nuestras riquezas, a las transnacionales del capital y la hegemonía política y militar a los Estados Unidos y sus aparatos de Estado.
Ésta es la estrategia gringa. Tomamos un símil del boxeo para explicarla. Quieren dar un nocaut a nuestro pueblo y por eso golpean sin miramientos por todas partes y desde todas partes. Por eso gritan, desde el costoso ringside desde donde se aposentan desesperados, anunciando que en los próximos seis minutos (seis meses ha repetido torpemente la bancada golpista que es mayoritaria en la Asamblea Nacional) debe renunciar el Presidente Nicolás Maduro. Es decir, debe estar ejecutado el golpe de Estado, el golpe de gracia, el “golpe en el suiche” que lleve a la lona a nuestro Gobierno y a nuestra Revolución Bolivariana y Chavista.
El enemigo no está jugando. Está montado en el cuadrilátero para golpear duro, para arrinconarnos contra las cuerdas, para ablandar con ganchos y rectas “la caja del pan”. Pero su objetivo es el mentón, es el suiche, es conseguir el nocaut.
Todas y todos somos el boxeador a quien quieren derribar. ¡Fuerza! Doblar, esquivar, cubrirse y no dejarnos derribar, es nuestra patriótica responsabilidad. Nos están apuntando al suiche. Debamos ganar. ¡Arriba, carajo!