La asesoría que usted recibe de sus consejeros económicos podría ser revisada.
Venimos sosteniendo, sugiriendo y hasta demostrando profesionalmente que la única arma que tiene el Estado para enfrentar t esta Guerra es lanzado mejores salarios al trabajador, al pensionado. Con los ajustes salariales de 200% - 400% les trasladamos el efecto inflacionario a los propios agentes de la inflación, o sea, a los fabricantes, importadores y comerciantes en general.
El empresario tiene que sentir en su propio bolsillo que todo este saqueo o devaluación del Bs.F es reversible en su contra, porque el dinero que ya no nos alcanza ni para comer medianamente, tampoco le sirve a él para seguir en funciones empresariales. Cuando el machaquero infla el precio, su proveedor se lo infla a él y este debe recurrir a su descapitalización. Este fenómeno venimos advirtiéndolo, y muchos de mis lectores así lo han entendido. Resulta forzosa la elevación sostenida y con efectos reiterativos.
La moneda actual, como el dólar, es fiduciaria, razón por la cual tendrá el mismo valor y aceptación que tienen los billetes que por toneladas están trasegando a sus bolsillos los mismos que desean que el gobierno caiga.
Más claro no puede estarse sobre que la única forma de hacerle frente a los precios actuales es con mayor poder económico para el trabajador. Nos explicamos:
La crisis actual no responde a desbalance entre oferta y demanda; todo lo contrario: a mayor oferta mayor inflación para atrapar más dinero fácil, porque actualmente no hay demanda que sobrepuje la poca y mucha oferta. Sea que ella falte y los precios suban, sea que haya sobre oferta y el comerciante la acapare, los precios seguirán subiendo porque los capitalistas no compiten entre sí, no por ahora.
En guerra no se trata de pujas entre oferentes y demandantes, sino de especuladores y consumidores con baja solvencia. Sólo con una elevada solvencia por parte del consumidor, los propios bachaqueros entrarían en competencia entre ellos mismos. Por favor, Sr. Presidente, entiéndalo de una vez y apártese de toda ortodoxia propia de condiciones convencionales. Usted debe estimular la competencia entre esos buitres para lo cual debe ajustar los salarios y las pensiones. La asesoría que usted recibe de sus consejeros podría ser revisada.
No más dinero para la producción, ni más importaciones porque esa producción y esas importaciones perfectamente pasan a manos del bachaquero, según lo venimos viendo y sintiendo. De manera, pues, que sólo con consumidores armados con dinero en manos empezaría a sobrar quienes nos vendan hasta más barato en un intento competitivo de obtener ganancias personales con la mayor brevedad posible.