"El arado y el mar"

El General Cliver Alcalá no es un traidor, es un chavista que merece ser oído

No es inteligente, no educa calificar toda crítica de ¡traición!; ya es larga la lista de descalificaciones hechas, y ya es un método establecido por el gobierno para truncar el debate interno.

A la menor discrepancia vuela el descalificativo: traidor, sospechoso, agente, saltatalanquera. Luego, rápidamente, sobre el objetivo caen los escritos, los twitter que acompañan a esa nueva especie de linchamiento. La persona víctima es aislada, pocos tienen la valentía para relacionarse con el acusado, darle la mano; sonreírle es condenarse, ser sospechoso. El método da buenos resultados en lo inmediato, la molestia de la crítica es superada pero a la larga la Revolución va languideciendo sin discusión, con una unanimidad ficticia que oculta la realidad.

Hoy padecemos el daño de la aplicación de este método, el gobierno ha quedado reducido a un ente sin inteligencia estratégica, sólo capaz de reaccionar a los estímulos inmediatos, carente de visión más allá del día, desesperando por mantenerse en medio de una tormenta que él mismo ha propiciado.

Hoy la Revolución y el gobierno padecen un virus que le corroe las entrañas, lo transforma de un ser luminoso, socialista, chavista ejemplo del mundo, en un marchito organismo vetusto que regresa al pasado capitalista, se transforma en un adeco maniobrero. El virus es el capitalismo que lo invadió luego del asesinato de Chávez, está allí adentro, en las alturas del gobierno, pero también en el PSUV, en todas partes prolifera y se come a la Revolución.

Esta situación explica el aparecimiento crítico, preocupado, de los Generales Cliver Alcalá y Rodríguez Torres, y también el descalabro del 6 de diciembre, el desengaño, la falta de amor por el gobierno, la fragilidad del apoyo. Ahora el método malandro de acabar con la discusión no funciona, ya ni siquiera es un paliativo, al contrario, desconocer la crítica profundiza la crisis. La soberbia del gobierno, aquello de que “sólo es verdad lo que el gobierno dice, aun siendo un disparate” propicia más disidencia. De la falta de discusión sólo pueden salir desatinos y pedradas.

No es posible salvar a la Revolución, al gobierno, sin una poderosa crítica. Vivimos días definitorios, sólo con discusión abierta, con polémica, podemos encontrar la solución. Sin ellas abrimos las puertas a salidas torcidas que prosperan en la confusión y la desesperanza.

El General Cliver Alcalá merece respeto, expone una serie de argumentos que deben ser discutidos, aquí podemos decir parafraseando al filósofo: “no comulgo con tus planteamientos, pero daría la vida por tu derecho a decirlos”.

Es urgente que el gobierno llame a estos Generales, pero también a otros chavistas históricos, que tienen épica, historia en esta Revolución, que pelearon junto al Comandante. Es urgente que el gobierno los llame a una reunión, a oírlos, eso le haría bien al gobierno y a la Revolución. No hay razón para no hacerla si se reúnen con shannon, si se reúnen con la mud. Extiendan la mano al Chavismo la masa sentiría otra actitud, soplarían vientos de rectificación. Qué buena sería esta reunión en el Cuartel de la Montaña.



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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