Quinto malo

Dadme una buseta y encenderé la pradera

Alguna vez fue suficiente una chispa para encender la revolución. Se incendió la pradera con tan imperceptible expresión de energía calórica. Luego quedaría como consigna para estimular a quienes, empuñando la conciencia de clase proletaria, emprenderían la radicalización de sus luchas para transformar de fondo la sociedad y acabar con el capitalismo.

Muchas chispas han surgido del frotar de piedras en las trincheras. No siempre ellas han llegado a incendiar praderas. La frase se recuerda originalmente en la carta escrita por el camarada Mao Tse-tung (Mao Zedong) al desarrollar su crítica a ciertos puntos de vista pesimistas que existían entonces en el Partido Comunista Chino. Luego ha sido esgrimida como esperanza y estímulo para los movimientos revolucionarios anticapitalistas y antiimperialistas del mundo.

En la Venezuela de finales de los años 80, del pasado siglo, la “chispa” adquirió forma de transporte de pasajeros o de “buseta” (como nos ha penetrado el “colombianismo” entre nosotros), en una reacción ante las pretensiones del imperialismo (fase superior del capitalismo) por imponer sus modas y modos neoliberales de actualizar la explotación de clase, el dominio y la hegemonía del capital.

El pueblo venezolano, sin antecedentes ni fintas que le hicieran presentarse como “amenaza inusual y extraordinaria” ante los Estados Unidos, simplemente reaccionó, aquel 27-f de 1989, con un espíritu de Comuna donde se anidaban miles de chispas capaces de “incendiar” y poner a temblar al imperio, al tiempo que se consolidaba una organización que en breve tiempo cobraría forma de Revolución Bolivariana y hoy de Revolución Bolivariana y Chavista.

Esa realidad histórica, que en lenguaje metafóricamente dramatúrgico, Carlos Marx calificaría de “tragedia”, los laboratorios del imperio Yanqui quisieran repetirla, pero para frenar la Revolución que avanza con firmeza, desde aquel momento, con el reforzamiento de un liderazgo preclaro como el del Comandante Hugo Chávez.

Las escenas de tragedia, en el escenario de la vida de confrontación de clases en Venezuela, continúan desplegándose en la Patria de Bolívar, con aires de independencia definitiva y de construcción socialista. Mientras ello ocurre, los laboratorios instalados en el Departamento de Estado norteamericano y desplegados –fundamentalmente- a través de aparatos como el Pentágono y la CIA, se devanan sus sesos buscando fórmulas que permitan repetir la “tragedia” histórica, sin llegar a percatarse que, de intentarlo, sólo lo conseguirán como “farsa” (para seguir con las metáforas marxistas).

La reflexión precedente, con fundamentos históricos y teóricos, viene a colación por el hecho de que, en la actualidad, los planes imperiales contra el pueblo de Venezuela, su Revolución Bolivariana y Chavista y el gobierno popular que preside el camarada Nicolás Maduro, se despliegan con mayor fuerza y desde diferentes flancos, luego de la victoria que obtuvieran al arrebatarnos el Poder Legislativo, en las elecciones celebradas el pasado mes de diciembre, de 2015.

Juegan papel preponderante en el despliegue enemigo de su artillería contra Venezuela, la guerra mediática, la guerra económica y la guerra emocional. Procurando frenar, debilitar y desmantelar la estructura de poder popular, político, militar y hegemónico de la Revolución Bolivariana y Chavista. Son muchos los misiles ensayados por el enemigo imperial contra nosotros. Hoy, luego de imponer una caída mundial de los precios petroleros, de incrementar la inflación -con repercusiones acentuadas sobre Venezuela- de provocar desabastecimiento nacional de alimentos básicos y otros productos de primera necesidad, ahora intentan el escenario del aumento en los pasajes del transporte terrestre en, hasta un más del 100 por ciento de los mismos.

Es “la chispa” que la burguesía transnacional y los lacayos apátridas en Venezuela intentan conseguir en sus desesperados intentos por acabar con el gobierno que preside nuestro camarada Maduro, a fin de “frenar” la Revolución independentista y socialista concebida por el Libertador del siglo XXI, Hugo Chávez.

Es importante entender la situación en la que nos encontramos y la pradera que defendemos ante las amenazas de una “chispa de laboratorio”. Defendemos la Patria que amamos, la nuestra y la de nuestros hijos y nietos. Defendemos la Patria independiente y socialista no es hora de optar, es hora de VENCER.



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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

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