No hay duda, que en la única cosa en la que ha sido realmente efectiva la “revolución”, es en eso de las concentraciones. Saquen cuentas y comprobaran una verdad monumental. Por ejemplo, desde que se creó el PSUV, cuántas veces se han renovado sus cuadros.
La macolla ha estado concentradita ahí en el PSUV. Los cambios que hemos visto producirse en esa concentración, se han hecho porque algunos emitieron una opinión contraria al orden de cosas establecido y la concentración inmediatamente expulsó la crítica y el PSUV se h hecho más concentradito. El que sale, es sustituido por otro u otra, que surge de uno(a) que está adentro. Ya son varios años con esa concentración que se nos va poniendo añeja y es resistente a todo tipo de crisis. El cubito se hace más cubito.
Esta concentración es tan exquisita y concentrada, que si comenzamos a revisarla con cuidado, notaran que el concentrado del PSUV es exactamente el mismo concentrado que está en altas posiciones de gobierno. Esto le da un matiz mucho más perfecto a esta concentración.
Este PSUV ha pasado ileso (sin huesito roto) todos los llamados de revisión, rectificación y reimpulso decretado por Chávez y continúa muy concentradito. Pasó ileso el revolcón del 6-D. Me aventuré (muy ingenuamente) a imaginarme que desde ese día, efectivamente iba a ser posible la revolución en la revolución y nada pasó. Ni en el primer llamado de una revolución dentro de la revolución, ni después de este revolcón del 6-D el PSUV se le dobló un huesito. Todo sigue bien concentradito, como si este barco no cruza de hace ya varios años un mal tiempo.
Saquen la cuenta (si es que eso es posible), y vean cuántas concentraciones ha realizado el PSUV desde su existencia. Cientos de concentraciones públicas, cuyo propósito ha sido legitimar con discursos vacíos pero en alto volumen; la concentración que ha operado desde sus comienzos con la dirección política del PSUV.
La concentración ha sido un daño nada colateral que nos ha traído a este punto. Hoy la concentración en todas sus manifestaciones (PSUV-Gobierno-gente llevadas a plazas) opera como un mecanismo para confundirnos y perpetrar la concentración que se está volviendo una gran amenaza para el proceso.
Fíjense, como nos confunde con eso de la crisis económica. Se nos dice vacíamente, que esta crisis es producto de la crisis terminal del capitalismo. Por supuesto; esto que padecemos es un coletazo de la crisis del capitalismo, pero esta crisis económica que vivimos en Venezuela, es también producto de una crisis política, que persiste y en condiciones más duras; porque se reprodujo el modelo político representativo de la llamada cuarta república.
En ninguna concentración nos hablan de esta crisis política, que es producto de una concentración de funciones, que no es siquiera de poder, porque producto de esa crisis política a lo interno del proceso y del PSUV, ha operado una pérdida considerable de poder en términos políticos.
Comparto la idea, que nos dice que esta crisis económica, no se resolverá sin romper con esa concentración que mantiene el PSUV. No es casual, ese acontecimiento que está operando actualmente y que se conoce como “colectivos”. Hay muchos colectivos naciendo y floreciendo.
Así pues, que el PSUV siempre fue un cubito de pollo, pero ahora ni el pollito tiene. No se le ve ni en el empaque de presentación.