Se elaboran discursos y se utiliza la palabra para disfrazar realidades, el lenguaje para ellos es un instrumento que constituye en términos publicitarios, la variable ideal, para que la demagogia se presente como una verdad que llena las esperanzas de los humildes que siempre esperan soluciones de parte de sus gobernantes.
Hoy tanto la MUD como el PSUV están interesados en esconder una realidad inocultable, producto de los intereses que poseen en ese escenario del neoliberalismo que estrangula hoy día al mundo. Esa realidad inocultable es que el llamado socialismo al igual que el capitalismo se insertaron en el modelo económico neoliberal, ambos modelos se fusionaron en ese nuevo paradigma llamado globalización, esos modelos socio-económicos, donde la PROPIEDAD PRIVADA predomina, una individual y otra del llamado Estado, intentan implantar por la fuerza, en ese marco manipulador que acostumbran las ideologías, de imponer sus respectivas plantillas socio-económicas y culturales para organizar las sociedades y los procesos sociales tales y como ellos los conciben, sin detenerse a revisar si sirven o no a la realidad de los pueblos que colonizan ideológicamente. De esta manera surge la “autoridad”, la “legitimación” de un “liderazgo” que ejerce el poder de manera vertical y es de esta manera que ese proceso ideológico hace posible la dominación, por otorgar los necesarios “conceptos”, “definiciones” de “autoridad” que le otorgan al poder establecido, que termina siendo una relación deshumanizada entre quien domina y el dominado.
Es así como las ideologías se manifiestan y se expresan, no como un constructor de la existencia social, ni como un instrumento en el campo político para mejorar las condiciones materiales de existencia de la humanidad, por el contrario, se convierten en deformadores de la realidad y la ocultan a través del discurso de la sociología de la esperanza, proyectando el deber ser de la sociedad, utilizando la utopía para ello y así poder permanecer en el tiempo como una opción real de cambio y transformación para mejorar el bienestar colectivo.
Se elaboran discursos y se utiliza la palabra para disfrazar realidades, el lenguaje para ellos es un instrumento que constituye en términos publicitarios, la variable ideal, para que la demagogia se presente como una verdad que llena las esperanzas de los humildes que siempre esperan soluciones de parte de sus gobernantes. Al respecto Julio Barrero en la presentación del libro “La Educación como Práctica de la Libertad” de Paulo Freire señala lo siguiente: “En una época como las que nos toca vivir, en que se menosprecia de tantas formas el ministerio de la palabra humana y se hace de ella máscara para los opresores y trampa para los oprimidos, nos sorprende –a la manera socrática-el valor que Paulo Freire da a la palabra. “No puede haber palabra verdadera que no sea un conjunto solidario de dos dimensiones indicotomizables, reflexión y acción. En ese sentido, decir la palabra es transformar la realidad. Y es por ello también por lo que decir la palabra no es privilegio de algunos, sino derecho fundamental y básico de todos los hombres.” (FREIRE, Paulo. “La Educación Como Práctica de la Libertad”. Edit., Siglo XXI. México. Pp. 15-16).
EL NO PENSAR
Para muchos “intelectuales” de derecha o de la llamada izquierda, portavoces del capitalismo o del socialismo real, lo que digo les parecerá una herejía, una forma de negarse a ver la realidad, un disociado, una simple locura, pero dentro de mi locura, hoy sostengo que las ideologías habitúan a la humanidad a no pensar, a ver una única “verdad”, a creer en que sólo hay un pensamiento único y desde ese pensamiento único, uno se cree con la “autoridad” para agredir, silenciar e imponer su forma de pensar y de esta manera silenciar al que no comparte nuestra óptica ideológica de ver el mundo.
De esta manera, las ideologías asumen el papel del llamado fundamentalismo, que niega otro enfoque distinto a la que ellos asumen, es un fanático que no admite otros criterios y por lo tanto con él no se puede hablar o asumen su posición con carácter apologético puesto que su visión ideológica es sagrada e incólume. De esta manera podemos definir la situación que en nuestra civilización se esconde quienes asumen semejantes prácticas producto de esos procesos alienantes.
Entiendo que las “verdades” del capitalismo o del socialismo real, forman parte de la lógica de la dominación que arropa al mundo, pero ese mundo, esas civilizaciones dentro de esa lógica de la dominación comienzan a reaccionar y para ello se manifiestan en revueltas populares que surgen de cada lugar de la tierra. Los indignados de Europa, el movimiento indigenista latinoamericano, los movimientos estudiantiles y obreros del mundo, comienzan a señalar que las civilizaciones conocidas hasta ahora, no fueron capaces de emancipar la humanidad, que el socialismo y el capitalismo, como modelos económicos-sociales se agotaron y quienes ejercieron el poder desde esa óptica se corrompieron allí, hasta el punto de que por mantener esos privilegios han sido capaces y continúan haciéndolo de asesinar, perseguir, torturar, engañar a sus propios pueblos.
Hoy, hay quienes nos atrevemos a afirmar y sostener, que la rebelión de los saberes de nuestros pueblos, se empieza a manifestar con gran fuerza, la identidad cultural de los pueblos, comenzara en el presente siglo a desplazar las ideologías que se impusieron en el pasado. Se empieza a desbaratar las ideologías que sólo sirvieron para colonizar a nuestras sociedades, el pensamiento único como razón dominante no tiene cabida en la diversidad cultural de nuestros continentes y se comienza de esta manera aplastar cualquier forma de dominación, para poder alcanzar la libertad y la justicia. Se comienza en nuestros pueblos a buscar un Tercer Camino, que tenga como meta el respeto a la identidad del otro.