Hugo Chávez pide acelerar el socialismo del Siglo XXI

21.6.2006

1. La tarea

Recientemente, el Presidente venezolano encargó a tres miembros de su gabinete elaborar propuestas para acelerar el Rumbo al Socialismo (RAS). Los tres ministros ya entregaron sus trabajos y dentro de dos semanas se pretende discutir los resultados. La iniciativa del Presidente es oportuna porque el Talón de Aquiles del proceso es la ausencia total de formación política de los cuadros medios.

La razón de esta debilidad es la falta de comprensión teórica del Socialismo del Siglo XXI, que se debe, a su vez, a dos factores: a) no se estudia la teoría respectiva, ni siquiera en las mismas instituciones educativas del proceso, como son las Misiones y las universidades bolivarianas, y, mucho menos, por supuesto, en los ministerios y empresas estatales; b) dentro de los estratos de liderazgo de la Revolución y de la Nueva Clase Política (NCP) es casi imposible encontrar líderes que tengan interés real en el nuevo socialismo.

Ante esta situación ---que hace que la idea de declarar en forma oficial el carácter socialista de la revolución en un congreso ideológico del partido Quinto República (MVR) en el primer semestre de 2007, luzca un tanto exótica --- aportamos esta contribución solidaria a la búsqueda del Presidente, de sus ministros y de los latinoamericanos que pretendan llegar a una Patria Grande socialista.

Dado, que la teoría y la implementación de la economía socialista es el aspecto más difícil de la nueva civilización, nos concentramos en este aspecto.

2. ¿Que es una economía socialista?

El primer paso para implementar una economía socialista es saber, en qué se diferencia esa economía de la economía de mercado capitalista que sufrimos actualmente. Las diferencias principales, es decir las características principales de la economía socialista, son seis: cuatro que pertenecen a la democracia económica y dos que pertenecen a la economía política de valor.

A. Los cuatro elementos de la democracia económica:

1. La incidencia real de los ciudadanos en las decisiones macroeconómicas, por ejemplo, el presupuesto nacional.

2. La incidencia real de los trabajadores en las decisiones microeconómicas (la empresa), particularmente sobre la tasa de plustrabajo, que decide el grado de explotación de la mano de obra, y la tasa de inversión.

3. La incidencia real de los ciudadanos en las decisiones económicas de la comunidad, por ejemplo, a través del presupuesto participativo municipal.

4. La planeación de la economía sobre esas incidencias de las mayorías.

B. Los dos elementos de la economía de valor:

1. La contabilidad y operación de la economía se realiza mediante el valor (los insumos de tiempo), no sobre el precio de mercado. 2. El intercambio de los productos se realiza mediante valores iguales. Este es el principio de la equivalencia que instala la justicia social a nivel de la producción, no de la distribución empresarial o redistribución estatal. La justicia social se realiza, de esta manera, desde el primer nivel de toda actividad económica: la producción.

Estas son las seis instituciones básicas de la economía socialista. Solo cuando un sistema económico opera sobre ellas, puede hablarse de economía socialista. Cuando no existen o no son operativas, no se ha salido de la economía de mercado, porque la base económica no ha entrado a una civilización postcapitalista. Intentos de trascender la economía de mercado que no alcancen esta institucionalidad socialista, revertirán tarde o temprano al capitalismo pleno, por más que se declare el socialismo o comunismo como intención o realidad por parte de los gobiernos.

3. El paso decisivo: la sustitución del precio por el valor

El paso decisivo en la transformación de la economía de mercado hacia la economía socialista reside en la sustitución del precio por el valor. Para entender este paso decisivo hay que entender el papel que juega el precio en la economía de mercado. Este papel es doble. El precio cumple dos funciones vitales para el sistema: a) es el centro cibernético de la economía nacional, regional y global, que dirige los flujos de mercancías (productos), servicios, dinero y capitales; sin el precio, la economía de mercado no se mueve, es un sistema muerto; b) es el principal mecanismo de apropiación del plusproducto o excedente económico (ganancia); es decir, es el principal instrumento de enriquecimiento y de la acumulación de capital de los empresarios.

¿Y cual es la relación entre el precio y la propiedad sobre los medios de producción? La forma de propiedad sobre los medios ---estatal, privada, social o mixta--- es la base jurídica de la economía: es la Magna Carta o Constitución del quehacer económico. Pero esta normatividad general no sirve para el enriquecimiento empresarial cotidiano. Este enriquecimiento cotidiano requiere de un instrumento operativo y este instrumento es el precio de mercado.

El precio es el equivalente funcional del revolver en el asalto bancario: quien tiene el revolver (el poder) se lleva la riqueza. En este sentido, toda economía de mercado es una economía gangsteril, anti-ética, en la cual rige la ley del más fuerte. Hoy día, los sujetos económicos más fuertes son las empresas transnacionales y los Estados burgueses.

