Es ingrato responderle a Adán Chávez, pero es inevitable. Él es una de las personas que tenemos en la más alta estima, una relación de años tallada en las condiciones más duras de la lucha la certifican.
Adán escribe en Aporrea un artículo referido al reformismo, “¡Reformismo o revolución!” (22-08-2016) y califica el tema de importante, de necesaria discusión en las filas de la Revolución. Le tomamos la palabra, y publicamos un artículo en la misma Aporrea, “Las Revoluciones se yerguen sobre el cadáver del reformismo” (23-08-2016); de esa manera saludábamos el llamado de Adán.
Ahora, domingo 28, Adán publica un nuevo artículo sobre el reformismo en el que abre fuego, pero no contra los que tienen prácticas reformistas en el gobierno, los que lo conducen por ese camino, sino contra los que critican esa práctica… nos sentimos aludidos. No obstante (oigan bien los plumíferos), no vamos a responder yendo contra el hombre, escribiremos nuestras ideas con un profundo respeto a quien respeto nos merece. Comencemos.
Tres puntos son importantes para discutir: la Crítica, el Socialismo y el carácter del gobierno. Comencemos por el segundo.
¿Qué es el Socialismo?
La definición de Socialismo ha sido deformada precisamente por los reformistas, es una vieja táctica, de esta manera desarman la discusión, la trivializan, así dicen, por ejemplo, Socialismo es algo que se construye, que no se decreta; de esta manera no se puede saber hacia dónde vamos, qué es bueno y qué es malo, evitan la definición, la estrategia. Tal era la promiscuidad del término que hasta el Comandante protestó su uso indiscriminado.
Nosotros, siguiendo a los clásicos, a la experiencia histórica y las enseñanzas del Comandante Chávez intentaremos aproximarnos al Socialismo con esta cita de un texto del “El Arado y el Mar” aún inédito:
“La superación del egoísmo capitalista no es meramente un asunto político, ni siquiera económico, se trata de salvar la vida planetaria. La construcción del Socialismo es la salvación de la vida. No entremos aquí en las miles de artimañas que los enfermos de capitalismo esgrimen contra el Socialismo, las miles de deformaciones, limitémonos a decir que un sistema que no cambie la relación de los humanos entre sí y de éstos con la naturaleza, que la haga amorosa, armónica, no es Socialismo. Monetizar la relación humana, monetizar a la naturaleza, no es Socialismo, no salva a la Humanidad”.
El reformismo intenta un capitalismo humano, despojado de sus males, que mantenga la propiedad egoísta de los medios de producción sin la producción de la conciencia egoísta. Por supuesto que es un imposible.
Temprano, el gobierno sucesor escogió el camino de la reforma, recordemos la visita de los capos pelucones al Palacio de Miraflores; y la intervención ante la Asamblea en Enero del 2014 cundo decía el Presidente Maduro.
“Se trata de la construcción del poderío económico de Venezuela como potencia energética, agroalimentaria e industrial, desde ya y a futuro, que obliga a consolidar los avances en cuanto al desarrollo del marco normativo y de la política de inversiones soberana para que la riqueza nacional esté al servicio de la vida de nuestro pueblo y de la construcción de un mundo de justicia y paz. Así está exactamente escrito en el Plan de la Patria y, cueste lo que nos cueste, hacia allá avanzaremos con firmeza junto a nuestro pueblo. No les quepa a nadie, ni a la ultraizquierda, ni a la ultraderecha, ni a la ultraultrosa, la menor duda” (Aplausos)
Se trataba de una delimitación de campos, quien se opusiera al camino reformista, al discurso encendido y la práctica entreguista, quien denunciara la falsificación del Plan de la Patria sería calificado de “ultroso”, tal como en el pasado etiquetaron a Chávez y a todos los luchadores contra el pacto socialdemócrata de punto fijo. Es que el reformismo sabe muy bien quienes son sus enemigos, fácil se reúnen, llaman a diálogo a allup, a cisneros, a mendoza, pero todo lo que le huela a revolucionario es inmediatamente tildado de “ultroso”, y luego agente de la cia, traidor.
Eran días de euforia, el parlamento se paró en pleno, eran días de mayoría, se linchó moralmente a los ultras, abundaron los gritos en contra, la euforia fue de bestias, era el mismo reformismo que en su oportunidad asesinó a Rosa Luxemburgo. Ese camino, ya lo sabemos, nos llevó a ser minoría en la Asamblea, ahora allí nadie vocifera contra la ultra, la bancada que una vez fue mayoría aún no acierta a explicarse la merma.
Sobre la Crítica
Por supuesto, a un gobierno que comenzaba viviendo una mentira, un discurso chavista socialista y una práctica capitalista, la crítica le es incómoda, la persiguieron, se confabularon contra ella, inventaron miles de atajos para impedirla: que si la crítica buena es la oportuna, que si no favorezca al enemigo, que la crítica debe ser suave, que sólo la critica que parezca una alabanza… Pues no, toda crítica es buena, hasta la mala es buena, lo peor que le puede pasar a una Revolución es perseguir la crítica, queda ciega, sorda, aislada de la realidad, camina hacia el abismo.
La realidad es que, por no oír la crítica, en tres años dilapidamos el caudal político que Chávez le dejó a la Revolución, pasamos de ser una mayoría vigorosa a ser una minoría acobardada; de tener un rumbo claro, a dar bandazos y esforzarnos sólo por justificar lo mal que estamos y lo mal que vamos.
Por último, hablemos de la afirmación de Adán Chávez, quien escribe:
“Precisamente, hablando de la irracionalidad de algunos, el presidente Nicolás Maduro, desde que inició la misión que le encomendó Hugo Chávez y que fue respaldada por la mayoría del pueblo venezolano, ha venido siendo cuestionado por miembros de nuestras propias filas que lamentablemente han caído en la crítica destructiva, catalogándolo de reformista, de haberse equivocado en las acciones políticas y hasta de no ser garante de la preservación del legado de Chávez. Siempre hemos dicho, bienvenida la crítica con fundamentos y basamentos, para construir, para aportar, para agregar valor a lo que se viene haciendo, de cara al fortalecimiento del sistema socialista, pero lamentablemente estos "camaradas" han cometido el error de generar señalamientos insanos, haciéndole finalmente, el juego a la derecha”.
Nosotros de manera categórica, y lamentando mucho la divergencia con Adán, reafirmamos el carácter reformista del gobierno, deformador, falsificador del legado de Chávez. Además, reafirmamos nuestra opinión: sólo la crítica salva a las Revoluciones, la alabanza las pierde. Estamos dispuestos a seguir discutiendo estos puntos.
Sabemos que esta posición no cosecha simpatías, por ella se pierden amistades, “del que crítica hasta el saludo raya”. Sin embargo, es un deber de revolucionarios mantenerla. Sabemos que en el gobierno escogieron el camino pragmático de no darse por enterado de las críticas, “si no la nombro, no existe” es la consigna. Felicitamos a Adán por la valentía de plantear estos temas importantes, y estimular su discusión…