Quien se sienta ingenuamente interpelado que el fin de los gobiernos progresistas -Brasil Argentina, posiblemente Ecuador- va a suponer el surgimiento de los gobiernos más progresistas, ya tiene la contundente respuesta con la situación política y económica en las potencias sudamericanas.
Argentina y Brasil atraviesan hoy por una situación que simplemente testimonia que es una tendenciosa teorización, y que sólo en esos términos se cree que se produzca el "fin del ciclo" que sistemática y sintomática e intencionalmente se viene insistiendo.
Desde ya el fin de ciclo cualquiera que sea éste supone la sustitución por otro, pues no existe nada en la historia -de la cual forman parte los ciclos- que transcurra sin que parte de la misma quede en el limbo, en el vacío temporal. Vale decir cuando acaba un ciclo, otro empieza. El fin de ciclo al cual se refiere los reaccionarios tiene que ver; no con el desarrollo de un nuevo ciclo que se estaría generosamente gestando, y que como es obvio no se da de manera espontánea; si no que la misma es resultado de la disputa por el poder.
En el caso de tanto del Brasil lo que se ha gestado en todo caso ha sido una desvergonzada destitución mediante el proceso de Impeachment como la ex presidenta Dilma Rosussef, por lo que de ninguna manera se ha tratado de un "fin de ciclo" en sí mismo; si no de un a destitución que por más que ésta figura esté en la Constitución brasilera, no ha generado un nuevo Orden que supere al anterior; sino que se ha vuelto al ciclo en el que la corrupción, como las medidas contra el pueblo brasilero campeaban.
En el caso de la Argentina, si bien es cierto que no se produjo destitución o derrocamiento alguno; no menos cierto es que las medidas del gobierno de Mauricio Macri, revela que hay un retorno al pasado, en el que el neoliberalismo también campeaba. No en vano es que ha habido un incremento en el costo de los servicios básicos, como: aguas, luz, transporte en más de ¡500%! Pero si hasta el mismo sector de los investigadores y científicos han decidido movilizarse contra las "medidas de ajuate" del gobierno de Macri.
Vale decir que no hay fin de ciclo, como la malintencionada intelectualidad intenta inducir el imaginario; si no que lo que hay es un reaccionario relato para la regresión restauradora.