Toda transformación socialista pasa, por lo tanto, por quitarle el revolver al capital, es decir, el poder del precio. En el socialismo histórico se hizo esto quitándole los medios de producción a los empresarios y asumiendo el Estado la doble función del precio. De esta forma se bloqueó efectivamente la acumulación de capital en manos de los empresarios privados, pero se fracasó esencialmente en la función cibernética, la optimización de los flujos económicos. En otras palabras: se neutralizó la función clasista del precio y se malogró su función sistémica.

Una transición socialista en el mundo actual solo será exitosa si logra sustituir la institución “burguesa” del precio, de tal manera, que sus dos funciones fundamentales, la cibernética y la acumulativa, pueden resolverse satisfactoriamente, mediante una institución cualitativamente diferente: eficiente en la optimización económica y carente de capacidad explotativa de otros seres humanos. Esta institución es el valor.

4. ¿Cuál es el primer paso hacia una economía socialista en América Latina?

El primer paso político-económico hacia la economía socialista en América Latina no es, en consecuencia, la estatización generalizada de la propiedad privada ---porque no resuelve el problema cibernético--- sino la sustitución del sistema de precio-mercado por el cálculo en valores y el intercambio de valores iguales (equivalencia). El primer paso no es nada espectacular ni glorioso: es la prosaica tarea de establecer una contabilidad socialista, la del valor, al lado de la contabilidad capitalista, la del precio.

Este primer paso consiste en el registro de todas las transacciones internas y externas de la empresa en términos de insumos de tiempo (time inputs), es decir, de valores. Esto es fácil de hacer, porque todo proceso productivo se basa en el factor (vector) tiempo. De hecho, los empresarios calculan sobre tiempos de producción, pero expresan esos tiempos en unidades monetarias, es decir, como costos/ precios, que les permiten apropiarse de la riqueza de los demás.

A esa relación valor-precio se debe que en las empresas modernas digitalizadas los valores pueden “extraerse” con suma rapidez. En una de esas empresas latinoamericanas donde estamos llevando a cabo un estudio piloto de una economía socialista, los ingenieros de sistema confirmaron lo que por inferencia deductiva era una verdad a priori: que en tres semanas podrían proporcionar todos los valores (insumos de tiempo) necesarios para una contabilidad socialista.

El segundo paso para la instalación de la economía socialista consiste en la formación de un grupo de especialistas de software que escriba los programas que permitan contabilizar todos los flujos de la empresa en precios (dinero), valores (tiempo) y volúmenes (toneladas, litros, etc.). Mediante las tres escalas comensurables de medición y expresión del valor del producto, la empresa puede seguir comerciando con su entorno de economía de mercado, sin violentar las relaciones económicas establecidas, es decir, sin pérdidas de productividad, producción o mercados. Hablando con Lenin, se establece una dualidad de poder dentro de la empresa: la lógica socialista al lado de la lógica capitalista.

Logrados estos dos avances ha llegado el momento, de dar el tercer paso de la implantación de la economía socialista en la economía de mercado.

5. La economía socialista se introduce en la vida cotidiana de la gente.

Al conocerse el valor y el precio, la mercancía de la empresa socialista se pone a la venta con las dos unidades de medición. El empaque de un litro de leche, por ejemplo, llevaría la siguiente denominación: Precio: 2000 bolívares; Valor: 10 minutos. Al comprar diversos productos, el comprador se dará cuenta que la relación entre valor y precio varía. Por ejemplo, que en un producto 10 minutos de trabajo se expresan en 2000 bolívares y que en otro producto valen 10.000 bolívares. La disonancia cognitiva que entrañan ambas expresiones genera inevitablemente un proceso de reflexión y discusión social que genera conciencia socialista.

Es decir, al expresarse el valor del producto con una medida objetiva y transparente, la socialista (tiempo) y, al mismo tiempo, una medida dictatorial y explotativa, la capitalista (precio), se extiende la dualidad de la lógica económica socialista y capitalista desde la empresa hacia la vida cotidiana de los ciudadanos: desde la esfera de producción de las mercancías hacia la esfera de circulación, el mercado, el corazón del sistema capitalista. No puede haber forma más pedagógica e impactante de acercar al ciudadano a la problemática de la economía socialista que esta.

La semana pasada un grupo de jóvenes venezolanos me pidieron asesoría sobre la posibilidad de construir un núcleo de desarrollo endógeno, basado en la economía de equivalencias. Se la di en el sentido de este ensayo. Junto con la gran empresa de miles de trabajadora, que está en algún lugar de la Patria Grande, estos jóvenes representan los primeros modelos de implementación de una economía socialista que representa un modelo civilizatorio cualitativamente diferente a la economía de mercado.

Al avanzar sobre las experiencias de estos dos modelos o prototipos de empresa socialista se puede gradualmente extender el número de empresas nacionales que operan sobre principios de la economía de equivalencias, hasta que finalmente sean el elemento económico dominante del sistema nacional-regional. Es a través de la multiplicación de esas experiencias de economía política que sentaremos bases sólidas para el Socialismo del Siglo XXI en la Patria Grande.

¡Si el Presidente busca el acelerador de su proyecto socialista, aquí está!



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Heinz Dieterich


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