Este jueves 5-E oí con mucha atención, una parte del discurso o palabras que ofreció el nuevo vicepresidente ejecutivo de la República, Tareck El Aissami. No me propuse oírlo todo porque a veces no hay necesidad de hacerlo para entender la esencia de lo que vamos siendo.
Después de oír una parte de lo que nos dijo, mi cabeza me quedó vuelta un conflicto, porque aunque entendí muy claramente lo que pude oír, uno no desea creerlo y ahí adentro de mi cabeza comenzó un una especie de ataja perro, que los psicólogos llaman conflicto cognitivo. ¿Es lo que oí? Lo que oí, es lo que viene sucediendo? ¿Es absolutamente cierto que el gobierno tiene como prioridad lo social? ¿Realmente lo que menos tienen, son punto central de este socialismo tan particular? ¿Cómo los que menos tienen son prioridad y se de ellos salen una gran parte de ese 70%?
Estas y otras preguntas estaban ahí revoloteando ese conflicto cognitivo.
Esta práctica (¿Revolucionaria?) de colocar a gobernadores como ministros, llevan el sello de una mayor concentración de funciones de gobierno (más o menos poder) en muy pocas persona. Miren que no es solamente esa práctica de concentrar en un pequeño grupito funciones de gobierno. No, esta práctica no concluye ahí porque también tienen la capacidad de imponer a otro pequeño grupito, que son candidatos para lo que salga.
Aún no he podido conocer qué cosa tan extraordinaria ha podido ejecutar Elías Jaua. ¿Será que fue un buen ministro de Agricultura? ¿y entonces? ¿Y el rentismo? ¿Y la importadera?
Los que se van de las gobernaciones a ministerios o a funciones del alto gobierno no dejan el “coroto” en las entidades. Todo eso es más o menos calculado y el gobernador que se fue, continúa controlando los asuntos en la gobernación que supuestamente dejó.
Este jueves 5-E Tareck El Aissami lo dijo en una parte de sus intervención en el “traspaso” del mando en Aragua. Le oí decir “dejo” a fulanita. Una cosas es pensar y decir “dejo” a fulanita y otra muy distinta es asumir, que institucionalmente existen mecanismo para suplir esa “ausencia”, que no es tal. Ese “yo dejo” tiene su sentido. No es que en este caso (supongo) la designación de una persona se saltó el procedimiento. No es el tema; el punto es ese “dejo”, que tiene un sabor a “esto es mió” y se lo “dejo” a fulanita.
Buscando en la notas de prensa que generó este “traspaso” de gobierno. El Aissami nos ofrece este especie de perlita, que puede verse como un lazo afectivo hacia Aragua, pero la política de ayer, tuvo un déficit afectivo y hoy tomó esa ruta.
Dijo Tareck El Aissami: “yo le dije a Caryl te entrego todo, excepto mi despacho de gobernador, porque yo voy a despachar desde Aragua como vicepresidente”i . Omitió (y no tenía porque decirlo) que desde su despacho de gobernador, despacharía como lo uno y como lo otro a la vez.
La otra cosa que le oí al El Aissami y que también uno se la oye a conocidos intelectuales, es ese impreciso dato, que nos repiten insistentemente, según el cual, este gobierno es socialista y además de ser socialista, mantiene un 70 o 71% de los recursos presupuestario orientado a lo social, aun con la bajada de los precios del petróleo. Claro, así matemáticamente se puede sumar en el presupuesto, pero cómo es la realidad.
Parece ser verdad esta especie de cantaleta que uno oye hasta de cabezas bien dotadas ¿Lo es? No creo que ese dato sea totalmente verdad, porque los recursos con los cuales se cubre ese gasto social no caen del cielo ni se lo quitan a los que más tienen. Ese 70 o 71% no es producto de un proceso que le quita un poquito más los banqueros que con sus minas (sus bancos) ven multiplicarse año a años sus fortunas. Ese 70 o 71% sale de los venezolanos y venezolanas que gana mucho pero muchos menos que los banqueros, capitalistas, usureros, grandes bachaqueros y contrabandistas, que con la “revolución” viven mejor y son tan desgraciados, que se han propuesto tumbarla a pesar de lo que han ganado con ella. ¡Fin de mundo!
No se da informe, ni se evalúa, cuánto de ese 70 o 71% se queda en el camino por proceso burocráticos. ¿Cuánto de ese 70% se reduce a mucho menos por diferentes razones.
Conocí ahora un caso de una viejita, mamá de una gran amiga que tuvo que acudir al hospital de seguro de las Garzas en Anzoátegui. No fue bien atendida en una clínica privada, no pudo usar su seguro privado y se fueron al hospital de las Garzas. Mi amiga con su mamá se calaron 17 horas en espera y esta viejita de casi 90 años, se retiró de la emergencia sin poder ser atendida. Este caso puede ser una excepción o un caso aislado, pero contrasta con ese 70 o 71% destinado a lo social.
Contrasta también ese 70 0 71% destinado a lo social, con la única posibilidad de gastarnos una quincena con un paquetico de arroz y un kilo de mortadela. Desearía que ese 70 o 71% de los recursos presupuestarios destinados a lo social, fuera realmente cierto y para serlo realmente deberían salir de los que más tienen.
Veamos la otra cara. Desearía que este dato del 70% que se manipula bastante y hay camaradas que se lo creen, fuera lo que es realmente: Una mentira sabida. Sin ser muy verdad ese 70%, desearía que si fuera verdad lo del precio justo, que definitivamente se lo trago una liberación de precios que era lo que hace ya varios años nos proponían los pelucones a través de sus empleados que tienen en fedecamaras y que hacen pasar por empresarios.
Este conflicto cognitivo me termino con esta una cosa inconsistente que salió seguramente de una neurona con un ratón y que le dio a todo, el siguiente código: CogolloSocialismoNeoliberalism