Democracia: ¿De verdad o de mentira? (I)

Ha llegado el momento de que los marxista nos replantemos nuestra relación con determinados conceptos claves de la tradición republicana, tales como el concepto mismo de Ciudadanía, o conceptos como Estado de Derecho o incluso, Democracia.”

Carlos Fernández Liria

I. Introducción

La democracia es un proyecto de convivencia humana cuyos perfiles y contenido se han concretado a lo largo de la historia. Es un ideal o utopía que nunca se realizara plenamente, pero al que siempre podemos acercarnos más, y, por razones de peso, merece la pena intentarlo. Pensar la democracia se ha tornado una necesidad y un desafío. Quizá estemos corriendo un riesgo con la democracia: de tanto oír hablar de ella, escucharla en los discursos y defenderla en nuestras discusiones, de tanto manosear el término, podemos terminar vaciándola de sentido, convirtiéndola en un referente acomodaticio, en una mampara que encubra y justifique cualquier proyecto colectivo sin importar las concreciones que éste tenga en la forma en que hacen posible la vida aquellos que lo encarnan. La etimología no resuelve todos los problemas de sustancia, pero a veces ayuda a pensar. Democracia : démos y krátos, krátos del démos, el poder del pueblo [como la aristocracia es el poder de los áristoi, los mejores, los nobles, los grandes; como la autocracia es el poder de autós, de sí mismo, del que no tiene que rendir cuenta al otro o a los otros].¿Donde vemos hoy el poder del pueblo? Ver: https://www.aporrea.org/ideologia/a232437.html

Por algún tiempo, la palabra democracia ha estado circulando en el mercado político como una suerte de divisa devaluada. Todo discurso sobre el término “democracia” queda hoy falseado por una ambigüedad preliminar que condena a quienes lo emplean a caer en malentendido. ¿De qué se habla cuando hablamos de democracia? ¿A qué racionalidad remite exactamente dicho termino? La indeterminación del significante “democrático” se presta a definiciones diversas y a menudo contrarias; por ejemplo, la escueta y pragmática de Raymond Aron, que entiende la democracia como “la organización de la competencia pacífica con vistas al ejercicio del poder”. A juicio de Victoria Camps “la democracia no es una doctrina; es un procedimiento para tomar decisiones justas sobre lo que debe ser hecho o evitado en el seno de una comunidad”

II. Juego Democrático

La confusión entre las reglas del juego y el juego de las reglas es el peligro más grave en el que una sociedad puede incurrir. La demarcación entre el “actuar de mentira” y el “actuar de verdad” es de hecho tan tenue que el riesgo de confusión y por tanto de desestabilización del orden social y de evaporación del principio de realidad, es siempre muy grande. En realidad, todo grupo organizado se funda en el respeto simultáneo de dos tipos de reglas que deben mantenerse siempre muy distintos: las reglas que rigen los comportamientos individuales y sociales y las que definen los procedimientos a seguir para modificar las primeras. La indiferenciación de estos dos niveles puede llevar al grupo social a la disgregación y al individuo a la locura. El discurso sobre las reglas del juego es extremadamente importante, y no puede ser eliminado si uno no quiere encontrarse frente a un problema mal planteado y por tanto irresoluble. Esto al menos por dos razones. Ante todo porque lo que distingue a un sistema democrático de los sistemas no democráticos es un conjunto de reglas del juego. Más precisamente, lo que distingue a un sistema democrático no es solamente el hecho de que tenga sus reglas del juego (todo sistema las tiene, más o menos claras, más o menos complejas), sino el hecho de que estas reglas sean mucho más elaboradas, a través de siglos de pruebas y contrapruebas, que las reglas de otros sistemas, y hayan sido casi en todas partes, constitucionalizadas. Según Bobbio “Quien no se ha dado cuenta de que por sistema democrático se entiende hoy, inicialmente, un conjunto de reglas procesales de las que la principal, pero no la única, es la regla de la mayoría, no ha entendido nada y continúa sin entender nada de la democracia

Es de notar que en muchos juegos saber sus reglas no implica saber jugar: nadie sabe jugar al ajedrez o al futbol porque conozca sus reglas. En ambos casos, para saber jugar tale juegos hay que haberse ejercitado en ellos, hay que haber interiorizado ciertas rutinas suyas: saber jugar al ajedrez o al futbol implica saber jugar en algún grado, bien al ajedrez o al futbol.

¿Juega el PSUV el “juego democrático”? No, no sabe jugar!. Esto lo explicare en parte III.


III.CODA

Sólo hay verdadera democracia cuando el pueblo puede hacer responsable de sus actos a sus gobernantes y los puede destituir (revocar mandato) en caso de que no cumplan el mandato popular. Es necesario atender y apostar a la constitución de un ethos democrático, entendiendo por tal ethos el talante moral, la actitud, la forma de vida propia que la democracia exige. El ethos democrático no es un ethos uniforme y unitario sino más bien un ethos disgregado. A pesar de esa disgregación la vida en sociedad nos obliga necesariamente a consensuar determinados valores comunes que orienten las normas mediante las que regular la convivencia. Podemos llamarlos valores necesarios, imprescindibles, indispensables o superiores, a saber: libertad, justicia, igualdad y pluralismo político.

IV. Lecturas Recomendadas

Agamben, G. Democracia en suspenso Ediciones Casus-Belli, 2010 

https://socialesenpdf.files.wordpress.com/2013/09/bobbio-norberto-el-futuro-de-la-democracia-1986.pdf (NORBERTO BOBBIOEL FUTURO. DE LA DEMOCRACIA. Traducción de. JOSÉ F. FERNÁNDEZ SANTILLÁN. FONDO DE CULTURA ECONÓMICA México )

Camps, V.: Paradojas del individualismo. (Crítica. Barcelona,(1993))

Cortina, A. Ética sin moral ( Tecnos. Madrid, 2000.)

Cortina, A. Ética aplicada y democracia radical (Tecnos. Madrid,(2001))

Ferrajoli, L. Democracia autoritaria y capitalismo maduro (Ediciones 2001, S.A. ( 1980))

Pereda. C. Razón e incertidumbre (Siglo XXI,  1994)

Rödel, Ü. La cuestión democrática (Editorial: Huerga y Fierro Editores S.L. (1997))


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Luis Antonio Azócar Bates

Matemático y filósofo

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