Así como en algún momento de la historia de la humanidad se combatió la herejía, librando las más cruentas cruzadas contra los ateos, al igual que contra los cristianos; también en tiempos contemporáneos se ha combatido al comunismo con una similar perversidad, y que es la que hoy se ha desatado contra los migrantes.
De igual forma que el materialismo histórico ha concebido al imperialismo como la fase superior de capitalismo, y cuyo sustento ideológico a esta máxima del marxismo no le falta constatación empírica; ésta vez su forma de manifestarse, de exteriorizarse, está dada ya no sólo como una idea, sino como hechos fácticamente verificables..
Hasta antes de que la migración se convirtiera en un contemporáneo problema para los poderes de las potencias imperiales, fue el Comunismo el enemigo necesario para la justificación de la razón de ser de los países capitalistas.
Claro que para afianzarse ideológicamente en el imaginario, el imperialismo ha ido inventado a enemigos externos, como el Narcotráfico y el Terrorismo, que terminaron siendo los Frankenstein que fraguaron para justicieramente justificarse luego. No en vano en más de un hecho se ha podido comprobar que el mismo imperialismo norteamericano se involucró, en el narcotráfico relacionándose a esta actividad, como fue el financiamiento de la guerrilla de los “Contras” en Nicaragua en la década de los 80. O el caso del auto atentado a las torres Gemelas, en las que los terroristas que ejecutaron el atentado estaban relacionados a los aparatos de inteligencia norteamericano, como la CIA y la familia Bush.
Hoy la migración está en la mira; y no precisamente como un “contrario”,un “antagonista” necesario para legitimar, en la lectura marxista, a ése contrario que identifica el imperialismo, o sea ya no sólo como una idea; sino como una realidad concreta; y además confrontada a su concepción en sí misma. Vale decir que cuando la globalización glorificaba en la década de los 90 la libre movilidad de las personas a lo largo y ancho del planeta, porque ha no podía haber fronteras que le impidan, hoy a quienes han puesto en la mira es a los migrantes.
Es más, una de las muestras más claras de esa esa agresividad de la políticas imperialistas contra los migrantes ha sido la orden ejecutiva dada porTrump, cuando ordenó que los hijos de los migrantes sean separados de sus padres; tal como se vio aquellas imágenes de niños enjaulados.
Un dato que corrobora que ha comenzado una nueva Guerra Fría en el mundo, es el retorno de gobiernos fascistas; y que no se ha dado en países que no tiene una innegable gravitación, sino que juegan un papel imperialista y subimperialista innegable, como es el caso del gobierno de Trump en los EE.UU., y el del subimperialista Bolsonaro en el Brasil. No en vano son gobiernos que han anunciado la construcción la construcción de Muros contra los migrantes.
