Las mentiras de los gobiernos tienen vida corta, siempre la realidad las pulveriza; de sus cenizas emerge la verdad de mil maneras y el tinglado de engaño se cae arrastrando el bien más preciado de un gobierno: la credibilidad. "No mentir jamás", les dijo Fidel a estos pendejos que sólo oyen a su ombligo.
El gobierno ha hecho esfuerzos por esconder su condición de capitalista, son frecuentes las declaraciones de fe socialista y anticapitalista de funcionarios del gobierno, tan frecuentes como exuberante su práctica capitalista.
Al principio, el engaño vino con una falsa teoría, se dijo que el concubinato con la burguesía era para elevar las fuerzas productivas, quien no lo aceptaba padecía una "enfermedad infantil", era "agente", o peor, no entendía "el momento histórico". Luego se inventó la necesidad de convertirnos en "productivos", y el término contaminó la atmósfera, todo fue calificado de productivo. Se nos habló de una "guerra económica" que no tenía enemigos, todo fue imputado a esta rara guerra.
Se dieron piruetas y contorsiones para justificar la torta económica y ocultar que todo era una operación para restaurar al capitalismo que avanzaba en medio de las distracciones. Pero la realidad habla y, como es frecuente en estas circunstancias, aparece un sincero que desembucha el engaño.
Las declaraciones de Freddy Bernal, antes connotado chavista, son históricas. Por primera vez un alto vocero del gobierno deja los melindres y declara abiertamente el carácter capitalista y antichavista del gobierno. Después de esas declaraciones, la burguesía gobernante quedó sin disfraz, ya no podrá hablar de Socialismo, y menos de Chavismo. Leamos algunos párrafos de la confesión de Bernal, dice la noticia:
(...) puntualizó que "en el pasado tomamos algunas medidas como expropiación de algunas empresas que, lamentablemente, o no las hicimos productivas o incluso fracasaron en nuestras manos". De allí que, según explicó, asumiendo esa responsabilidad se han sentado con el empresariado para conformar empresas mixtas, 60% del estado y 40% privadas, en diferentes sectores: pesquero, industrial, manufacturero". Aseguró que la política económica del gobierno comienza a dar frutos. "El diálogo ha sido fundamental para los 15 motores que conforman una alianza estratégica entre sector público y privado", dijo. Explicó que han sellado acuerdos con algunos de los propietarios de las empresas expropiadas y, en las empresas, cuyos dueños se fueron del país, hemos alcanzado alianzas con otros empresarios para activarlas. "El empresariado ha asumido su responsabilidad al igual que el Estado" y adelantó que en pocos meses darán importantes resultados.
No es casual la declaración de Bernal, no se trata de algo menor, al contrario, es la declaración formal, evidente, clara que el gobierno firmó una acta de rendición del legado de Chávez frente al capitalismo. Veamos.
La batalla del Socialismo contra el capitalismo tiene dos frentes de guerra, la propiedad de los medios de producción y la conciencia. Los dos se influyen, se complementan, formando un complejo donde la conciencia, la espiritualidad es lo principal, es la medida del avance. Siendo así, y para resumir, no se puede conquistar, construir una "conciencia del deber social", de pertenencia a la sociedad, base del Socialismo, sobre la propiedad no social de los medios de producción, la propiedad capitalista.
Cuando se reconoce que los avances logrados en el gobierno del Comandante Chávez en materia de propiedad social fueron y están siendo revertidos es una declaración de que el avance hacia el Socialismo está siendo desmantelado, de la privación de la base material de la conciencia del deber Social. Y ¡qué paradoja!, el mismo jefe de los Clap, que es un esfuerzo por combatir la conducta capitalista de los "bachaqueros", es el que devela y justifica el avance capitalista que sustenta esa conducta, la escasez y demás perversidades del capitalismo.
La propiedad social de los medios de producción no se puede medir con criterios capitalistas, del lucro material, debe considerarse el factor espiritual, he allí la clave. Podemos decir que la peor de las propiedades sociales será muchísimo mejor que la mejor de las propiedades capitalistas. Cuando debían corregir las fallas de la propiedad social, corrieron como Kerenskys tropicales a los brazos del capitalismo.
Ya los campos están definidos, no hay cabida a mentiras, a engaños, a excusas, que cada quién se ubique.